/ viernes 1 de abril de 2022

La ola de violencia en Tijuana 

Por Estefanía López Mendoza, investigadora de Causa en Común

Ocupando la cuarta posición de las ciudades más violentas del mundo, de acuerdo con el estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal en 20211, Tijuana mantiene una tendencia a la alza de hechos violentos ocurridos en el transcurso de 2022. Y es que tan solo en las últimas semanas resaltan hechos violentos como el abandono de restos humanas en vía pública dentro de distintas colonias en Tijuana; el asesinato de la defensora de derechos Patricia Susana Rivera Reyes, y de los periodistas Lourdes Maldonado y Margarito Martínez. Aunado a lo anterior, Tijuana está cerca de cerrar el mes de marzo con alrededor de 400 muertes violentas, las cuales en su mayoría ocurren a plena luz del día en lugares como plazas comerciales o avenidas públicas.

Sin duda estos hechos arrojan severos cuestionamientos sobre la eficacia (o incluso de la existencia) de las estrategias de seguridad locales, e incluso federales, que han sido implementadas en los últimos meses en este estado. De acuerdo con el informe de Incidencia Delictiva de Causa en Común, Tijuana ocupa el primer lugar de homicidios registrados (241) en el primer bimestre de 2022; la cuarta posición en trata de personas (7); la octava en caso de robo con violencia (249); el noveno lugar en robo de vehículo con violencia (160); y la segunda posición en casos de narcomenudeo (1,063).

Al respecto, la estrategia federal para combatir la ola de violencia que arrasa a esta ciudad radica en la implementación del programa Fuerza de Tarea Conjunta por México, el cual consiste en la militarización de Tijuana con el arribo de 400 elementos militares, registrado el pasado jueves 17 de marzo del año en curso. De la Operación Contención de Homicidios en la II Zona Militar, se espera un trabajo en conjunto por parte de las Fuerzas Armadas con la Fiscalía del Estado de Baja California, la Secretaría de Seguridad Ciudadana Estatal, y el apoyo a las policías estatales y municipales en actividades de vigilancia en la zona.

Si bien esta estrategia lleva pocos días de ser implementada, a corto plazo la presencia de elementos de la Guardia Nacional no parece ser favorecedora para las tácticas de seguridad, ya que desde el arribo de elementos del ejército se han contabilizado por lo menos 12 casos de abandono de restos humanos en distintos puntos de Tijuana, los cuales van acompañados de mantas con mensajes intimidantes.

Asimismo, el arribo de fuerzas armadas tampoco parece ser favorecedor para el bienestar y la seguridad de los propios efectivos, dado que se tiene conocimiento que elementos de la Guardia Nacional (GN) han tenido que acampar en escuelas públicas a falta de cuarteles, o deambular en predios abandonados. Esto aun cuando el mismo general Luis Cresencio Sandoval habría indicado en conferencias matutinas que por lo menos habría un cuartel de esta dependencia en cada municipio de Baja California.

En conclusión, resta esperar que la Operación Contención de Homicidios en la II Zona Militar sea capaz de erradicar la creciente ola de violencia y homicidios que han tenido que padecer todos los días los habitantes de Tijuana, y que las fiscalías no mantengan en la impunidad este tipo de eventos. Por otra parte, es necesario replantearse la militarización como una forma efectiva de contener y erradicar la violencia en el país; a largo plazo se ha hecho visible que las acciones de militarización en estados como Michoacán y Zacatecas, no han sido efectivas para contener la ola de violencia, teniendo como prueba la serie de masacres ocurridas las últimas semanas en dichos estados, y la continuidad de delitos como secuestro, extorsión y robo.


Por Estefanía López Mendoza, investigadora de Causa en Común

Ocupando la cuarta posición de las ciudades más violentas del mundo, de acuerdo con el estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal en 20211, Tijuana mantiene una tendencia a la alza de hechos violentos ocurridos en el transcurso de 2022. Y es que tan solo en las últimas semanas resaltan hechos violentos como el abandono de restos humanas en vía pública dentro de distintas colonias en Tijuana; el asesinato de la defensora de derechos Patricia Susana Rivera Reyes, y de los periodistas Lourdes Maldonado y Margarito Martínez. Aunado a lo anterior, Tijuana está cerca de cerrar el mes de marzo con alrededor de 400 muertes violentas, las cuales en su mayoría ocurren a plena luz del día en lugares como plazas comerciales o avenidas públicas.

Sin duda estos hechos arrojan severos cuestionamientos sobre la eficacia (o incluso de la existencia) de las estrategias de seguridad locales, e incluso federales, que han sido implementadas en los últimos meses en este estado. De acuerdo con el informe de Incidencia Delictiva de Causa en Común, Tijuana ocupa el primer lugar de homicidios registrados (241) en el primer bimestre de 2022; la cuarta posición en trata de personas (7); la octava en caso de robo con violencia (249); el noveno lugar en robo de vehículo con violencia (160); y la segunda posición en casos de narcomenudeo (1,063).

Al respecto, la estrategia federal para combatir la ola de violencia que arrasa a esta ciudad radica en la implementación del programa Fuerza de Tarea Conjunta por México, el cual consiste en la militarización de Tijuana con el arribo de 400 elementos militares, registrado el pasado jueves 17 de marzo del año en curso. De la Operación Contención de Homicidios en la II Zona Militar, se espera un trabajo en conjunto por parte de las Fuerzas Armadas con la Fiscalía del Estado de Baja California, la Secretaría de Seguridad Ciudadana Estatal, y el apoyo a las policías estatales y municipales en actividades de vigilancia en la zona.

Si bien esta estrategia lleva pocos días de ser implementada, a corto plazo la presencia de elementos de la Guardia Nacional no parece ser favorecedora para las tácticas de seguridad, ya que desde el arribo de elementos del ejército se han contabilizado por lo menos 12 casos de abandono de restos humanos en distintos puntos de Tijuana, los cuales van acompañados de mantas con mensajes intimidantes.

Asimismo, el arribo de fuerzas armadas tampoco parece ser favorecedor para el bienestar y la seguridad de los propios efectivos, dado que se tiene conocimiento que elementos de la Guardia Nacional (GN) han tenido que acampar en escuelas públicas a falta de cuarteles, o deambular en predios abandonados. Esto aun cuando el mismo general Luis Cresencio Sandoval habría indicado en conferencias matutinas que por lo menos habría un cuartel de esta dependencia en cada municipio de Baja California.

En conclusión, resta esperar que la Operación Contención de Homicidios en la II Zona Militar sea capaz de erradicar la creciente ola de violencia y homicidios que han tenido que padecer todos los días los habitantes de Tijuana, y que las fiscalías no mantengan en la impunidad este tipo de eventos. Por otra parte, es necesario replantearse la militarización como una forma efectiva de contener y erradicar la violencia en el país; a largo plazo se ha hecho visible que las acciones de militarización en estados como Michoacán y Zacatecas, no han sido efectivas para contener la ola de violencia, teniendo como prueba la serie de masacres ocurridas las últimas semanas en dichos estados, y la continuidad de delitos como secuestro, extorsión y robo.