/ martes 24 de octubre de 2017

La renuncia inesperada

Y los intereses se impusieron. ¿Es verdad ángel de amor (hubiera iniciado aquel Vate), que todo mundo quiere un Fiscal imparcial, honesto, digno de una corte celestial?

Conocí a Raúl Cervantes en la LVIII Legislatura. Esta, fue semillero de un sinfín de Servidores Públicos que habrían de estar en gobiernos panistas, priistas, perredistas.

Un Presidente de la República, Secretarios, Gobernadores, un Procurador, Senadores

Por el PRI, dado que el tema es el aludido, en esa Cámara (por eufemismo), destacaron personajes, cuyos nombres eran desconocidos o apenas del dominio público.

Beatriz Paredes, la Coordinadora entonces, seleccionó una serie de talentos para defender sus tesis, sus programas. Si el asunto era político, entraban a la discusión Jorge Carlos Ramírez Marín o Felipe Solís Acero, si económico, Enrique de la Madrid o Ildefonso Guajardo, si legal/jurídico, indudablemente que llegaba Raúl Cervantes. Sobre todo, temas complejos que eran para un versado.

Por supuesto que no fueron los únicos.

Pues bien. El exprocurador habría de escalar posiciones cada vez mayores, siempre impecable en su desempeño.

Por esas razones, se dice, habría sido considerado para ocupar uno de los lugares privilegiados de la Suprema Corte. Allí fue su primer desaguisado. Aunque se imaginan las razones, no se sabe a ciencia cierta por qué no pudo llegar. Volvió al Senado, donde había pedido licencia.

A la salida de Areli Gómez, rumbo a la Secretaría de la Función Pública, el llegó al cargo. Solo tres Senadores votaron en contra. Eso hablaba del ambiente que tuvo entre sus pares y de la capacidad reconocida para el puesto.

Discreto, siempre, poc@s imaginaron su llegada a Reforma 211.

Técnico en la ciencia jurídica, empezó a idear lo que sería la nueva arquitectura legal de la Procuraduría. Por ello propuso la homologación de la estructura de procuración de justicia, en todo el país. Y, con ello, impulsar el nuevo sistema penal acusatorio, que diseñó. Además, otra de sus aportaciones fue echar a andar un proyecto para el Código Penal Nacional. Dado que nadie sabe todo, se asesoró de estudiosos de la UNAM, el CIDE y por supuesto, del INACIPE, que es la parte docta de la Procuraduría.

Político, demostrado en su andar por los procelosos caminos de la cosa pública, sabía lo que tenía que hacer: trabajar con eficiencia y discreción. Pocas veces se le vio dando declaraciones a diestra y siniestra, casi nunca utilizó la tribuna, a su encargo, para declarar lo que podría decir un subordinado.

Ah, pero llegaron los intereses. Estos que siempre están, que se encuentran en cualquier parte, únicamente esperando, acechando.

Cumplió órdenes de aprehensión, con la autonomía suficiente de los Agentes del Ministerio Público para su actuar, contra personajes, mayormente de su Partido, aunque en esto le llevara el reproche de algunos correligionarios: por qué solo a priistas, habiendo exservidores públicos de otros tintes ideológicos que tienen pecados ostensiblemente penales.

No obstante ello, la Fiscalía habría de ser el pretexto.

Sin vela en el entierro, por una bien ideada conspiración, para no ser afectado el interés del dirigente de Acción Nacional, en él recayó todo el peso de la trama y de la supuesta idea para “cubrir” los pecados de la actual Administración, en los tiempos futuros.

Lo demás, ya lo hemos estado viendo/oyendo.

Al final, la Administración Pública, la vida nacional, se pierde de un valioso elemento que pudo impulsar más cambios novedosos y efectivos para defender a la sociedad, como es la naturaleza de la, hasta hoy, PGR.

jaimealcantara2005@hotmail.com

Y los intereses se impusieron. ¿Es verdad ángel de amor (hubiera iniciado aquel Vate), que todo mundo quiere un Fiscal imparcial, honesto, digno de una corte celestial?

Conocí a Raúl Cervantes en la LVIII Legislatura. Esta, fue semillero de un sinfín de Servidores Públicos que habrían de estar en gobiernos panistas, priistas, perredistas.

Un Presidente de la República, Secretarios, Gobernadores, un Procurador, Senadores

Por el PRI, dado que el tema es el aludido, en esa Cámara (por eufemismo), destacaron personajes, cuyos nombres eran desconocidos o apenas del dominio público.

Beatriz Paredes, la Coordinadora entonces, seleccionó una serie de talentos para defender sus tesis, sus programas. Si el asunto era político, entraban a la discusión Jorge Carlos Ramírez Marín o Felipe Solís Acero, si económico, Enrique de la Madrid o Ildefonso Guajardo, si legal/jurídico, indudablemente que llegaba Raúl Cervantes. Sobre todo, temas complejos que eran para un versado.

Por supuesto que no fueron los únicos.

Pues bien. El exprocurador habría de escalar posiciones cada vez mayores, siempre impecable en su desempeño.

Por esas razones, se dice, habría sido considerado para ocupar uno de los lugares privilegiados de la Suprema Corte. Allí fue su primer desaguisado. Aunque se imaginan las razones, no se sabe a ciencia cierta por qué no pudo llegar. Volvió al Senado, donde había pedido licencia.

A la salida de Areli Gómez, rumbo a la Secretaría de la Función Pública, el llegó al cargo. Solo tres Senadores votaron en contra. Eso hablaba del ambiente que tuvo entre sus pares y de la capacidad reconocida para el puesto.

Discreto, siempre, poc@s imaginaron su llegada a Reforma 211.

Técnico en la ciencia jurídica, empezó a idear lo que sería la nueva arquitectura legal de la Procuraduría. Por ello propuso la homologación de la estructura de procuración de justicia, en todo el país. Y, con ello, impulsar el nuevo sistema penal acusatorio, que diseñó. Además, otra de sus aportaciones fue echar a andar un proyecto para el Código Penal Nacional. Dado que nadie sabe todo, se asesoró de estudiosos de la UNAM, el CIDE y por supuesto, del INACIPE, que es la parte docta de la Procuraduría.

Político, demostrado en su andar por los procelosos caminos de la cosa pública, sabía lo que tenía que hacer: trabajar con eficiencia y discreción. Pocas veces se le vio dando declaraciones a diestra y siniestra, casi nunca utilizó la tribuna, a su encargo, para declarar lo que podría decir un subordinado.

Ah, pero llegaron los intereses. Estos que siempre están, que se encuentran en cualquier parte, únicamente esperando, acechando.

Cumplió órdenes de aprehensión, con la autonomía suficiente de los Agentes del Ministerio Público para su actuar, contra personajes, mayormente de su Partido, aunque en esto le llevara el reproche de algunos correligionarios: por qué solo a priistas, habiendo exservidores públicos de otros tintes ideológicos que tienen pecados ostensiblemente penales.

No obstante ello, la Fiscalía habría de ser el pretexto.

Sin vela en el entierro, por una bien ideada conspiración, para no ser afectado el interés del dirigente de Acción Nacional, en él recayó todo el peso de la trama y de la supuesta idea para “cubrir” los pecados de la actual Administración, en los tiempos futuros.

Lo demás, ya lo hemos estado viendo/oyendo.

Al final, la Administración Pública, la vida nacional, se pierde de un valioso elemento que pudo impulsar más cambios novedosos y efectivos para defender a la sociedad, como es la naturaleza de la, hasta hoy, PGR.

jaimealcantara2005@hotmail.com

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