/ miércoles 30 de mayo de 2018

La primera infancia, ¿qué México queremos?

Por: Aranza Alonso

El seis de marzo de 2018, la UNESCO publicó temas degran trascendencia sobre la Primera Infancia y los beneficios sociales que se pueden lograr al priorizar esta etapa tan importante. En el textoLa atención y educación de la Primera Infancia, cuna de la cohesión social, expone argumentos importantes que actualmente, políticos, empresarios, actores sociales y de la academia deben tomar en cuenta en sus análisis y diagnósticos sobre la situación social en la que vivimos y a la que aspiramos.

La UNESCO resalta que, “la atención que se da a la Primera Infancia ayuda a construir sociedades más equitativas e inclusivas, al brindar a la niñez cimientos sólidos con miras a su aprendizaje a lo largo de sus vidas”.

¿Por qué durante la primera infancia y no después debe brindarse una atención puntual e integral? La respuesta es sencilla: es el momento en el que las niñas y niños se encuentran más propensos a adoptar y familiarizarse con actitudes, valores y principios que difícilmente desaparecerán si se cultivan desde una edad temprana. Por ejemplo, para que una niña o niño conciba como algo normal los valores de equidad y solidaridad no basta con la escuela, si en casa o en otros espacios observa la violencia o actitudes agresivas como algo común,el resultado será la normalización de la violencia hacia otros.

La pobreza es un aspecto directamente proporcional al desarrollo armónico e integral de la niñez. En México los datos son alarmantes: De acuerdo con el Coneval y UNICEF, 60% de las niñas y niños en México viven en la pobreza; de cada 1000 recién nacidos vivos, fallecen 13.3 antes de cumplir el primer año de edad; 15.8 de cada 100 niñas y niños menores de cinco años padecen desnutrición; el 38.6% de las niñas y niños no cuentan con un esquema completo de vacunación; de acuerdo con el INEGI, de 2010 a 2016, fueron asesinados mil 237 niñas y niños entre cero y cinco años; la lista de datos es amplia, pero la información aquí presentada sirve para ilustrar la difícil situación en que se encuentra la Primera infancia en México.

La desnutrición, la pobreza, la violencia y la falta de atención en la Primera Infancia tienen un fuerte efecto negativo: las niñas y niños que crecen con carencias en la mayoría (acorde al INEGI) no finalizan sus estudios. Por lo cual, una mala educación deriva en empleos mal pagados y de baja calidad, en la reducción de la productividad nacional, en el aumento de la delincuencia e inseguridad, entre otros aspectos de fuerte impacto que frenan el crecimiento del país.

¿Qué hacer? El contexto actual es ideal, nos encontramos en medio de un proceso electoral en el que los candidatos a la Presidencia de la República, gubernaturas y Congreso de la Unión es una oportunidad para atender esta problemática social al incluir políticas públicas puntuales, dentro de sus propuestas. Recientemente los candidatos a la Presidencia firmaron el Pacto por la Primera Infancia, sin embargo, aún faltan muchos actores por sumarse a esta iniciativa e integrar como un tema trascendental para sus agendas. No basta con únicamente apoyar esta iniciativa, sino de asumir compromisos con las niñas y niños de México que hoy sufren violencia, desigualdad, pobreza, desnutrición y deterioro en su salud.Asumir esta agenda sólo en el discurso implica una suma cero de los actores políticos.

Académicos, actores sociales, empresarios y autoridades están llamados a colaborar integralmente con esta causa justa, moralmente válida y técnicamente viable.¿Qué país queremos para los próximos años y qué valoresqueremos heredar para las próximas generaciones?

Coordinadora del Pacto por la Primera Infancia

Por: Aranza Alonso

El seis de marzo de 2018, la UNESCO publicó temas degran trascendencia sobre la Primera Infancia y los beneficios sociales que se pueden lograr al priorizar esta etapa tan importante. En el textoLa atención y educación de la Primera Infancia, cuna de la cohesión social, expone argumentos importantes que actualmente, políticos, empresarios, actores sociales y de la academia deben tomar en cuenta en sus análisis y diagnósticos sobre la situación social en la que vivimos y a la que aspiramos.

La UNESCO resalta que, “la atención que se da a la Primera Infancia ayuda a construir sociedades más equitativas e inclusivas, al brindar a la niñez cimientos sólidos con miras a su aprendizaje a lo largo de sus vidas”.

¿Por qué durante la primera infancia y no después debe brindarse una atención puntual e integral? La respuesta es sencilla: es el momento en el que las niñas y niños se encuentran más propensos a adoptar y familiarizarse con actitudes, valores y principios que difícilmente desaparecerán si se cultivan desde una edad temprana. Por ejemplo, para que una niña o niño conciba como algo normal los valores de equidad y solidaridad no basta con la escuela, si en casa o en otros espacios observa la violencia o actitudes agresivas como algo común,el resultado será la normalización de la violencia hacia otros.

La pobreza es un aspecto directamente proporcional al desarrollo armónico e integral de la niñez. En México los datos son alarmantes: De acuerdo con el Coneval y UNICEF, 60% de las niñas y niños en México viven en la pobreza; de cada 1000 recién nacidos vivos, fallecen 13.3 antes de cumplir el primer año de edad; 15.8 de cada 100 niñas y niños menores de cinco años padecen desnutrición; el 38.6% de las niñas y niños no cuentan con un esquema completo de vacunación; de acuerdo con el INEGI, de 2010 a 2016, fueron asesinados mil 237 niñas y niños entre cero y cinco años; la lista de datos es amplia, pero la información aquí presentada sirve para ilustrar la difícil situación en que se encuentra la Primera infancia en México.

La desnutrición, la pobreza, la violencia y la falta de atención en la Primera Infancia tienen un fuerte efecto negativo: las niñas y niños que crecen con carencias en la mayoría (acorde al INEGI) no finalizan sus estudios. Por lo cual, una mala educación deriva en empleos mal pagados y de baja calidad, en la reducción de la productividad nacional, en el aumento de la delincuencia e inseguridad, entre otros aspectos de fuerte impacto que frenan el crecimiento del país.

¿Qué hacer? El contexto actual es ideal, nos encontramos en medio de un proceso electoral en el que los candidatos a la Presidencia de la República, gubernaturas y Congreso de la Unión es una oportunidad para atender esta problemática social al incluir políticas públicas puntuales, dentro de sus propuestas. Recientemente los candidatos a la Presidencia firmaron el Pacto por la Primera Infancia, sin embargo, aún faltan muchos actores por sumarse a esta iniciativa e integrar como un tema trascendental para sus agendas. No basta con únicamente apoyar esta iniciativa, sino de asumir compromisos con las niñas y niños de México que hoy sufren violencia, desigualdad, pobreza, desnutrición y deterioro en su salud.Asumir esta agenda sólo en el discurso implica una suma cero de los actores políticos.

Académicos, actores sociales, empresarios y autoridades están llamados a colaborar integralmente con esta causa justa, moralmente válida y técnicamente viable.¿Qué país queremos para los próximos años y qué valoresqueremos heredar para las próximas generaciones?

Coordinadora del Pacto por la Primera Infancia