/ domingo 29 de diciembre de 2019

La seguridad al final de 2019

Es común, además de necesario, hacia el fin de año, realizar balances y apuntar perspectivas respecto de la agenda nacional y sus principales problemas. Tanto la situación de la economía, con crecimiento anualizado de 0.0% y el ambiente de violencia e inseguridad que se vive en varias partes del país, sin duda son la prioridad del gobierno federal, a la vez, que la sociedad en general.

Por lo que hace a la Seguridad Pública así como el deterioro de la paz pública, resulta indispensable plantearnos, qué debe corregirse, qué debe hacerse y sobre todo, especificar las metas de lo que se quiere obtener. En esa medida, la articulación de los esfuerzos interinstitucionales y de gobiernos locales –es decir municipales y estatales, deberá sumarse lo que la sociedad organizada y en lo individual aportan. Hasta el momento la carga sustancial en la recuperación de la Seguridad Pública, recae en la Guardia Nacional, por lo tanto en el gobierno federal. No obstante la histórica centralización de la administración en México, las dimensiones de los riesgos que implica persistir por esa ruta, además de peligrosa es inviable en cuanto a los recursos materiales y humanos, disponibles para tal atender la problemática que representan la criminalidad organizada y común.

Por eso mismo, existe una muy importante posibilidad de realizar los ajustes necesarios en las políticas y programas de Seguridad Pública y retomar de forma gradual, la vuelta de la tranquilidad y de presencia indiscutible del Estado para garantizar la convivencia y aplicación de la ley. El próximo año puede ser también, el año de la rectificación en cuanto a la política penitenciaria, pues como lo he apuntado en anteriores entregas, esta es una de las condiciones indispensables para que medidas sustanciales como la creación de la Guardia Nacional, tengan serias opciones de llegar a las metas deseadas.

Con el proceso electoral presidencial en ciernes, lo que ocurra en materia de Seguridad Pública en México, será tema obligado de los aspirantes a la Casa Blanca. De tal forma, que sí ya existe la disposición del titular de la Sala Oval para reclasificar a algunas organizaciones criminales de nuestro país como “narcoterroristas”, imaginemos la próxima masacre o despliegue espectacular de alguna organización dedicada al tráfico de drogas. La propensión a señalar que los gobiernos mexicanos –el actual y los anteriores, no han tenido la capacidad ara hacerles frente, va a aumentar. Más aún con el juicio a Genaro García Luna, en pleno inicio del proceso penal, la posibilidad de que haya revelaciones o filtraciones en cuanto a las actividades de anteriores autoridades gubernamentales de nuestro país, implicará un serio impulso para posiciones desde los Estados Unidos, que promuevan medidas coercitivas o sanciones.

Por último, deseo que México y nosotros, tengamos un feliz fin de año y un mejor 2020.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Es común, además de necesario, hacia el fin de año, realizar balances y apuntar perspectivas respecto de la agenda nacional y sus principales problemas. Tanto la situación de la economía, con crecimiento anualizado de 0.0% y el ambiente de violencia e inseguridad que se vive en varias partes del país, sin duda son la prioridad del gobierno federal, a la vez, que la sociedad en general.

Por lo que hace a la Seguridad Pública así como el deterioro de la paz pública, resulta indispensable plantearnos, qué debe corregirse, qué debe hacerse y sobre todo, especificar las metas de lo que se quiere obtener. En esa medida, la articulación de los esfuerzos interinstitucionales y de gobiernos locales –es decir municipales y estatales, deberá sumarse lo que la sociedad organizada y en lo individual aportan. Hasta el momento la carga sustancial en la recuperación de la Seguridad Pública, recae en la Guardia Nacional, por lo tanto en el gobierno federal. No obstante la histórica centralización de la administración en México, las dimensiones de los riesgos que implica persistir por esa ruta, además de peligrosa es inviable en cuanto a los recursos materiales y humanos, disponibles para tal atender la problemática que representan la criminalidad organizada y común.

Por eso mismo, existe una muy importante posibilidad de realizar los ajustes necesarios en las políticas y programas de Seguridad Pública y retomar de forma gradual, la vuelta de la tranquilidad y de presencia indiscutible del Estado para garantizar la convivencia y aplicación de la ley. El próximo año puede ser también, el año de la rectificación en cuanto a la política penitenciaria, pues como lo he apuntado en anteriores entregas, esta es una de las condiciones indispensables para que medidas sustanciales como la creación de la Guardia Nacional, tengan serias opciones de llegar a las metas deseadas.

Con el proceso electoral presidencial en ciernes, lo que ocurra en materia de Seguridad Pública en México, será tema obligado de los aspirantes a la Casa Blanca. De tal forma, que sí ya existe la disposición del titular de la Sala Oval para reclasificar a algunas organizaciones criminales de nuestro país como “narcoterroristas”, imaginemos la próxima masacre o despliegue espectacular de alguna organización dedicada al tráfico de drogas. La propensión a señalar que los gobiernos mexicanos –el actual y los anteriores, no han tenido la capacidad ara hacerles frente, va a aumentar. Más aún con el juicio a Genaro García Luna, en pleno inicio del proceso penal, la posibilidad de que haya revelaciones o filtraciones en cuanto a las actividades de anteriores autoridades gubernamentales de nuestro país, implicará un serio impulso para posiciones desde los Estados Unidos, que promuevan medidas coercitivas o sanciones.

Por último, deseo que México y nosotros, tengamos un feliz fin de año y un mejor 2020.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso