/ lunes 28 de enero de 2019

La razón de los organismos autónomos

Al Presidente López Obrador no le gustan los organismos autónomos. Ya nos dimos cuenta que no le gusta se le recomiende lo que hay que hacer o enmendar.

Sin embargo nuestra sociedad decidió tiempo atrás que es necesario para la democracia que haya transparencia y rendición de cuentas de los recursos públicos, sus planes y programas; por eso se crearon los organismos constitucionales autónomos.

Pero alerta: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática tendrá serias dificultades para su funcionamiento derivado de los recortes a su presupuesto decidido por el Presidente.

Una contribución para evaluar el ejercicio de los recursos públicos, no el único, pero sí uno de los más formales, son las encuestas que realiza periódicamente el Inegi. Los datos estadísticos en cada rubro nos ayudan a sustentar un análisis diagnóstico del resultado de las acciones gubernamentales y de cómo trasciende el manejo de los presupuestos del erario público en la vida cotidiana de las personas. Ninguna política, cuyo objetivo sea impulsar el desarrollo humano sostenible, puede funcionar si no hay una evaluación diagnóstica de las estructuras productivas que se deben revisar de manera cualitativa y cuantitativa sin visos políticos, esa es la razón por la que el Inegi es un organismo constitucional autónomo, para que con libertad e independencia del gobierno, logren censos de población desde diversa perspectiva económica y social.

Muchas instituciones gubernamentales y no gubernamentales se apoyan en los censos del Inegi. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, por ejemplo, usa los datos estadísticos del Inegi para generar una información debidamente sustentada y objetiva sobre la medición de la pobreza.

Usted se imagina que de repente no se puedan levantar los datos sobre la producción agrícola, ganadera o forestal? Cómo afectará al agro la escasez de agua por región geográfica? La disponibilidad de información estadística del sector agropecuario y forestal es indispensable para fundar una correcta política pública, para generar indicadores económicos y de desarrollo del sistema de información agropecuaria nacional para beneficio del país. Pero qué creen, la Encuesta Nacional Agropecuaria simplemente desapareció sin razón del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Gobernar sin bases estadísticas y una evaluación diagnóstica llevará a dilapidar los recursos humanos y económicos con que cuenta el gobierno. Por desgracia observamos que el Presidente es muy dado a decidir unilateralmente acciones que luego derivan en serios problemas económicos para el país. La cancelación del NAIM en Texcoco y la falta de estrategia para acabar con el robo de combustibles son claros ejemplos de los costos de su improvisación.

Igual pasa con los recortes al Inegi, bajo el argumento de austeridad no se pondrán realizar las Encuestas Nacionales de Gasto en los Hogares, de los Hogares y del Uso de las Tecnologías de Información en los Hogares que se realizan cada año. O las Encuestas de Micronegocios, de Trabajo Infantil, de Población Privada de Libertad, Sobre Confianza del Consumidor con cobertura regional, de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas, de Consumidores de Sustancias Psicotrópicas. Volvemos al primitivismo de la improvisación y peor: de la opacidad como en otras administraciones.

Defensora de los Derechos Humanos

Al Presidente López Obrador no le gustan los organismos autónomos. Ya nos dimos cuenta que no le gusta se le recomiende lo que hay que hacer o enmendar.

Sin embargo nuestra sociedad decidió tiempo atrás que es necesario para la democracia que haya transparencia y rendición de cuentas de los recursos públicos, sus planes y programas; por eso se crearon los organismos constitucionales autónomos.

Pero alerta: el Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática tendrá serias dificultades para su funcionamiento derivado de los recortes a su presupuesto decidido por el Presidente.

Una contribución para evaluar el ejercicio de los recursos públicos, no el único, pero sí uno de los más formales, son las encuestas que realiza periódicamente el Inegi. Los datos estadísticos en cada rubro nos ayudan a sustentar un análisis diagnóstico del resultado de las acciones gubernamentales y de cómo trasciende el manejo de los presupuestos del erario público en la vida cotidiana de las personas. Ninguna política, cuyo objetivo sea impulsar el desarrollo humano sostenible, puede funcionar si no hay una evaluación diagnóstica de las estructuras productivas que se deben revisar de manera cualitativa y cuantitativa sin visos políticos, esa es la razón por la que el Inegi es un organismo constitucional autónomo, para que con libertad e independencia del gobierno, logren censos de población desde diversa perspectiva económica y social.

Muchas instituciones gubernamentales y no gubernamentales se apoyan en los censos del Inegi. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, por ejemplo, usa los datos estadísticos del Inegi para generar una información debidamente sustentada y objetiva sobre la medición de la pobreza.

Usted se imagina que de repente no se puedan levantar los datos sobre la producción agrícola, ganadera o forestal? Cómo afectará al agro la escasez de agua por región geográfica? La disponibilidad de información estadística del sector agropecuario y forestal es indispensable para fundar una correcta política pública, para generar indicadores económicos y de desarrollo del sistema de información agropecuaria nacional para beneficio del país. Pero qué creen, la Encuesta Nacional Agropecuaria simplemente desapareció sin razón del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Gobernar sin bases estadísticas y una evaluación diagnóstica llevará a dilapidar los recursos humanos y económicos con que cuenta el gobierno. Por desgracia observamos que el Presidente es muy dado a decidir unilateralmente acciones que luego derivan en serios problemas económicos para el país. La cancelación del NAIM en Texcoco y la falta de estrategia para acabar con el robo de combustibles son claros ejemplos de los costos de su improvisación.

Igual pasa con los recortes al Inegi, bajo el argumento de austeridad no se pondrán realizar las Encuestas Nacionales de Gasto en los Hogares, de los Hogares y del Uso de las Tecnologías de Información en los Hogares que se realizan cada año. O las Encuestas de Micronegocios, de Trabajo Infantil, de Población Privada de Libertad, Sobre Confianza del Consumidor con cobertura regional, de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas, de Consumidores de Sustancias Psicotrópicas. Volvemos al primitivismo de la improvisación y peor: de la opacidad como en otras administraciones.

Defensora de los Derechos Humanos