/ martes 5 de abril de 2022

La Voz de la IP | El DNA empresarial y el futuro de México

Fernando Sánchez Argomedo

No cabe la menor duda de que estamos inmersos en un cambio de época, este hecho se manifiesta de formas muy diversas: vemos caer récords, nuevos sucesos sociales y culturales inéditos y modelos de negocios que jamás nos hubiéramos imaginado.

Todo proceso de cambio genera incertidumbres, miedos, pero también enormes oportunidades. Oportunidades para influir en que éstas grandes transformaciones sociales y económicas se conviertan en impulsores del bien común, lo cual implica tener a la persona, al ser humano, en el centro.

Esta perspectiva antropológica y humanista implica abordar la realidad en 360 grados, de forma integral, esto es, todo aquello que impacta en la convivencia social en el presente y en el futuro. Debemos cuidar nuestra casa común, como la ha llamado el Papa Francisco, quien junto a un sin número de líderes nos han dejado claro que si queremos futuro en este planeta debemos cuidar el impacto que tienen nuestras acciones, en la naturaleza, en la salud de las personas y también en la convivencia social.

Desde esta perspectiva, en COPARMEX sabemos que los empresarios tenemos una gran responsabilidad. El DNA empresarial nos lleva a afrontar el presente para construir un futuro próspero con dos actitudes fundamentales: con realismo ante nuestras propias debilidades y las amenazas del ambiente, pero también con esperanza, asumiendo nuestras fortalezas y las oportunidades que nos ofrece el entorno.

En este cambio de época, el mundo y en particular México nos exigen ser innovadores, pensar diferente, o como comúnmente se dice, “fuera de la caja”. Uno de los principales retos en los que tenemos que innovar es crear modelos empresariales inclusivos. En primer lugar no dejando a nadie fuera de la posibilidad de tener una vida digna, desde aquellas personas que no tienen ni las posibilidades ni las capacidades hasta aquellas que teniendo potencial no encuentran oportunidades para cambiar su realidad.

Se requieren nuevos modelos empresariales socialmente sustentables, empezando por ofrecer un trabajo con un salario digno, lo cual implica entender la realidad integral de una persona que tiene familia, que requiere tiempo y espacio, una persona que tiene sueños, que tiene capacidades y que también tiene la enorme motivación de crecer profesional y materialmente.

Tampoco podemos dejar fuera de nuestros nuevos modelos de negocio la sustentabilidad y responsabilidad hacia el medio ambiente no sólo con acciones externas como las de sembrar árboles sino con acciones de fondo que nos permitan innovar visualizando a nuestros productos y servicios insertos en esta casa común. Estamos obligados a crear productos, servicios y espacios que dignifiquen la convivencia humana.

Desde nuestra comisión de Innovación sabemos que como empresarios agremiados tenemos el reto de fomentar modelos de emprendimiento con inclusividad.

En resumen, en COPARMEX los empresarios queremos construir una visión de país conjunta en la que nadie se quede fuera.

Fernando Sánchez Argomedo

No cabe la menor duda de que estamos inmersos en un cambio de época, este hecho se manifiesta de formas muy diversas: vemos caer récords, nuevos sucesos sociales y culturales inéditos y modelos de negocios que jamás nos hubiéramos imaginado.

Todo proceso de cambio genera incertidumbres, miedos, pero también enormes oportunidades. Oportunidades para influir en que éstas grandes transformaciones sociales y económicas se conviertan en impulsores del bien común, lo cual implica tener a la persona, al ser humano, en el centro.

Esta perspectiva antropológica y humanista implica abordar la realidad en 360 grados, de forma integral, esto es, todo aquello que impacta en la convivencia social en el presente y en el futuro. Debemos cuidar nuestra casa común, como la ha llamado el Papa Francisco, quien junto a un sin número de líderes nos han dejado claro que si queremos futuro en este planeta debemos cuidar el impacto que tienen nuestras acciones, en la naturaleza, en la salud de las personas y también en la convivencia social.

Desde esta perspectiva, en COPARMEX sabemos que los empresarios tenemos una gran responsabilidad. El DNA empresarial nos lleva a afrontar el presente para construir un futuro próspero con dos actitudes fundamentales: con realismo ante nuestras propias debilidades y las amenazas del ambiente, pero también con esperanza, asumiendo nuestras fortalezas y las oportunidades que nos ofrece el entorno.

En este cambio de época, el mundo y en particular México nos exigen ser innovadores, pensar diferente, o como comúnmente se dice, “fuera de la caja”. Uno de los principales retos en los que tenemos que innovar es crear modelos empresariales inclusivos. En primer lugar no dejando a nadie fuera de la posibilidad de tener una vida digna, desde aquellas personas que no tienen ni las posibilidades ni las capacidades hasta aquellas que teniendo potencial no encuentran oportunidades para cambiar su realidad.

Se requieren nuevos modelos empresariales socialmente sustentables, empezando por ofrecer un trabajo con un salario digno, lo cual implica entender la realidad integral de una persona que tiene familia, que requiere tiempo y espacio, una persona que tiene sueños, que tiene capacidades y que también tiene la enorme motivación de crecer profesional y materialmente.

Tampoco podemos dejar fuera de nuestros nuevos modelos de negocio la sustentabilidad y responsabilidad hacia el medio ambiente no sólo con acciones externas como las de sembrar árboles sino con acciones de fondo que nos permitan innovar visualizando a nuestros productos y servicios insertos en esta casa común. Estamos obligados a crear productos, servicios y espacios que dignifiquen la convivencia humana.

Desde nuestra comisión de Innovación sabemos que como empresarios agremiados tenemos el reto de fomentar modelos de emprendimiento con inclusividad.

En resumen, en COPARMEX los empresarios queremos construir una visión de país conjunta en la que nadie se quede fuera.