/ martes 23 de octubre de 2018

La provocadora caravana

La aventura en la que se han lanzado más de 4 mil hondureños en su camino a Estados Unidos, ha puesto en jaque a los gobiernos de la región. La tensión ha crecido, y más allá de las amenazas de Trump, la política exterior de México, y su congruencia están siendo puestas a prueba, pues el amago de Washington ha derivado en una lamentable posición de la Cancillería frente a nuestras hermanas y hermanos centroamericanos.

La tensión en la frontera norte de México se prevé, llegue a un punto crítico en los próximos meses, pues además de los casi cuatro mil 500 hondureños que pretenden llegar a los Estados Unidos, hay aún cerca de mil 500 haitianos que llegaron desde el año pasado y buscan aún cruzar.

Sin embargo, en un lamentable acto, la Cancillería mexicana ha respondido acorde al llamado de la Casa Blanca, y se han enviado desde el miércoles pasado, más de 250 elementos de fuerzas de Policía Federal.

La detención de la caravana el viernes pasado en el cruce del Río Suchiate fue a todas luces, contraria al derecho internacional y a nuestras propias leyes. Desde el 2000, México ratificó las protecciones consagradas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967. Mientras que la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político garantiza que posibles solicitantes de asilo tengan información clara sobre el proceso y 45 días para recibir apoyo y realizar la solicitud, independientemente de su situación migratoria, no una recepción con cientos de policías.

La decisión mexicana sin embargo, ha dejado bien plantado a Trump frente a un gran sector de la población estadounidense que en las últimas semanas se había volcado hacia los demócratas (con 46 por ciento de intención de voto) de cara a las próximas elecciones del 6 de noviembre donde se renovará gran parte del Congreso y los gobiernos de los estados.

Desde México el equipo de transición ha lanzado ya una interesante propuesta, en la que el ofrecimiento de visas de trabajo para migrantes, se materializaría desde el próximo 1 de diciembre. Esta medida que para muchos suena extravagante, tiene un referente próximo, en los programas de capacitación vinculación laboral que desde hace tresaños en la CdMx.

Si desde Washington desean detener la migración sur-norte, es urgente promover desarrollo, inversiones y seguridad en los lugares expulsores de personas. México no sólo está siendo probado, sino obligado a imitar malas prácticas con las que históricamente se ha estado en contra.

La aventura en la que se han lanzado más de 4 mil hondureños en su camino a Estados Unidos, ha puesto en jaque a los gobiernos de la región. La tensión ha crecido, y más allá de las amenazas de Trump, la política exterior de México, y su congruencia están siendo puestas a prueba, pues el amago de Washington ha derivado en una lamentable posición de la Cancillería frente a nuestras hermanas y hermanos centroamericanos.

La tensión en la frontera norte de México se prevé, llegue a un punto crítico en los próximos meses, pues además de los casi cuatro mil 500 hondureños que pretenden llegar a los Estados Unidos, hay aún cerca de mil 500 haitianos que llegaron desde el año pasado y buscan aún cruzar.

Sin embargo, en un lamentable acto, la Cancillería mexicana ha respondido acorde al llamado de la Casa Blanca, y se han enviado desde el miércoles pasado, más de 250 elementos de fuerzas de Policía Federal.

La detención de la caravana el viernes pasado en el cruce del Río Suchiate fue a todas luces, contraria al derecho internacional y a nuestras propias leyes. Desde el 2000, México ratificó las protecciones consagradas en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967. Mientras que la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político garantiza que posibles solicitantes de asilo tengan información clara sobre el proceso y 45 días para recibir apoyo y realizar la solicitud, independientemente de su situación migratoria, no una recepción con cientos de policías.

La decisión mexicana sin embargo, ha dejado bien plantado a Trump frente a un gran sector de la población estadounidense que en las últimas semanas se había volcado hacia los demócratas (con 46 por ciento de intención de voto) de cara a las próximas elecciones del 6 de noviembre donde se renovará gran parte del Congreso y los gobiernos de los estados.

Desde México el equipo de transición ha lanzado ya una interesante propuesta, en la que el ofrecimiento de visas de trabajo para migrantes, se materializaría desde el próximo 1 de diciembre. Esta medida que para muchos suena extravagante, tiene un referente próximo, en los programas de capacitación vinculación laboral que desde hace tresaños en la CdMx.

Si desde Washington desean detener la migración sur-norte, es urgente promover desarrollo, inversiones y seguridad en los lugares expulsores de personas. México no sólo está siendo probado, sino obligado a imitar malas prácticas con las que históricamente se ha estado en contra.