/ sábado 17 de marzo de 2018

La prevención del delito (segunda parte)

Para continuar con este tema de la Prevención del Delito tomaré un párrafo de uneditorial mío de hace algunos meses en el cual decía que Prevención del Delito, en nuestros tiempos, es incidir en todos aquellos factores que propician los actos ilícitos y que, aplicando grandes medidas, nos darán resultados a la larga. Es buscar la solución en la moderna Política Criminal de Estado, entendida como una sistematización sociopolítica y jurídica de las prioridades, actividades y medios dirigidos al control y eventual erradicación de los fenómenos delincuenciales suscitados en un territorio determinado. De esta forma se convierte entonces en el bastión jurídico-político sobre el cual habrán de organizarse y accionarseuna gama de recursos, conocimientos, personal y materiales existentes, a fin de combatir el cáncer social denominado delincuencia, en sus dos vertientes, ya sea ordinaria, o bien, organizada”.

Podríamos argumentar que son muchos los motivos que causan el delito; destacan sin duda los aspectos educativos, familiares y económicos, tal vez no en ese orden, pero sí con acentuación especial en la difícil situación económica y en los bajos niveles de preparación educativa. Ambas situaciones son muy preocupantes concretamente en México. En nuestro país la economía ha deshecho los bolsillos de la mayor parte de la población; la falta de educación propicia una gran incultura entre la población joven que sabe que si no tiene estudios no tiene trabajo, luego delinque. Estos dos factores, la pésima aplicación de la economía y la deplorable educación no tendrán solución en menos de 30 años, siempre y cuando hoy se inicie un proceso regenerativo.

Una teoría cultural explica los índices delictivos relativamente elevados como resultado de las condiciones de cualquier sociedad de influencia criminógena. Entre ellos hay que mencionar las cualidades materialistas, complejas y dinámicas de la cultura, la ruptura de las relaciones propias de los grupos primarios (la familia) y la corrupción e ineficacia políticas. Esta teoría nos explica porqué la mayor delincuencia de los varones se debe al hecho de que las mujeres se hallan relativamente protegidas contra la tensión de la vida económica competitiva y a sus diferentes códigos morales y papeles sociales. Nótese que escribí la palabra “relativamente”.

Por lo que toca a la conceptualización internacional, casi todos los países del mundo están inmersos en acciones permanentes de Prevención del Delito. Como ya se ha dicho, la última década se ha destacado por un crecimiento inusitado de la criminalidad, sobretodo de la que utiliza todos los recursos de la modernidad para delinquir. La respuesta natural de la sociedad es protegerse de la mejor forma de este flagelo. Así, se han producido recursos inimaginables para evitar los factores de riesgo y pasar a formar parte de las listas de afectados.

El problema no es sencillo; diríamos que es mayúsculo. Tan lo es que desde las década de los cincuentas, la Organización de las Naciones Unidas, creada en 1945, organiza cada cinco años las reuniones mundiales llamadas Congresos de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente. El primer congreso fue en Ginebra en 1955, el segundo en 1960 en Londres, el tercero en 1965 en Estocolmo, el cuarto en 1970 en Kyoto, el quinto fue de nuevo en Ginebra en 1975, el sexto se efectuó en Caracas en 1980, el séptimo en Milán en 1985, el octavo en 1990 en La Habana, el noveno en 1995 en El Cairo, el décimo en Viena en 2000, el décimo primero en Bangkok en 2005, y el décimo segundo en San Salvador de Bahía, Brasil en 2010, y el décimo tercero en Doha, Qatar, en 2015.

El séptimo congreso es mejor conocido por el Plan de Acción de Milán ya que hubo una respuesta concertada de parte de la comunidad de naciones para abordar los factores socioeconómicos que son causales de la comisión de delitos. Aquí se trataron los problemas de desempleo, marginalidad social y educacional, e injusta distribución de la riqueza, entre otros. El tema de ese Congreso fue “Prevención del delito para la libertad, la justicia, la paz y el desarrollo”.

Cada reunión ha emitido recomendaciones importantes en la materia, las cuales son ampliamente difundidas a través de los Ministerios del Exterior de cada país, y en otras reuniones de la propia Organización Mundial. A todos han asistido funcionarios gubernamentales de diversas áreas, encabezados por Relaciones Exteriores.

En México nunca se sabe nada de esto, ni se informa, ni se pone en funcionamiento ningún programa, ni le interesa a ningún político.No hay duda de que la Prevención del Delito debe darse a partir de la Política Criminal. Los abogados que han dirigido este país ¿habrán escuchado alguna vez lo que es Política Criminal? Más fácil, ¿sabrán lo que es la Cultura de Prevención del Delito?

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx

Para continuar con este tema de la Prevención del Delito tomaré un párrafo de uneditorial mío de hace algunos meses en el cual decía que Prevención del Delito, en nuestros tiempos, es incidir en todos aquellos factores que propician los actos ilícitos y que, aplicando grandes medidas, nos darán resultados a la larga. Es buscar la solución en la moderna Política Criminal de Estado, entendida como una sistematización sociopolítica y jurídica de las prioridades, actividades y medios dirigidos al control y eventual erradicación de los fenómenos delincuenciales suscitados en un territorio determinado. De esta forma se convierte entonces en el bastión jurídico-político sobre el cual habrán de organizarse y accionarseuna gama de recursos, conocimientos, personal y materiales existentes, a fin de combatir el cáncer social denominado delincuencia, en sus dos vertientes, ya sea ordinaria, o bien, organizada”.

Podríamos argumentar que son muchos los motivos que causan el delito; destacan sin duda los aspectos educativos, familiares y económicos, tal vez no en ese orden, pero sí con acentuación especial en la difícil situación económica y en los bajos niveles de preparación educativa. Ambas situaciones son muy preocupantes concretamente en México. En nuestro país la economía ha deshecho los bolsillos de la mayor parte de la población; la falta de educación propicia una gran incultura entre la población joven que sabe que si no tiene estudios no tiene trabajo, luego delinque. Estos dos factores, la pésima aplicación de la economía y la deplorable educación no tendrán solución en menos de 30 años, siempre y cuando hoy se inicie un proceso regenerativo.

Una teoría cultural explica los índices delictivos relativamente elevados como resultado de las condiciones de cualquier sociedad de influencia criminógena. Entre ellos hay que mencionar las cualidades materialistas, complejas y dinámicas de la cultura, la ruptura de las relaciones propias de los grupos primarios (la familia) y la corrupción e ineficacia políticas. Esta teoría nos explica porqué la mayor delincuencia de los varones se debe al hecho de que las mujeres se hallan relativamente protegidas contra la tensión de la vida económica competitiva y a sus diferentes códigos morales y papeles sociales. Nótese que escribí la palabra “relativamente”.

Por lo que toca a la conceptualización internacional, casi todos los países del mundo están inmersos en acciones permanentes de Prevención del Delito. Como ya se ha dicho, la última década se ha destacado por un crecimiento inusitado de la criminalidad, sobretodo de la que utiliza todos los recursos de la modernidad para delinquir. La respuesta natural de la sociedad es protegerse de la mejor forma de este flagelo. Así, se han producido recursos inimaginables para evitar los factores de riesgo y pasar a formar parte de las listas de afectados.

El problema no es sencillo; diríamos que es mayúsculo. Tan lo es que desde las década de los cincuentas, la Organización de las Naciones Unidas, creada en 1945, organiza cada cinco años las reuniones mundiales llamadas Congresos de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente. El primer congreso fue en Ginebra en 1955, el segundo en 1960 en Londres, el tercero en 1965 en Estocolmo, el cuarto en 1970 en Kyoto, el quinto fue de nuevo en Ginebra en 1975, el sexto se efectuó en Caracas en 1980, el séptimo en Milán en 1985, el octavo en 1990 en La Habana, el noveno en 1995 en El Cairo, el décimo en Viena en 2000, el décimo primero en Bangkok en 2005, y el décimo segundo en San Salvador de Bahía, Brasil en 2010, y el décimo tercero en Doha, Qatar, en 2015.

El séptimo congreso es mejor conocido por el Plan de Acción de Milán ya que hubo una respuesta concertada de parte de la comunidad de naciones para abordar los factores socioeconómicos que son causales de la comisión de delitos. Aquí se trataron los problemas de desempleo, marginalidad social y educacional, e injusta distribución de la riqueza, entre otros. El tema de ese Congreso fue “Prevención del delito para la libertad, la justicia, la paz y el desarrollo”.

Cada reunión ha emitido recomendaciones importantes en la materia, las cuales son ampliamente difundidas a través de los Ministerios del Exterior de cada país, y en otras reuniones de la propia Organización Mundial. A todos han asistido funcionarios gubernamentales de diversas áreas, encabezados por Relaciones Exteriores.

En México nunca se sabe nada de esto, ni se informa, ni se pone en funcionamiento ningún programa, ni le interesa a ningún político.No hay duda de que la Prevención del Delito debe darse a partir de la Política Criminal. Los abogados que han dirigido este país ¿habrán escuchado alguna vez lo que es Política Criminal? Más fácil, ¿sabrán lo que es la Cultura de Prevención del Delito?

Fundador de Notimex

pacofonn@yahoo.com.mx