/ jueves 12 de diciembre de 2019

La obsesión militar

Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse en ellas.

Charles Maurice de Talleyrand


1. ¿Cambio de régimen? El ciudadano presidente ha repetido que la 4T está avocada a transformar las condiciones materiales que heredó del neoliberalismo. Un ejemplo anémico de su supuesto cambio es la crisis de seguridad y las violencias expandidas, que, lejos de disminuir se han disparado; la otra asignatura pendiente, es la relativa al crecimiento económico. Por ahora, en las próximas líneas nos referiremos a esa insaciable obsesión que tiene el tabasqueño por militarizar todas las actividades nacionales.


2. Soldados y marinos por doquier. Es evidente, que, el cambio prometido es simplemente una quimera. Veamos: en una respuesta de información solicitada por el periódico Reforma fechada el pasado 25 de noviembre, las Secretaría de la Defensa Nacional señaló el número de militares desplegados, informando que, “la cifra de soldados requeridos en el gobierno de AMLO representó un 14.5% más que el mayor número de militares utilizados por Peña Nieto, que fue de 54 mil 980 en 2018”; y, no sólo eso, “también significó un incremento de 19.4% a la tropa utilizada por Calderón en 2011, considerado el año más violento cuando reportó 52 mil 690 efectivos desplegados”. Así, que, tenemos un gobierno de “izquierda” que ha militarizado aún más la seguridad pública que los gobiernos de derecha. No es cierto, que, su catecismo tenga como columna vertebral los abrazos y las abuelas regañonas. La simulación está a la vista.


2. Los marinos en acción. Si no quedaba claro que la visión militarista de AMLO es una de sus políticas públicas prioritarias, analicemos la iniciativa de ley que está cocinándose en la Cámara de Diputados, impulsada por el presidente y la Secretaría de Marina (SEMAR), donde se propone, como lo señala Catalina Pérez Correa en el periódico El Universal el pasado 10 de diciembre, “resolver la duplicidad de funciones dándole todas a la SEMAR. Así, la autoridad militar estará encargada no sólo de la seguridad de puertos y mares, sino también de la construcción de obras, la representación en asuntos internacionales, el nombramiento y remoción de capitanes de puerto, la planeación y conducción de la política mercante y puertos, etc.”. En términos concretos, esta propuesta significará admitir que las Secretaría de Comunicaciones y Transportes es ineficiente y corrupta. Pero ojo, el fondo de este cambio significará también un negocio redondo para la SEMAR, ya que podrá hacer contrataciones sin licitación y adjudicación directa, en nombre de la seguridad nacional. Acaso las ganancias quedarán íntegras en las arcas de la marina o se irán navegando hacia altamar.

pedropenaloza@yahoo.com

Twitter: @pedro_penaloz

Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse en ellas.

Charles Maurice de Talleyrand


1. ¿Cambio de régimen? El ciudadano presidente ha repetido que la 4T está avocada a transformar las condiciones materiales que heredó del neoliberalismo. Un ejemplo anémico de su supuesto cambio es la crisis de seguridad y las violencias expandidas, que, lejos de disminuir se han disparado; la otra asignatura pendiente, es la relativa al crecimiento económico. Por ahora, en las próximas líneas nos referiremos a esa insaciable obsesión que tiene el tabasqueño por militarizar todas las actividades nacionales.


2. Soldados y marinos por doquier. Es evidente, que, el cambio prometido es simplemente una quimera. Veamos: en una respuesta de información solicitada por el periódico Reforma fechada el pasado 25 de noviembre, las Secretaría de la Defensa Nacional señaló el número de militares desplegados, informando que, “la cifra de soldados requeridos en el gobierno de AMLO representó un 14.5% más que el mayor número de militares utilizados por Peña Nieto, que fue de 54 mil 980 en 2018”; y, no sólo eso, “también significó un incremento de 19.4% a la tropa utilizada por Calderón en 2011, considerado el año más violento cuando reportó 52 mil 690 efectivos desplegados”. Así, que, tenemos un gobierno de “izquierda” que ha militarizado aún más la seguridad pública que los gobiernos de derecha. No es cierto, que, su catecismo tenga como columna vertebral los abrazos y las abuelas regañonas. La simulación está a la vista.


2. Los marinos en acción. Si no quedaba claro que la visión militarista de AMLO es una de sus políticas públicas prioritarias, analicemos la iniciativa de ley que está cocinándose en la Cámara de Diputados, impulsada por el presidente y la Secretaría de Marina (SEMAR), donde se propone, como lo señala Catalina Pérez Correa en el periódico El Universal el pasado 10 de diciembre, “resolver la duplicidad de funciones dándole todas a la SEMAR. Así, la autoridad militar estará encargada no sólo de la seguridad de puertos y mares, sino también de la construcción de obras, la representación en asuntos internacionales, el nombramiento y remoción de capitanes de puerto, la planeación y conducción de la política mercante y puertos, etc.”. En términos concretos, esta propuesta significará admitir que las Secretaría de Comunicaciones y Transportes es ineficiente y corrupta. Pero ojo, el fondo de este cambio significará también un negocio redondo para la SEMAR, ya que podrá hacer contrataciones sin licitación y adjudicación directa, en nombre de la seguridad nacional. Acaso las ganancias quedarán íntegras en las arcas de la marina o se irán navegando hacia altamar.

pedropenaloza@yahoo.com

Twitter: @pedro_penaloz

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