/ jueves 17 de marzo de 2022

La prioridad de Delfina no son las y los niños de México

Una típica escuela primaria pública federal realiza sus actividades académicas, en su turno matutino, entre las 8 y las 12:30hrs, en tanto que una jornada laboral promedio se extiende entre las 8 y las 16hrs. El programa de escuelas de tiempo

completo (PETC) le daba la oportunidad a entre 3.6 y 4 millones de niñas y niños mexicanos, de permanecer en un lugar seguro, recibir educación extracurricular y, sobre todo, alimentarse de forma balanceada, en tanto sus padres o tutores, mayoritariamente madres solteras, pudieran recogerlos y llevarlos de regreso a casa.

La desaparición de dichas instituciones, sin que medie alguna explicación seria por parte de la Secretaría de Educación, es un sinsentido que afectará las posibilidades de millones de menores de acceder a oportunidades que mejoren sus condiciones de vida, más aún, se trata de una decisión política que en el corto plazo ampliará la brecha de desigualdad en perjuicio de quienes menos tienen.

Las escuelas de tiempo completo, más de 27 mil en todo el país, buscaban optimizar el uso efectivo del tiempo escolar, homologando las horas clase –entre 6 y 8 horas- con el horario laboral de sus padres y equiparándolas con las currículas vigentes en la mayoría de los países de la OCDE. En dichas instalaciones, las y los niños recibían clases que les permitían mejorar sus habilidades en cuanto a lectura y escritura, matemáticas, arte y cultura, desarrollo físico, así como en procesos de inclusión y convivencia, sin duda se trataba de un programa perfectible, pero tan exitoso que el gobierno de Morena en la Ciudad de México ya se plantea sostenerlo con recursos propios, privilegio que la mayoría de las entidades no pueden costear.

No es nuevo el intento de la actual administración por desaparecer este programa, la política de pseudo austeridad del presidente López Obrador redujo su presupuesto de 9.564 millones de pesos (MDP) en 2019, a 5.100 MDP en 2020, en tanto que el proyecto de PEF 2021 no contemplaba recursos para las mismas, ante ello, organizaciones de la sociedad civil como Aprender Primero tramitaron amparos que fueron resueltos por el Juez Octavo de Distrito en materia administrativa de la Ciudad de México ordenando tanto al Ejecutivo federal, como al Legislativo, garantizar el financiamiento necesario para su operación. En el PEF 2022 la Cámara de Diputadas y Diputados, en ejercicio de nuestra facultad exclusiva, etiqueto 5.000 MDP para su sostenimiento, un presupuesto insuficiente, pero indispensable.

Ante tal realidad, resulta alarmante que la Secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, quien paradójicamente se asume como educadora, tome una decisión de tal calado excusada en el desgastado argumento de la austeridad mal entendida. Merece la pena recordar que de los más de 364.484 MDP asignados a la SEP, las erogaciones para el PETC apenas representan el 1.3%, ergo, es válida la pregunta: ¿la Secretaria Delfina Gómez si tiene recursos para comprar cubrebocas, vía una adjudicación directa, a 90 pesos cada uno, pero no para alimentar y educar a millones de niñas y niños vulnerables? Pareciera que las prioridades de Delfina no son las correctas.


Una típica escuela primaria pública federal realiza sus actividades académicas, en su turno matutino, entre las 8 y las 12:30hrs, en tanto que una jornada laboral promedio se extiende entre las 8 y las 16hrs. El programa de escuelas de tiempo

completo (PETC) le daba la oportunidad a entre 3.6 y 4 millones de niñas y niños mexicanos, de permanecer en un lugar seguro, recibir educación extracurricular y, sobre todo, alimentarse de forma balanceada, en tanto sus padres o tutores, mayoritariamente madres solteras, pudieran recogerlos y llevarlos de regreso a casa.

La desaparición de dichas instituciones, sin que medie alguna explicación seria por parte de la Secretaría de Educación, es un sinsentido que afectará las posibilidades de millones de menores de acceder a oportunidades que mejoren sus condiciones de vida, más aún, se trata de una decisión política que en el corto plazo ampliará la brecha de desigualdad en perjuicio de quienes menos tienen.

Las escuelas de tiempo completo, más de 27 mil en todo el país, buscaban optimizar el uso efectivo del tiempo escolar, homologando las horas clase –entre 6 y 8 horas- con el horario laboral de sus padres y equiparándolas con las currículas vigentes en la mayoría de los países de la OCDE. En dichas instalaciones, las y los niños recibían clases que les permitían mejorar sus habilidades en cuanto a lectura y escritura, matemáticas, arte y cultura, desarrollo físico, así como en procesos de inclusión y convivencia, sin duda se trataba de un programa perfectible, pero tan exitoso que el gobierno de Morena en la Ciudad de México ya se plantea sostenerlo con recursos propios, privilegio que la mayoría de las entidades no pueden costear.

No es nuevo el intento de la actual administración por desaparecer este programa, la política de pseudo austeridad del presidente López Obrador redujo su presupuesto de 9.564 millones de pesos (MDP) en 2019, a 5.100 MDP en 2020, en tanto que el proyecto de PEF 2021 no contemplaba recursos para las mismas, ante ello, organizaciones de la sociedad civil como Aprender Primero tramitaron amparos que fueron resueltos por el Juez Octavo de Distrito en materia administrativa de la Ciudad de México ordenando tanto al Ejecutivo federal, como al Legislativo, garantizar el financiamiento necesario para su operación. En el PEF 2022 la Cámara de Diputadas y Diputados, en ejercicio de nuestra facultad exclusiva, etiqueto 5.000 MDP para su sostenimiento, un presupuesto insuficiente, pero indispensable.

Ante tal realidad, resulta alarmante que la Secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, quien paradójicamente se asume como educadora, tome una decisión de tal calado excusada en el desgastado argumento de la austeridad mal entendida. Merece la pena recordar que de los más de 364.484 MDP asignados a la SEP, las erogaciones para el PETC apenas representan el 1.3%, ergo, es válida la pregunta: ¿la Secretaria Delfina Gómez si tiene recursos para comprar cubrebocas, vía una adjudicación directa, a 90 pesos cada uno, pero no para alimentar y educar a millones de niñas y niños vulnerables? Pareciera que las prioridades de Delfina no son las correctas.