/ domingo 9 de febrero de 2020

La profesión militar

Aunque sea un lugar común, de las instituciones a lo largo de la historia y desde los orígenes mismos de las civilizaciones y culturas, las Fuerzas Armadas, en sus distintas etapas, han acompañado el desarrollo de la humanidad. La guerra forma parte de la naturaleza de nuestra especie. La capacidad de adaptación ante el transcurso del tiempo, le ha permitido a la institución militar formar parte de los cambios, cuando no, encabezarlos.

La formación del militar profesional, es una de las principales metas de los Estados, desde que se constituye como una profesión y vocación. El servicio de las armas, requiere por lo tanto, un cuerpo de doctrina, de armamento y de adiestramiento. Pero la base, sin duda, es la filosofía y doctrina militares, pues son las que orientan y dan ese sentido se servicio a la sociedad. Las causas que defiende e identifican al estamento militar, parten de las consideraciones geográficas, históricas y sociológicas del Estado y de la sociedad. De allí que las motivaciones del servicio militar profesional, sea en México o en cualquier otro país, se deben fomentar y fortalecer, para que la defensa del territorio implique a su vez, garantizar la libertad, la independencia y soberanía de la Nación.

Es evidente que la agenda de responsabilidades para las Fuerzas Armadas en las democracias contemporáneas, se ha diversificado y en consecuencia, el adiestramiento e incluso el equipamiento, observan muy importantes ajustes. Sin embargo, esto de ninguna manera significa que la naturaleza institucional del sector Defensa cambie o desaparezca. Mucho menos en una contexto de permanente desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas de aplicación militar. La permanente carrera armamentística, requiere en el caso específico de México, de Fuerzas Armadas con capacidades disuasivas, a partir de contar con un factor humano profesional, de formación doctrinaria sólida y una reconocida vocación de servicio.

La prolongada implicación del Ejército Mexicana, Armada de México y de la Fuerza Aérea Mexicana, en tareas de apoyo a la Seguridad Pública, en forma alguna debe ser consideradas dichas tareas, como la base e incluso, pretexto, para modificar la sustancial importancia para seguir desarrollando las capacidades militares del país. De allí, la relevancia del Sistema Educativo Militar, tanto en la Secretaría de la Defensa Nacional como en la Secretaría de Marina Armada de México. De los miles de profesionales que año con año egresan de sus aulas, depende la viabilidad y consistencia de la Doctrina Militar con las que las presentes y futuras generaciones, son y serán formadas en la carrera de las armas.

El reto que enfrentan los titulares de ambas dependencias, el General Secretario Luis Sandoval y el Almirante Secretario Rafael Ojeda, es persistir –como lo hacen de forma cotidiana, en el fortalecimiento de las capacidades filosóficas y doctrinarias de las Fuerzas Armadas. Ese es una verdadero servicio a la Nación.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Aunque sea un lugar común, de las instituciones a lo largo de la historia y desde los orígenes mismos de las civilizaciones y culturas, las Fuerzas Armadas, en sus distintas etapas, han acompañado el desarrollo de la humanidad. La guerra forma parte de la naturaleza de nuestra especie. La capacidad de adaptación ante el transcurso del tiempo, le ha permitido a la institución militar formar parte de los cambios, cuando no, encabezarlos.

La formación del militar profesional, es una de las principales metas de los Estados, desde que se constituye como una profesión y vocación. El servicio de las armas, requiere por lo tanto, un cuerpo de doctrina, de armamento y de adiestramiento. Pero la base, sin duda, es la filosofía y doctrina militares, pues son las que orientan y dan ese sentido se servicio a la sociedad. Las causas que defiende e identifican al estamento militar, parten de las consideraciones geográficas, históricas y sociológicas del Estado y de la sociedad. De allí que las motivaciones del servicio militar profesional, sea en México o en cualquier otro país, se deben fomentar y fortalecer, para que la defensa del territorio implique a su vez, garantizar la libertad, la independencia y soberanía de la Nación.

Es evidente que la agenda de responsabilidades para las Fuerzas Armadas en las democracias contemporáneas, se ha diversificado y en consecuencia, el adiestramiento e incluso el equipamiento, observan muy importantes ajustes. Sin embargo, esto de ninguna manera significa que la naturaleza institucional del sector Defensa cambie o desaparezca. Mucho menos en una contexto de permanente desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas de aplicación militar. La permanente carrera armamentística, requiere en el caso específico de México, de Fuerzas Armadas con capacidades disuasivas, a partir de contar con un factor humano profesional, de formación doctrinaria sólida y una reconocida vocación de servicio.

La prolongada implicación del Ejército Mexicana, Armada de México y de la Fuerza Aérea Mexicana, en tareas de apoyo a la Seguridad Pública, en forma alguna debe ser consideradas dichas tareas, como la base e incluso, pretexto, para modificar la sustancial importancia para seguir desarrollando las capacidades militares del país. De allí, la relevancia del Sistema Educativo Militar, tanto en la Secretaría de la Defensa Nacional como en la Secretaría de Marina Armada de México. De los miles de profesionales que año con año egresan de sus aulas, depende la viabilidad y consistencia de la Doctrina Militar con las que las presentes y futuras generaciones, son y serán formadas en la carrera de las armas.

El reto que enfrentan los titulares de ambas dependencias, el General Secretario Luis Sandoval y el Almirante Secretario Rafael Ojeda, es persistir –como lo hacen de forma cotidiana, en el fortalecimiento de las capacidades filosóficas y doctrinarias de las Fuerzas Armadas. Ese es una verdadero servicio a la Nación.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso