/ jueves 23 de enero de 2020

La seguridad social y las calumnias

Mientras los medios noticiosos han estado concentrados en la “pelea” entre Elizabeth Warren y Bernie Sanders, algo mucho más serio ha venido sucediendo entre el equipo de campaña de Sanders y Joe Biden. Hay que decirlo como es: el equipo de campaña de Sanders ha mentido llanamente respecto a cosas que Biden dijo en 2018 sobre la Seguridad Social y se ha negado a admitir la falsedad de sus declaraciones.

Esto es malo; de hecho, es casi trumpiano. Lo último que necesitamos en este momento es a otro presidente que satanice y mienta sobre cualquiera que no esté de acuerdo con él y no pueda admitir nunca que se equivoca. Biden se merece una disculpa ahora y tal vez Sanders necesite encontrar mejores asistentes.

Dicho eso —y esto no es excusa para la gente de Sanders— sería una buena idea que Biden explicara por qué, en el pasado más distante, estuvo de acuerdo con el consenso de la región industrial estadounidense de que la Seguridad Social necesitaba reducirse.

En primer lugar, hablando sobre esa calumnia de Biden: en 2018, Biden pronunció un discurso en el que atacó a Paul Ryan, quien entonces era presidente de la Cámara de Representantes, por querer disminuirles los impuestos a los ricos y pagar esos recortes fiscales reduciendo la Seguridad Social y Medicare. En estos comentarios no había nada que debiera molestar a los progresistas.

Sin embargo, hace poco, un asesor de Sanders circuló un fragmento del video del evento que hizo parecer que Biden en realidad estaba apoyando la postura de Ryan y pidiendo recortes a la Seguridad Social. Unos días después, un boletín del equipo de campaña de Sanders citó a Biden fuera de contexto e hizo la misma afirmación.

Si quieren una comparación, es como si yo dijera: “Algunos nacionalistas blancos afirman que los judíos son responsables de todos nuestros problemas” y una campaña política sacara un comunicado de prensa que dijera: “Krugman dice que ‘los judíos son responsables de todos nuestros males’”.

Biden sí dio un traspié en su contraataque, ya que erróneamente dijo que el video tergiversado había sido “adulterado”, pero eso no significa que todavía no se le deba una disculpa. Sin embargo, el equipo de campaña de Sanders, en lugar de hacer eso, ha redoblado esfuerzos.

En lugar de admitir que difamó a un rival, el equipo de campaña va por ahí afirmando que Biden tiene una larga historia en la que ha tratado de reducir la Seguridad Social. Por desgracia, hay algo de verdad en esa afirmación, pero no es excusa ni para la mentira original ni para la negativa a admitir el error.

Ahora, sobre la parte de verdad en la crítica de Biden: en una ocasión hubo un consenso peculiar entre las figuras mediáticas y los aspirantes a centristas de que el costo a largo plazo de los programas de prestaciones sociales eran el problema más grande de Estados Unidos, que la Seguridad Social en particular estaba en crisis y que algo tenía que hacerse, y la solución incluía recortes a las prestaciones.

Mientras los medios noticiosos han estado concentrados en la “pelea” entre Elizabeth Warren y Bernie Sanders, algo mucho más serio ha venido sucediendo entre el equipo de campaña de Sanders y Joe Biden. Hay que decirlo como es: el equipo de campaña de Sanders ha mentido llanamente respecto a cosas que Biden dijo en 2018 sobre la Seguridad Social y se ha negado a admitir la falsedad de sus declaraciones.

Esto es malo; de hecho, es casi trumpiano. Lo último que necesitamos en este momento es a otro presidente que satanice y mienta sobre cualquiera que no esté de acuerdo con él y no pueda admitir nunca que se equivoca. Biden se merece una disculpa ahora y tal vez Sanders necesite encontrar mejores asistentes.

Dicho eso —y esto no es excusa para la gente de Sanders— sería una buena idea que Biden explicara por qué, en el pasado más distante, estuvo de acuerdo con el consenso de la región industrial estadounidense de que la Seguridad Social necesitaba reducirse.

En primer lugar, hablando sobre esa calumnia de Biden: en 2018, Biden pronunció un discurso en el que atacó a Paul Ryan, quien entonces era presidente de la Cámara de Representantes, por querer disminuirles los impuestos a los ricos y pagar esos recortes fiscales reduciendo la Seguridad Social y Medicare. En estos comentarios no había nada que debiera molestar a los progresistas.

Sin embargo, hace poco, un asesor de Sanders circuló un fragmento del video del evento que hizo parecer que Biden en realidad estaba apoyando la postura de Ryan y pidiendo recortes a la Seguridad Social. Unos días después, un boletín del equipo de campaña de Sanders citó a Biden fuera de contexto e hizo la misma afirmación.

Si quieren una comparación, es como si yo dijera: “Algunos nacionalistas blancos afirman que los judíos son responsables de todos nuestros problemas” y una campaña política sacara un comunicado de prensa que dijera: “Krugman dice que ‘los judíos son responsables de todos nuestros males’”.

Biden sí dio un traspié en su contraataque, ya que erróneamente dijo que el video tergiversado había sido “adulterado”, pero eso no significa que todavía no se le deba una disculpa. Sin embargo, el equipo de campaña de Sanders, en lugar de hacer eso, ha redoblado esfuerzos.

En lugar de admitir que difamó a un rival, el equipo de campaña va por ahí afirmando que Biden tiene una larga historia en la que ha tratado de reducir la Seguridad Social. Por desgracia, hay algo de verdad en esa afirmación, pero no es excusa ni para la mentira original ni para la negativa a admitir el error.

Ahora, sobre la parte de verdad en la crítica de Biden: en una ocasión hubo un consenso peculiar entre las figuras mediáticas y los aspirantes a centristas de que el costo a largo plazo de los programas de prestaciones sociales eran el problema más grande de Estados Unidos, que la Seguridad Social en particular estaba en crisis y que algo tenía que hacerse, y la solución incluía recortes a las prestaciones.