/ martes 2 de febrero de 2021

Las ciudades del mañana

Por: Ana Gabriela González Alcalá

A un año del inicio de la pandemia ocasionada por el SARS-COV2, la comunidad internacional intenta asimilar aprendizajes y fortalecer su capacidad de resiliencia ante futuros eventos de gran magnitud y envergadura como los que se presentan en la actualidad. En junio de 2020, la UNESCO Cities Plattform (UCP por sus siglas en inglés), llevó a cabo su reunión anual de manera exitosa, donde se congregaron expertos y académicos de distintas áreas con la finalidad de debatir la respuesta de las ciudades ante la pandemia de la Covid-19 y plantear un futuro más resiliente, imaginando las “ciudades del mañana”.

Las ciudades se volvieron el campo de batalla de la pandemia. Su alta densidad poblacional, el complejo servicio de transporte urbano y el sector comercial son retos importantes que siguen enfrentando los gobiernos locales. El impacto multidimensional de la pandemia -económico, político y social- se ha exacerbado por las medidas de cuarentena (cierre de comercios, escuelas, parques, teatros, confinamiento, etc.), lo que ha llevado al colapso del turismo y al aumento del índice de desempleo. Una ciudad no es sólo un lugar dónde viven millones de personas conglomeradas, es un sistema vivo, orgánico y cambiante; que también se ha enfermado. Las grandes ciudades como la Ciudad de México, Londres, Paris y Madrid (por mencionar algunas), se encuentran paralizadas, enfermas, desesperadas por sanar y mantenerse.

La cura para una ciudad no llega con una vacuna. Se necesita, además, de una población sana, un proceso de cooperación multidisciplinaria y multilateral, con un plan estratégico de recuperación. El “regreso seguro a la nueva realidad”, no consiste en salir poco a poco a las calles; un “regreso seguro” requiere una reestructuración de los medios de transporte urbano (empujando el uso de vías peatonales y ciclo vías, como lo hicieron Copenhague, Ámsterdam y Paris). Se requiere un ajuste de políticas laborales dirigidas al fomento del trabajo a distancia (home office) para evitar micro conglomeraciones. Se necesita un nuevo diseño de espacio urbano que promueva la creación de áreas verdes y parques naturales. La UPC plantea que la pandemia es una oportunidad para transformar las ciudades, no solamente para proteger a los más vulnerables, sino para construir bases sólidas que sirvan para enfrentar futuros retos de seguridad internacional como la crisis climática, energética, alimentaria, entre otras.

Las diferentes crisis, o eventos como huracanes o terremotos, demuestran las fallas del sistema en las ciudades y sus áreas de oportunidad. Aprovechemos estos gaps para innovar, hacer más eficientes los recursos, crear nuevos empleos. La Organización Mundial de Turismo, la UNESCO, la FAO, están promoviendo medidas internacionales y guías para impulsar la transformación en diferentes sectores.

La clave de las “ciudades del mañana” consiste en transformar a las ciudades de grandes asentamientos de personas a espacios seguros y sostenibles. La tecnología y la resiliencia de su población serán elementos fundamentales para construir un futuro para las nuevas generaciones. Las crisis mundiales se combaten a nivel local y las ciudades serán los primeros soldados al frente de estas batallas.

Por: Ana Gabriela González Alcalá

A un año del inicio de la pandemia ocasionada por el SARS-COV2, la comunidad internacional intenta asimilar aprendizajes y fortalecer su capacidad de resiliencia ante futuros eventos de gran magnitud y envergadura como los que se presentan en la actualidad. En junio de 2020, la UNESCO Cities Plattform (UCP por sus siglas en inglés), llevó a cabo su reunión anual de manera exitosa, donde se congregaron expertos y académicos de distintas áreas con la finalidad de debatir la respuesta de las ciudades ante la pandemia de la Covid-19 y plantear un futuro más resiliente, imaginando las “ciudades del mañana”.

Las ciudades se volvieron el campo de batalla de la pandemia. Su alta densidad poblacional, el complejo servicio de transporte urbano y el sector comercial son retos importantes que siguen enfrentando los gobiernos locales. El impacto multidimensional de la pandemia -económico, político y social- se ha exacerbado por las medidas de cuarentena (cierre de comercios, escuelas, parques, teatros, confinamiento, etc.), lo que ha llevado al colapso del turismo y al aumento del índice de desempleo. Una ciudad no es sólo un lugar dónde viven millones de personas conglomeradas, es un sistema vivo, orgánico y cambiante; que también se ha enfermado. Las grandes ciudades como la Ciudad de México, Londres, Paris y Madrid (por mencionar algunas), se encuentran paralizadas, enfermas, desesperadas por sanar y mantenerse.

La cura para una ciudad no llega con una vacuna. Se necesita, además, de una población sana, un proceso de cooperación multidisciplinaria y multilateral, con un plan estratégico de recuperación. El “regreso seguro a la nueva realidad”, no consiste en salir poco a poco a las calles; un “regreso seguro” requiere una reestructuración de los medios de transporte urbano (empujando el uso de vías peatonales y ciclo vías, como lo hicieron Copenhague, Ámsterdam y Paris). Se requiere un ajuste de políticas laborales dirigidas al fomento del trabajo a distancia (home office) para evitar micro conglomeraciones. Se necesita un nuevo diseño de espacio urbano que promueva la creación de áreas verdes y parques naturales. La UPC plantea que la pandemia es una oportunidad para transformar las ciudades, no solamente para proteger a los más vulnerables, sino para construir bases sólidas que sirvan para enfrentar futuros retos de seguridad internacional como la crisis climática, energética, alimentaria, entre otras.

Las diferentes crisis, o eventos como huracanes o terremotos, demuestran las fallas del sistema en las ciudades y sus áreas de oportunidad. Aprovechemos estos gaps para innovar, hacer más eficientes los recursos, crear nuevos empleos. La Organización Mundial de Turismo, la UNESCO, la FAO, están promoviendo medidas internacionales y guías para impulsar la transformación en diferentes sectores.

La clave de las “ciudades del mañana” consiste en transformar a las ciudades de grandes asentamientos de personas a espacios seguros y sostenibles. La tecnología y la resiliencia de su población serán elementos fundamentales para construir un futuro para las nuevas generaciones. Las crisis mundiales se combaten a nivel local y las ciudades serán los primeros soldados al frente de estas batallas.