Desde niño, he tenido la oportunidad de asistir a un evento que por mucho, es señalado como el más popular de la agenda cívico militar de México. Los cambios a lo largo de la historia de nuestro país, se observan en el número de participantes, composición, misiones, armas e implemento de trabajo de las agrupaciones que año con año se dan cita en el zócalo de la Ciudad de México, para transcurrir en medio de la algarabía, hasta llegar al Campo Marte.
Uno de los factores que he observado en este tipo de eventos, del cual el Desfile del domingo pasado, es por mucho, el más importante y se tratan del fomento al nacionalismo así como del reforzamiento en la identidad de las Fuerzas Armadas como un recurso determinante, para con la sociedad y la solidez de las instituciones. Gobiernos van y gobiernos vienen, y la solvencia moral del Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México, persiste como una de las principales garantías de la democracia.
A lo largo del Desfile fue notable observar el nutrido contingente de la Policía Militar, que ante la grave situación en materia de Seguridad Pública, ha recibido una particular atención por parte del General Secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda. El paso de varias Brigadas, evidencia por otra parte, el notable retraso de las autoridades civiles para hacerse cargo en definitiva, de una de sus responsabilidades básicas, como es garantizar la paz pública y la plena vigencia del Estado de derecho.
El despliegue de tecnología de diversas aplicaciones, también es resultado del robusto sistema escolar militar. Sea desde las academias más preciadas como son el Heroico Colegio Militar, la Heroica Escuela Naval Militar y el Colegio del Aire, pasando por las Escuelas militares y navales de especialidades que van de las Transmisiones a la Medico Militar, pasando por la Militar de Enfermería, la población puede enterarse además, de las opciones que tienen los jóvenes del país, para ingresar a una de las instituciones más apreciadas del país.
Un aspecto que resulta conmovedor, es la masiva concurrencia de cientos de familias que llenan la plancha del zócalo. Para poder estar desde el inicio del Desfile, considerando que éste arranca a las 11.00 horas, esas familias debieron haber llegado entre las 06.00 y las 07.00 de mañana para tener un lugar apropiado para observar el paso de los contingentes. Al momento de concluir la revista que hace el Presidente de la República, acompañado del General Secretario Cienfuegos Zepeda y del Almirante Secretario Soberón Sánz, se libera el acceso y es entonces que el enorme grupo de familias, corre para estar lo más cerca posible de la vallas. Ese en apariencia curioso hecho, es una muestra visible y palpable, del aprecio, identidad y simpatía que tienen las Fuerzas Armadas de la población. Algo que el próximo gobierno sin duda, debe registrar al momento de tomar decisiones en materia de Defensa y Seguridad.
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