/ viernes 10 de julio de 2020

La visita

La relación entre México y Estados Unidos ha sido compleja desde su origen, sobre todo porque existen diferencias existenciales como la visión económica y social, la religión y diseño institucional. Un ejemplo de ello es el tema de la esclavitud: mientras los padres fundadores de la nación mexicana como Morelos e Hidalgo eran humanistas, los de Estados Unidos como Jefferson y Washington eran esclavistas.


Esta relación de cercanías y lejanías persiste hasta hoy, por lo que la visita del presidente es fundamental para marcar el momento. Nada más equivocado que mucho que perder y poco que ganar: ésta aseveración más cercana a la mercadotecnia que la de análisis político parece absurda cuando estamos hablando del primer socio comercial y primer actor político a nivel mundial.


Esta visita tiene características únicas. Que un presidente viaje al extranjero en avión comercial, los funcionarios haciendo fila, una visita de Estado con dignidad, sin parafernalias con propósito y sin boato. Otro elemento es que a diferencia de la visita de Trump a Peña, Andrés Manuel se vuelve factor político, no un instrumento como lo fue el ex presidente. Se marca la agenda, no se sigue.


Para hacer un balance sobre la visita más allá de las frivolidades y obviedades, debemos de entender que es un viaje oficial, se visita al gobierno y no a la persona, la pregunta de fondo es ¿Hoy tenemos dos gobiernos más cercanos y con una mejor relación? ¿El nuevo tratado de libre comercio inicia con un hecho de compromiso y apoyo político de los dos gobiernos? Por lo que a partir de un análisis objetivo no hay más que saldos a favor de este encuentro. Es particularmente oportuno frente a los intermitentes actos de guerra comercial entre China y Estados Unidos.


Otro hecho relevante que pareciera imperceptible para muchos es que a diferencia de otras ocasiones, donde previo a la visita se da la captura de un capo mexicano para extraditarlo a Estados Unidos, se da la captura de un delincuente mexicano como lo es el ex gobernador Duarte. Otra señal relevante es el tamaño de los empresarios que asisten a la cena con López Obrador; la delegación empresarial norteamericana fue de protagonistas económicos que constituye un porcentaje importante del PIB global por sí mismo.


El bordado fino y de cálculo político del canciller Ebrard, hizo un hito importante en la relación entre ambos países. Ahora sí, los profetas de la catástrofe han de estar ocupados tratando de explicar por qué no pasó lo que todos sabíamos que no iba a pasar.




@LuisH_Fernandez

La relación entre México y Estados Unidos ha sido compleja desde su origen, sobre todo porque existen diferencias existenciales como la visión económica y social, la religión y diseño institucional. Un ejemplo de ello es el tema de la esclavitud: mientras los padres fundadores de la nación mexicana como Morelos e Hidalgo eran humanistas, los de Estados Unidos como Jefferson y Washington eran esclavistas.


Esta relación de cercanías y lejanías persiste hasta hoy, por lo que la visita del presidente es fundamental para marcar el momento. Nada más equivocado que mucho que perder y poco que ganar: ésta aseveración más cercana a la mercadotecnia que la de análisis político parece absurda cuando estamos hablando del primer socio comercial y primer actor político a nivel mundial.


Esta visita tiene características únicas. Que un presidente viaje al extranjero en avión comercial, los funcionarios haciendo fila, una visita de Estado con dignidad, sin parafernalias con propósito y sin boato. Otro elemento es que a diferencia de la visita de Trump a Peña, Andrés Manuel se vuelve factor político, no un instrumento como lo fue el ex presidente. Se marca la agenda, no se sigue.


Para hacer un balance sobre la visita más allá de las frivolidades y obviedades, debemos de entender que es un viaje oficial, se visita al gobierno y no a la persona, la pregunta de fondo es ¿Hoy tenemos dos gobiernos más cercanos y con una mejor relación? ¿El nuevo tratado de libre comercio inicia con un hecho de compromiso y apoyo político de los dos gobiernos? Por lo que a partir de un análisis objetivo no hay más que saldos a favor de este encuentro. Es particularmente oportuno frente a los intermitentes actos de guerra comercial entre China y Estados Unidos.


Otro hecho relevante que pareciera imperceptible para muchos es que a diferencia de otras ocasiones, donde previo a la visita se da la captura de un capo mexicano para extraditarlo a Estados Unidos, se da la captura de un delincuente mexicano como lo es el ex gobernador Duarte. Otra señal relevante es el tamaño de los empresarios que asisten a la cena con López Obrador; la delegación empresarial norteamericana fue de protagonistas económicos que constituye un porcentaje importante del PIB global por sí mismo.


El bordado fino y de cálculo político del canciller Ebrard, hizo un hito importante en la relación entre ambos países. Ahora sí, los profetas de la catástrofe han de estar ocupados tratando de explicar por qué no pasó lo que todos sabíamos que no iba a pasar.




@LuisH_Fernandez