/ lunes 22 de julio de 2019

La necesidad del cambio

El empleo confirmó lo que otras variables habían adelantado: la economía está lejos de poder generar los 100 mil puestos formales que se requieren para cubrir las necesidades de un país de 125 millones de habitantes.

Ello sin contar las oportunidades laborales que deberán crearse para enfrentar las presiones de Estados Unidos y frenar los flujos migratorios a ese país.

Si bien la precarización del mercado laboral es un desequilibrio estructural que se agudizó desde 2006, el problema es que el primer semestre de 2019 confirma que aún no se hacen cambios al modelo económico para revertir un hecho que atenta contra el bienestar social.

En junio, el total de trabajadores afiliados al IMSS retrocedió en más de 14 mil puestos. Mayo ya había mostrado la debilidad de la economía cuando se crearon, en términos netos, poco menos de cuatro mil plazas.

¿Qué tan delicada es la situación? En los primeros seis meses del año el IMSS reportó un incremento de 289 mil empleos, una cifra positiva, pero que no alcanzó a compensar la reducción de (-) 380 mil de diciembre de 2018.

En esencia: los primeros seis meses de 2019 no tuvieron la capacidad de compensar las pérdidas de empleo registradas durante diciembre pasado.

La situación del mercado laboral es consistente con el bajo crecimiento del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE): en los primeros cuatro meses la actividad productiva aumentó a una tasa de sólo 0.4 por ciento.

La producción industrial también expuso que el sistema económico nacional está afectado por una desaceleración que en el caso de la industria es una recesión. En mayo la actividad industrial cayó (-) tres por ciento. El 60 por ciento0 de los 29 componentes principales del sector industrial reportó una tasa negativa de crecimiento.

Una de las principales causas del retroceso industrial es la construcción por la falta de inversión y ello ha provocado la caída del empleo formal ante el IMSS.

En los primeros siete meses del sexenio el empleo asociado a la construcción bajó en casi (-) 59 mil plazas, 66 por ciento del total perdido en ese periodo de tiempo.

La fragilidad del crecimiento económico no corresponde con los resultados del PIB en Estados Unidos, en el último año su crecimiento supera el tres por ciento, una cifra superior al promedio de los últimos lustros.

Las razones de la desaceleración de la economía nacional son internas, algunas de ellas estructurales como el hecho de que la inversión total ha registrado tasas negativas de crecimiento en más de 40 por ciento de los meses transcurridos desde diciembre de 2012: ¿cómo aspirar a un mejor desempeño productivo si no hay una tendencia positiva en la inversión?

Si se agrega que la mayor parte de los empleos generados en los primeros seis meses están en el rango de entre uno y dos salarios mínimos se puede comprender por qué México se ha visto atrapado por la inercia.

Se entienden las razones del por qué aplicar un programa de austeridad en el gasto de gobierno, sin embargo, es momento de pasar a una estrategia que tenga al crecimiento como su objetivo central. No existen historias de desarrollo económico exitoso que no tengan al crecimiento económico vigoroso como uno de sus elementos centrales. El gasto social no basta para remediar las fallas del modelo económico.

El empleo confirmó lo que otras variables habían adelantado: la economía está lejos de poder generar los 100 mil puestos formales que se requieren para cubrir las necesidades de un país de 125 millones de habitantes.

Ello sin contar las oportunidades laborales que deberán crearse para enfrentar las presiones de Estados Unidos y frenar los flujos migratorios a ese país.

Si bien la precarización del mercado laboral es un desequilibrio estructural que se agudizó desde 2006, el problema es que el primer semestre de 2019 confirma que aún no se hacen cambios al modelo económico para revertir un hecho que atenta contra el bienestar social.

En junio, el total de trabajadores afiliados al IMSS retrocedió en más de 14 mil puestos. Mayo ya había mostrado la debilidad de la economía cuando se crearon, en términos netos, poco menos de cuatro mil plazas.

¿Qué tan delicada es la situación? En los primeros seis meses del año el IMSS reportó un incremento de 289 mil empleos, una cifra positiva, pero que no alcanzó a compensar la reducción de (-) 380 mil de diciembre de 2018.

En esencia: los primeros seis meses de 2019 no tuvieron la capacidad de compensar las pérdidas de empleo registradas durante diciembre pasado.

La situación del mercado laboral es consistente con el bajo crecimiento del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE): en los primeros cuatro meses la actividad productiva aumentó a una tasa de sólo 0.4 por ciento.

La producción industrial también expuso que el sistema económico nacional está afectado por una desaceleración que en el caso de la industria es una recesión. En mayo la actividad industrial cayó (-) tres por ciento. El 60 por ciento0 de los 29 componentes principales del sector industrial reportó una tasa negativa de crecimiento.

Una de las principales causas del retroceso industrial es la construcción por la falta de inversión y ello ha provocado la caída del empleo formal ante el IMSS.

En los primeros siete meses del sexenio el empleo asociado a la construcción bajó en casi (-) 59 mil plazas, 66 por ciento del total perdido en ese periodo de tiempo.

La fragilidad del crecimiento económico no corresponde con los resultados del PIB en Estados Unidos, en el último año su crecimiento supera el tres por ciento, una cifra superior al promedio de los últimos lustros.

Las razones de la desaceleración de la economía nacional son internas, algunas de ellas estructurales como el hecho de que la inversión total ha registrado tasas negativas de crecimiento en más de 40 por ciento de los meses transcurridos desde diciembre de 2012: ¿cómo aspirar a un mejor desempeño productivo si no hay una tendencia positiva en la inversión?

Si se agrega que la mayor parte de los empleos generados en los primeros seis meses están en el rango de entre uno y dos salarios mínimos se puede comprender por qué México se ha visto atrapado por la inercia.

Se entienden las razones del por qué aplicar un programa de austeridad en el gasto de gobierno, sin embargo, es momento de pasar a una estrategia que tenga al crecimiento como su objetivo central. No existen historias de desarrollo económico exitoso que no tengan al crecimiento económico vigoroso como uno de sus elementos centrales. El gasto social no basta para remediar las fallas del modelo económico.