/ martes 20 de abril de 2021

La voz de la IP | Tras pandemia, es fundamental recuperar a las familias

Por: Juan José Sierra Álvarez

Todos conocemos el efecto devastador de la pandemia en la economía.

Sólo en 2020 nuestro PIB cayó 8.5 por ciento y aunque para 2021 organismos internacionales indican que tendremos un crecimiento de 4.5 por ciento, no todo se podrá recuperar.

Mientras que a los sectores cuyas pérdidas económicas han superado 50 por ciento les tomará quizá de seis a ocho años retomar el punto de crecimiento en el que se encontraban en 2019, a las familias de nuestros 200 mil fallecidos el tiempo no les va a devolver nada.

Todos conocemos el efecto devastador de la pandemia en la economía, pero pocos se atreven -o nos atrevemosa mirar y atender el efecto devastador del Covid en los hogares y, por ende, en la sociedad.

Es lógico que todos hablemos de la economía y de política, pues los tiempos así lo requieren. Pero hoy, más que nunca, es necesario que hablemos de generar políticas públicas que contribuyan a mejorar el escenario adverso que la muerte ha planteado a cientos de miles de familias a las que la pandemia les ha arrebatado no sólo el sustento, sino a alguno de los pilares del hogar.

Hijos sin madre o padre o padres que se han quedado sin sus hijos. Ambos escenarios son preocupantes, pero más que eso son profundamente dolorosos y tenemos que hablar de ellos no para dar nuestras condolencias, sino para lograr un acompañamiento psicológico que permita sanar a las personas y recuperar los hogares y fortalecer a nuestra sociedad.

Si bien antes de la pandemia existía una deuda histórica con las causas y los retos de la familia, hoy la problemática no solo se agudizó, sino que creció. Hoy el escaso acceso a la salud, a la educación y el minúsculo avance en el combate a la pobreza no se pueden dejar para mañana, pero tampoco son desafíos que hoy por hoy, vayan solos.

Este es el momento propicio para ir más allá, para apostarle a la familia, para reconfortarla y para de una vez por todas, diseñar e implantar políticas públicas que la protejan y que no permitan el desamparo de quienes frente a la pandemia perdieron la estabilidad y la paz que les daba su esposo, esposa, sus padres o sus hijos.

Cuidar la salud física sí, es importante, pero durante la emergencia y después de ella, atender la salud de la familia de manera integral, debe ser una prioridad para recuperar a nuestra sociedad.

Desde Coparmex nos hemos pronunciado por poner al centro de toda nuestra actividad a las personas. Nuestras empresas son familias de familias y su bienestar es y será siempre nuestra prioridad y nuestro bienestar.

Si bien nuestra petición para contribuir a sostener el empleo en tiempos difíciles ha sido desestimada, que este llamado a cuidar las familias, sí sea atendido.

No puede haber nada más importante que preservar la salud, el bienestar y la paz que brinda una familia que encuentra en su empresa y en su sistema de gobierno el respaldo necesario para superar cualquier adversidad.

Hoy, es momento de hablar de la familia. #OpiniónCoparmex

Por: Juan José Sierra Álvarez

Todos conocemos el efecto devastador de la pandemia en la economía.

Sólo en 2020 nuestro PIB cayó 8.5 por ciento y aunque para 2021 organismos internacionales indican que tendremos un crecimiento de 4.5 por ciento, no todo se podrá recuperar.

Mientras que a los sectores cuyas pérdidas económicas han superado 50 por ciento les tomará quizá de seis a ocho años retomar el punto de crecimiento en el que se encontraban en 2019, a las familias de nuestros 200 mil fallecidos el tiempo no les va a devolver nada.

Todos conocemos el efecto devastador de la pandemia en la economía, pero pocos se atreven -o nos atrevemosa mirar y atender el efecto devastador del Covid en los hogares y, por ende, en la sociedad.

Es lógico que todos hablemos de la economía y de política, pues los tiempos así lo requieren. Pero hoy, más que nunca, es necesario que hablemos de generar políticas públicas que contribuyan a mejorar el escenario adverso que la muerte ha planteado a cientos de miles de familias a las que la pandemia les ha arrebatado no sólo el sustento, sino a alguno de los pilares del hogar.

Hijos sin madre o padre o padres que se han quedado sin sus hijos. Ambos escenarios son preocupantes, pero más que eso son profundamente dolorosos y tenemos que hablar de ellos no para dar nuestras condolencias, sino para lograr un acompañamiento psicológico que permita sanar a las personas y recuperar los hogares y fortalecer a nuestra sociedad.

Si bien antes de la pandemia existía una deuda histórica con las causas y los retos de la familia, hoy la problemática no solo se agudizó, sino que creció. Hoy el escaso acceso a la salud, a la educación y el minúsculo avance en el combate a la pobreza no se pueden dejar para mañana, pero tampoco son desafíos que hoy por hoy, vayan solos.

Este es el momento propicio para ir más allá, para apostarle a la familia, para reconfortarla y para de una vez por todas, diseñar e implantar políticas públicas que la protejan y que no permitan el desamparo de quienes frente a la pandemia perdieron la estabilidad y la paz que les daba su esposo, esposa, sus padres o sus hijos.

Cuidar la salud física sí, es importante, pero durante la emergencia y después de ella, atender la salud de la familia de manera integral, debe ser una prioridad para recuperar a nuestra sociedad.

Desde Coparmex nos hemos pronunciado por poner al centro de toda nuestra actividad a las personas. Nuestras empresas son familias de familias y su bienestar es y será siempre nuestra prioridad y nuestro bienestar.

Si bien nuestra petición para contribuir a sostener el empleo en tiempos difíciles ha sido desestimada, que este llamado a cuidar las familias, sí sea atendido.

No puede haber nada más importante que preservar la salud, el bienestar y la paz que brinda una familia que encuentra en su empresa y en su sistema de gobierno el respaldo necesario para superar cualquier adversidad.

Hoy, es momento de hablar de la familia. #OpiniónCoparmex