/ jueves 22 de abril de 2021

La necesidad de vivir la hospitalidad

En los últimos meses hemos visto alterados nuestros hábitos hasta llegar a extremos que no habíamos imaginado, nos ha tocado confinarnos en nuestras casas y hemos privilegiado nuestra salud por sobre todas las cosas lo cual considero que está bien. Sin embargo nuestra naturaleza es de seres gregarios, ansiamos ser parte de la sociedad y necesitamos salir a las calles, si no salimos afectamos la economía de muchas empresas pertenecientes a todo tipo de industrias, principalmente a la industria de la hospitalidad.

Empresas dedicadas al turismo, hoteles y restaurantes han sufrido por la falta de clientes, y los empleados ven mermados sus ingresos por la falta de propinas, las cuales son en la mayoría de casos su principal fuente de ingresos dado que son el reconocimiento de los clientes por su servicio y hospitalidad.

Los seres humanos necesitamos la hospitalidad, y más cuando en su sentido más puro, es aquella que hace que las cosas pasen para nosotros y no que nos sucedan, dos cosas completamente distintas. Cuando un restaurante ó un hotel hace toda la previsión y planeación para atender a sus clientes, toda esta organización logra que las cosas pasen para nosotros de manera premeditada, sin embargo, cuando las cosas nos suceden se dan porque no hubo atención especial a todos los detalles.

Los detalles marcan la diferencia y hacen que un negocio sea exitoso pero la falta de ellos puede poner en riesgo su continuidad. A los clientes les gusta que se cumplan todas sus expectativas y más aún les gusta que sus expectativas se vean excedidas. Los hoteles y restaurantes que lo logran están dando importancia al cliente por sobre todas las cosas y consideran a la capacitación de sus colaboradores como una inversión y no como un costo.

Un empleado bien capacitado y entrenado para hacer su trabajo hará que su cliente quede satisfecho y como hemos dicho reconozca su hospitalidad con una buena propina. Cuando esto se logra los empleados permanecen y la rotación baja. Por lo visto, los seres humanos queremos sentirnos consentidos, queremos formar parte de una sociedad que nos reconozca, que nos valore, que nos trate bien, y si estamos confinados en nuestros hogares no podemos disfrutarlo. Es urgente que pongamos un sano equilibrio entre la salud, la economía y el bienestar.

La industria de la hospitalidad nos necesita , y nos necesita ahora, después podría ser demasiado tarde, es importante que acudamos a los hoteles, a los restaurantes y a las cafeterías, generemos economía que nos permita salir adelante en esta nueva normalidad.

En los últimos meses hemos visto alterados nuestros hábitos hasta llegar a extremos que no habíamos imaginado, nos ha tocado confinarnos en nuestras casas y hemos privilegiado nuestra salud por sobre todas las cosas lo cual considero que está bien. Sin embargo nuestra naturaleza es de seres gregarios, ansiamos ser parte de la sociedad y necesitamos salir a las calles, si no salimos afectamos la economía de muchas empresas pertenecientes a todo tipo de industrias, principalmente a la industria de la hospitalidad.

Empresas dedicadas al turismo, hoteles y restaurantes han sufrido por la falta de clientes, y los empleados ven mermados sus ingresos por la falta de propinas, las cuales son en la mayoría de casos su principal fuente de ingresos dado que son el reconocimiento de los clientes por su servicio y hospitalidad.

Los seres humanos necesitamos la hospitalidad, y más cuando en su sentido más puro, es aquella que hace que las cosas pasen para nosotros y no que nos sucedan, dos cosas completamente distintas. Cuando un restaurante ó un hotel hace toda la previsión y planeación para atender a sus clientes, toda esta organización logra que las cosas pasen para nosotros de manera premeditada, sin embargo, cuando las cosas nos suceden se dan porque no hubo atención especial a todos los detalles.

Los detalles marcan la diferencia y hacen que un negocio sea exitoso pero la falta de ellos puede poner en riesgo su continuidad. A los clientes les gusta que se cumplan todas sus expectativas y más aún les gusta que sus expectativas se vean excedidas. Los hoteles y restaurantes que lo logran están dando importancia al cliente por sobre todas las cosas y consideran a la capacitación de sus colaboradores como una inversión y no como un costo.

Un empleado bien capacitado y entrenado para hacer su trabajo hará que su cliente quede satisfecho y como hemos dicho reconozca su hospitalidad con una buena propina. Cuando esto se logra los empleados permanecen y la rotación baja. Por lo visto, los seres humanos queremos sentirnos consentidos, queremos formar parte de una sociedad que nos reconozca, que nos valore, que nos trate bien, y si estamos confinados en nuestros hogares no podemos disfrutarlo. Es urgente que pongamos un sano equilibrio entre la salud, la economía y el bienestar.

La industria de la hospitalidad nos necesita , y nos necesita ahora, después podría ser demasiado tarde, es importante que acudamos a los hoteles, a los restaurantes y a las cafeterías, generemos economía que nos permita salir adelante en esta nueva normalidad.