/ martes 9 de abril de 2024

La pesadilla de Brzezinski

Por Juan Arellanes*

Desde que inició la guerra en Gaza en octubre pasado, EU desplegó dos portaviones para apoyar a Israel, uno en el mar Mediterráneo y otro en el Golfo Pérsico. Desde entonces, las fuerzas afiliadas a Irán han atacado objetivos estadounidenses en la región. El 24 de enero, tres soldados estadounidenses murieron en un ataque con drones a una base militar en Jordania. En respuesta, EEUU bombardeó objetivos de aliados de Irán en Irak y Siria. Irán hace la guerra a través de sus aliados. Aunque los riesgos de escalada siempre están presentes, no ha habido ataques directos entre EEUU e Irán y, hasta hace poco, no había habido ataques directos entre Irán e Israel.

Sin embargo, el pasado 2 de abril Israel bombardeó la Embajada de Irán en Siria. Murieron altos funcionarios militares y de inteligencia iraníes. El evento representa una escalada significativa del conflicto, pues se trata de un ataque directo de Israel contra Irán, quien ha advertido que habrá una respuesta. Aunque EU se apresuró a comunicar a Teherán que no participó en el ataque, existe el temor de que la represalia de Irán no se dirija contra Israel, sino contra objetivos militares de EU en la región.

Las fuerzas Ansarallah, patrocinadas por Irán, también conocidas como los rebeldes hutíes, han logrado un importante éxito militar al atacar de manera sistemática buques de Israel, EU y Reino Unido. El portaviones USS Eisenhower tuvo que abandonar el Golfo Pérsico para patrullar el Mar Rojo y proteger los intereses económicos de Israel con destino al puerto de Eilat. El éxito de los hutíes radica en la eficiencia de sus operaciones militares: utilizan drones y misiles de crucero antibuque de bajo costo lanzados desde la parte trasera de camiones.

Aunque pocos buques han sido impactados y solo un carguero británico ha sido hundido, su objetivo es hacer del Mar Rojo una ruta demasiado costosa para el transporte comercial de Israel y sus aliados. A pesar de los bombardeos de represalia lanzados por EU, tras una década de guerra en Yemen no hay objetivos militares de valor. Mientras EU dispara costosos Tomahawks de 2 millones de dólares, los hutíes lanzan masivamente drones de 2 mil dólares proporcionados por Irán.

Los ataques son selectivos y los buques del grupo BRICS transitan con tranquilidad. El año pasado, con la incorporación de Arabia Saudí, Egipto, Etiopía e Irán (que controla de facto Yemen), el Mar Rojo se convirtió en un área de influencia del grupo BRICS+. Irán no sólo cuenta con múltiples aliados en la región (Hezbollah en Líbano, el gobierno sirio, Ansarallah en Yemen y las Fuerzas de Movilización Popular en Irak), sino que cuenta con el respaldo de Rusia y China.

En 1997, uno de los mayores geoestrategas estadounidenses, Zbigniew Brzezinski escribió: “el escenario más peligroso [para EU] sería una gran coalición de China, Rusia y quizás Irán, una coalición "antihegemónica" unida no por ideología sino por agravios complementarios”. Su escenario de pesadilla se hizo realidad.

Ahora el mundo contempla, atónito, la mayor crisis geopolítica en décadas, en múltiples escenarios que se extienden de Ucrania a Taiwán, a través de Medio Oriente y la península de Corea.

*Profesor de Geopolítica de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México

Por Juan Arellanes*

Desde que inició la guerra en Gaza en octubre pasado, EU desplegó dos portaviones para apoyar a Israel, uno en el mar Mediterráneo y otro en el Golfo Pérsico. Desde entonces, las fuerzas afiliadas a Irán han atacado objetivos estadounidenses en la región. El 24 de enero, tres soldados estadounidenses murieron en un ataque con drones a una base militar en Jordania. En respuesta, EEUU bombardeó objetivos de aliados de Irán en Irak y Siria. Irán hace la guerra a través de sus aliados. Aunque los riesgos de escalada siempre están presentes, no ha habido ataques directos entre EEUU e Irán y, hasta hace poco, no había habido ataques directos entre Irán e Israel.

Sin embargo, el pasado 2 de abril Israel bombardeó la Embajada de Irán en Siria. Murieron altos funcionarios militares y de inteligencia iraníes. El evento representa una escalada significativa del conflicto, pues se trata de un ataque directo de Israel contra Irán, quien ha advertido que habrá una respuesta. Aunque EU se apresuró a comunicar a Teherán que no participó en el ataque, existe el temor de que la represalia de Irán no se dirija contra Israel, sino contra objetivos militares de EU en la región.

Las fuerzas Ansarallah, patrocinadas por Irán, también conocidas como los rebeldes hutíes, han logrado un importante éxito militar al atacar de manera sistemática buques de Israel, EU y Reino Unido. El portaviones USS Eisenhower tuvo que abandonar el Golfo Pérsico para patrullar el Mar Rojo y proteger los intereses económicos de Israel con destino al puerto de Eilat. El éxito de los hutíes radica en la eficiencia de sus operaciones militares: utilizan drones y misiles de crucero antibuque de bajo costo lanzados desde la parte trasera de camiones.

Aunque pocos buques han sido impactados y solo un carguero británico ha sido hundido, su objetivo es hacer del Mar Rojo una ruta demasiado costosa para el transporte comercial de Israel y sus aliados. A pesar de los bombardeos de represalia lanzados por EU, tras una década de guerra en Yemen no hay objetivos militares de valor. Mientras EU dispara costosos Tomahawks de 2 millones de dólares, los hutíes lanzan masivamente drones de 2 mil dólares proporcionados por Irán.

Los ataques son selectivos y los buques del grupo BRICS transitan con tranquilidad. El año pasado, con la incorporación de Arabia Saudí, Egipto, Etiopía e Irán (que controla de facto Yemen), el Mar Rojo se convirtió en un área de influencia del grupo BRICS+. Irán no sólo cuenta con múltiples aliados en la región (Hezbollah en Líbano, el gobierno sirio, Ansarallah en Yemen y las Fuerzas de Movilización Popular en Irak), sino que cuenta con el respaldo de Rusia y China.

En 1997, uno de los mayores geoestrategas estadounidenses, Zbigniew Brzezinski escribió: “el escenario más peligroso [para EU] sería una gran coalición de China, Rusia y quizás Irán, una coalición "antihegemónica" unida no por ideología sino por agravios complementarios”. Su escenario de pesadilla se hizo realidad.

Ahora el mundo contempla, atónito, la mayor crisis geopolítica en décadas, en múltiples escenarios que se extienden de Ucrania a Taiwán, a través de Medio Oriente y la península de Corea.

*Profesor de Geopolítica de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México