/ lunes 27 de enero de 2020

La niñez olvidada

Mucha gente se ha conmovido al ver a pequeñas figuras acompañando a su madre o padre en las gestiones y peleas porque se ha interrumpido sus tratamientos de enfermedades contra el cáncer. El Presidente se escurre de responsabilidad y señala a laboratorios y directivos de los hospitales. Ya no les compra medicinas porque son corruptos. Y qué curioso, decide de tajo cancelar la compra de medicamentos, lo que provoca también de tajo, interrumpir la secuencia del tratamiento, sin que se mida las consecuencias de semejante decisión. Lo que menos importa son las pequeñas personas: es la niñez olvidada.


Se ha desaparecido al Instituto Nacional de Evaluación a la Educación. La Educación se nutre en el conocimiento científico, las materias se actualizan conforme se avanza en la tecnología y en las ciencias, incluso la historia como materia, se actualiza porque hay investigaciones que muestran nuevos enfoques y descubrimientos. El INEE había sido importante porque evidenciaba las carencias del sistema educativo. Derogarlo por presiones de la CNTE atentó contra el principio rector del Interés Superior de la Niñez porque se puso por encima de los derechos de la niñez, el interés gremial de un sector del magisterio. Las y los alumnos están en la realidad, sufriendo un abandono por parte del Estado. Me faltan caracteres para hacer la relación de los derechos vulnerados.


Pero hay otro segmento de niños principalmente, que a nadie importan. Por eso se les usa sin recato alguno. Son los niños que usan para asuntos ilegales; como halcones, para avisar cuando se acerca una autoridad en diversas actividades delictivas: lo mismo en Tepito que en zonas de huachicoleo. Son reclutados para avisar, para ser espías; también para trasladar o traficar drogas; y a veces usan armas de alto poder. Reinsertarlos socialmente es imposible porque su círculo está fuera del contexto de atención por parte del Estado. Las cifras en ascenso reflejan que esta niñez no le importa al gobierno.


Hace poco dio vuelta al mundo imágenes de niños de la montaña de Guerrero marchando con armas largas. Lo primero que recordé es cuán desechable es la vida de un niño pobre que no está articulado a las redes de atención de un niño normal.


México aprobó el Protocolo Facultativo Sobre la Participación de Niños y Niñas en Conflictos Armados de la Convención de los Derechos de la Niñez. Reclutar niños y niñas es una de las peores formas de tratamiento y afectación a sus derechos humanos más sensibles. No importa cuál sea el argumento que se esgrima para perpetrar semejante decisión. Se dice son víctimas porque se han quedado huérfanos, o son acechados por grupos criminales, o por pobreza, o por conflicto interno, sin embargo nada justifica armar a niños menores de edad.


Y ante esta situación hay un actor que no se puede evitar señalar: la Autoridad. La que está obligada a velar por los DH de las niñas y los niños como su asunto prioritario en función de un interés superior. Aquel que está obligado, porque representa al Estado mexicano ante los Tratados. Aquel que ya no puede disculparse de su responsabilidad; que no puede excusarse trasladando la bronca a sus funcionarios, porque él es el encargado del Poder Ejecutivo. Frente a la niñez mexicana abandonada, hay un responsable y es quien está al frente del Poder Ejecutivo. A mí me queda claro ¿el Presidente lo entenderá?

Mucha gente se ha conmovido al ver a pequeñas figuras acompañando a su madre o padre en las gestiones y peleas porque se ha interrumpido sus tratamientos de enfermedades contra el cáncer. El Presidente se escurre de responsabilidad y señala a laboratorios y directivos de los hospitales. Ya no les compra medicinas porque son corruptos. Y qué curioso, decide de tajo cancelar la compra de medicamentos, lo que provoca también de tajo, interrumpir la secuencia del tratamiento, sin que se mida las consecuencias de semejante decisión. Lo que menos importa son las pequeñas personas: es la niñez olvidada.


Se ha desaparecido al Instituto Nacional de Evaluación a la Educación. La Educación se nutre en el conocimiento científico, las materias se actualizan conforme se avanza en la tecnología y en las ciencias, incluso la historia como materia, se actualiza porque hay investigaciones que muestran nuevos enfoques y descubrimientos. El INEE había sido importante porque evidenciaba las carencias del sistema educativo. Derogarlo por presiones de la CNTE atentó contra el principio rector del Interés Superior de la Niñez porque se puso por encima de los derechos de la niñez, el interés gremial de un sector del magisterio. Las y los alumnos están en la realidad, sufriendo un abandono por parte del Estado. Me faltan caracteres para hacer la relación de los derechos vulnerados.


Pero hay otro segmento de niños principalmente, que a nadie importan. Por eso se les usa sin recato alguno. Son los niños que usan para asuntos ilegales; como halcones, para avisar cuando se acerca una autoridad en diversas actividades delictivas: lo mismo en Tepito que en zonas de huachicoleo. Son reclutados para avisar, para ser espías; también para trasladar o traficar drogas; y a veces usan armas de alto poder. Reinsertarlos socialmente es imposible porque su círculo está fuera del contexto de atención por parte del Estado. Las cifras en ascenso reflejan que esta niñez no le importa al gobierno.


Hace poco dio vuelta al mundo imágenes de niños de la montaña de Guerrero marchando con armas largas. Lo primero que recordé es cuán desechable es la vida de un niño pobre que no está articulado a las redes de atención de un niño normal.


México aprobó el Protocolo Facultativo Sobre la Participación de Niños y Niñas en Conflictos Armados de la Convención de los Derechos de la Niñez. Reclutar niños y niñas es una de las peores formas de tratamiento y afectación a sus derechos humanos más sensibles. No importa cuál sea el argumento que se esgrima para perpetrar semejante decisión. Se dice son víctimas porque se han quedado huérfanos, o son acechados por grupos criminales, o por pobreza, o por conflicto interno, sin embargo nada justifica armar a niños menores de edad.


Y ante esta situación hay un actor que no se puede evitar señalar: la Autoridad. La que está obligada a velar por los DH de las niñas y los niños como su asunto prioritario en función de un interés superior. Aquel que está obligado, porque representa al Estado mexicano ante los Tratados. Aquel que ya no puede disculparse de su responsabilidad; que no puede excusarse trasladando la bronca a sus funcionarios, porque él es el encargado del Poder Ejecutivo. Frente a la niñez mexicana abandonada, hay un responsable y es quien está al frente del Poder Ejecutivo. A mí me queda claro ¿el Presidente lo entenderá?