/ domingo 15 de noviembre de 2020

La política de Defensa Nacional de EU

Como resultado de las elecciones en ese país, el Presidente decidió a los pocos días, dos para ser exactos, remover al titular de una de las más importantes áreas en donde se define la capacidad y prestigio del gobierno. El Departamento de Defensa, creado a partir del Acta de Seguridad Nacional de 1947, desde entonces es un pilar de la proyección y fortalecimiento de los intereses de los Estados Unidos en el mundo. Sus titulares, han sido en términos generales, funcionarios de amplia trayectoria y experiencia en el sector, lo que indica a su vez un elevando nivel de profesionalización.

La mayor parte de ellos ha contado con experiencia militar, siendo los dos más destacados, los Generales Georges Marshall (1950-1951) y James Mattis (2017-2018). Pero también hay perfiles, como el del recién cesado Mark Esper (2019-2020) que cumplen con un interesante perfil al contar con cierta experiencia militar y contactos con el mundo empresarial de los sectores de Defensa, Seguridad e Inteligencia. El primer jefe del Departamento de Defensa fue James Forrestal (1947-1949) quien a su vez, fue el último secretario de Marina (a nivel de gabinete).

El Presidente de los Estados Unidos, decidió, en le recta final de su mandato, designar como sustituto de Esper en el Departamento de Defensa, aun militar veterano de las guerras de Afganistán (2001) e Irak (2003), para hacerse cargo de en momentos de una tensión postelectoral nunca vista. Chistopher Miller, deja el cargo de Director del Centro Nacional de Contraterrorismo, para convertirse en el responsable de la conducción de las políticas de Defensa y Militar. Sin duda, un reto bajo las circunstancias en las que se encuentra su país, pero también para proyectar los intereses de su país.

No obstante la situación excepcional de la designación, se trata de un proceso en donde las prioridades en las relaciones civiles y militares, cumplen como desde el inicio de las funciones del Departamento de Defensa, con la misión de conjuntar experiencia militar y profesional-civil, para contar así, con una visión que conjunte las prioridades, objetivos y método de los sectores de Defensa, Seguridad e Inteligencia. Christopher Miller, a contrapelo de lo publicado respecto de su designación, debido a su trayectoria, es un profesional de dichas áreas y atiende a los intereses de los Estados Unidos, más que a los aspectos coyunturales.

Ante la inminencia del relevo en la Casa Blanca, previsto para el 20 de enero, las políticas y programas prioritarios de este o del siguiente gobierno, conservan en general, la orientación/conducción de los asuntos pendientes y antagonismos a los que se enfrenta el país. La institucionalidad de los funcionarios del Pentágono y de los militares, como lo sostuviera el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el General Mark Miller, trabajan orientados por el espíritu de la Constitución. Esto significa, que la preservación de la democracia, es su principal y esencial misión.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


Como resultado de las elecciones en ese país, el Presidente decidió a los pocos días, dos para ser exactos, remover al titular de una de las más importantes áreas en donde se define la capacidad y prestigio del gobierno. El Departamento de Defensa, creado a partir del Acta de Seguridad Nacional de 1947, desde entonces es un pilar de la proyección y fortalecimiento de los intereses de los Estados Unidos en el mundo. Sus titulares, han sido en términos generales, funcionarios de amplia trayectoria y experiencia en el sector, lo que indica a su vez un elevando nivel de profesionalización.

La mayor parte de ellos ha contado con experiencia militar, siendo los dos más destacados, los Generales Georges Marshall (1950-1951) y James Mattis (2017-2018). Pero también hay perfiles, como el del recién cesado Mark Esper (2019-2020) que cumplen con un interesante perfil al contar con cierta experiencia militar y contactos con el mundo empresarial de los sectores de Defensa, Seguridad e Inteligencia. El primer jefe del Departamento de Defensa fue James Forrestal (1947-1949) quien a su vez, fue el último secretario de Marina (a nivel de gabinete).

El Presidente de los Estados Unidos, decidió, en le recta final de su mandato, designar como sustituto de Esper en el Departamento de Defensa, aun militar veterano de las guerras de Afganistán (2001) e Irak (2003), para hacerse cargo de en momentos de una tensión postelectoral nunca vista. Chistopher Miller, deja el cargo de Director del Centro Nacional de Contraterrorismo, para convertirse en el responsable de la conducción de las políticas de Defensa y Militar. Sin duda, un reto bajo las circunstancias en las que se encuentra su país, pero también para proyectar los intereses de su país.

No obstante la situación excepcional de la designación, se trata de un proceso en donde las prioridades en las relaciones civiles y militares, cumplen como desde el inicio de las funciones del Departamento de Defensa, con la misión de conjuntar experiencia militar y profesional-civil, para contar así, con una visión que conjunte las prioridades, objetivos y método de los sectores de Defensa, Seguridad e Inteligencia. Christopher Miller, a contrapelo de lo publicado respecto de su designación, debido a su trayectoria, es un profesional de dichas áreas y atiende a los intereses de los Estados Unidos, más que a los aspectos coyunturales.

Ante la inminencia del relevo en la Casa Blanca, previsto para el 20 de enero, las políticas y programas prioritarios de este o del siguiente gobierno, conservan en general, la orientación/conducción de los asuntos pendientes y antagonismos a los que se enfrenta el país. La institucionalidad de los funcionarios del Pentágono y de los militares, como lo sostuviera el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el General Mark Miller, trabajan orientados por el espíritu de la Constitución. Esto significa, que la preservación de la democracia, es su principal y esencial misión.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso