/ martes 7 de enero de 2020

La normalización del Apocalipsis

Las imágenes de Australia que vimos la semana pasada han sido de pesadilla: cercos de llamas, cielos rojos, residentes aglomerados en las playas tratando de escapar del infierno. Los incendios forestales han sido tan intensos que han generado “tornados de fuego” lo suficientemente poderosos como para voltear camiones pesados.

La cuestión es que el verano del fuego de Australia es sólo el acontecimiento más reciente de una cadena de fenómenos meteorológicos catastróficos que han sucedido en el último año: inundaciones sin precedentes en el Medio Oeste de Estados Unidos, una ola de calor en India que hizo que las temperaturas se elevaran a los 50 grados centígrados, otra ola de calor que trajo temperaturas nunca antes vistas en buena parte de Europa.

Y todas estas catástrofes estuvieron relacionadas con el cambio climático. Observen que escribí “relacionadas con” en lugar de “ocasionadas por” el cambio climático. Esta es una distinción que ha confundido a mucha gente con el paso de los años. Todo fenómeno meteorológico independiente tiene múltiples motivos, es por eso que al momento de dar la noticia se solía omitir la posible influencia del cambio climático en los desastres naturales.

La gran interrogante es si la proliferación de los desastres relacionados con el clima por fin será suficiente para acabar con la oposición a la acción. Hay algunas señales esperanzadoras. Una es que los medios noticiosos ahora están mucho más dispuestos a hablar sobre la influencia del cambio climático en los fenómenos meteorológicos.

La ironía de la situación actual es que el antiambientalismo se está volviendo más extremo justamente en un momento en el que las posibilidades de emprender acciones determinantes deberían ser más altas que nunca.

Por un lado, los peligros del cambio climático ya no son predicciones a futuro: podemos ver el daño ahora, aunque sólo sea una pequeña muestra de los horrores que se avecinan.

Por el otro, las reducciones drásticas en las emisiones de gases de efecto invernadero ahora parecen bastante alcanzables, al menos desde un punto de vista económico. En específico, hay tantos avances en la tecnología relacionada con las energías alternativas que el gobierno de Trump está tratando desesperadamente de apuntalar el carbón contra la competencia de la energía solar y eólica.

Entonces, ¿las políticas ambientales tendrán un lugar importante en las campañas electorales de 2020 en Estados Unidos?

La mayoría de los demócratas parecen renuentes a convertirlo en un tema importante y entiendo por qué: históricamente, la amenaza que suponían las políticas ambientales de extrema derecha parecía abstracta, distante y difícil de ejecutar en comparación con, digamos, los intentos republicanos de desmantelar Obamacare.

Sin embargo, la ola de catástrofes relacionadas con el clima quizá esté cambiando el cálculo político. No soy experto en campañas, pero me parece que estas podrían beneficiarse un poco de comerciales que mostraran los incendios y las inundaciones recientes y señalaran que Donald Trump y sus amigos están haciendo todo lo que pueden para crear más desastres como esos.

Las imágenes de Australia que vimos la semana pasada han sido de pesadilla: cercos de llamas, cielos rojos, residentes aglomerados en las playas tratando de escapar del infierno. Los incendios forestales han sido tan intensos que han generado “tornados de fuego” lo suficientemente poderosos como para voltear camiones pesados.

La cuestión es que el verano del fuego de Australia es sólo el acontecimiento más reciente de una cadena de fenómenos meteorológicos catastróficos que han sucedido en el último año: inundaciones sin precedentes en el Medio Oeste de Estados Unidos, una ola de calor en India que hizo que las temperaturas se elevaran a los 50 grados centígrados, otra ola de calor que trajo temperaturas nunca antes vistas en buena parte de Europa.

Y todas estas catástrofes estuvieron relacionadas con el cambio climático. Observen que escribí “relacionadas con” en lugar de “ocasionadas por” el cambio climático. Esta es una distinción que ha confundido a mucha gente con el paso de los años. Todo fenómeno meteorológico independiente tiene múltiples motivos, es por eso que al momento de dar la noticia se solía omitir la posible influencia del cambio climático en los desastres naturales.

La gran interrogante es si la proliferación de los desastres relacionados con el clima por fin será suficiente para acabar con la oposición a la acción. Hay algunas señales esperanzadoras. Una es que los medios noticiosos ahora están mucho más dispuestos a hablar sobre la influencia del cambio climático en los fenómenos meteorológicos.

La ironía de la situación actual es que el antiambientalismo se está volviendo más extremo justamente en un momento en el que las posibilidades de emprender acciones determinantes deberían ser más altas que nunca.

Por un lado, los peligros del cambio climático ya no son predicciones a futuro: podemos ver el daño ahora, aunque sólo sea una pequeña muestra de los horrores que se avecinan.

Por el otro, las reducciones drásticas en las emisiones de gases de efecto invernadero ahora parecen bastante alcanzables, al menos desde un punto de vista económico. En específico, hay tantos avances en la tecnología relacionada con las energías alternativas que el gobierno de Trump está tratando desesperadamente de apuntalar el carbón contra la competencia de la energía solar y eólica.

Entonces, ¿las políticas ambientales tendrán un lugar importante en las campañas electorales de 2020 en Estados Unidos?

La mayoría de los demócratas parecen renuentes a convertirlo en un tema importante y entiendo por qué: históricamente, la amenaza que suponían las políticas ambientales de extrema derecha parecía abstracta, distante y difícil de ejecutar en comparación con, digamos, los intentos republicanos de desmantelar Obamacare.

Sin embargo, la ola de catástrofes relacionadas con el clima quizá esté cambiando el cálculo político. No soy experto en campañas, pero me parece que estas podrían beneficiarse un poco de comerciales que mostraran los incendios y las inundaciones recientes y señalaran que Donald Trump y sus amigos están haciendo todo lo que pueden para crear más desastres como esos.