/ jueves 1 de marzo de 2018

Las dimensiones de la seguridad en las campañas

A lo largo del muy prolongado proceso electoral en nuestro país, los temas y propuestas, suelen tener un papel secundario ante el despliegue de propaganda y publicidad en torno a las personalidades de los candidatos presidenciales, equipos y colaboradores cercanos. Con base en esta propensión, los planteamientos en temas como las dimensiones de la seguridad (humana, pública, interior, nacional, regional e internacional) pueden verse afectadas en cuanto al tratamiento y propuestas específicas, bajo la influencia e imperiosa necesidad de ganará votos.

No se trata solo de salir al paso con alguna declaración opostura improvisada para atender problemas como el consumo de drogas, tráfico de armas, lavado de dinero, migración forzada e incluso la participación de las Fuerzas Armadas en labores de apoyo o franca suplencia en tareas de seguridad pública. De allí, que en las semanas y meses por venir, debemos atender a lo que los candidatos a la Presidencia de la República hagan ante esos problemas. Las opciones, no son muchas, el tiempo parece agotado y la resistencia social indica, que está llegando a su límite.

Por esas razones, es que el tratamiento de las seguridades, exige al menos, un conocimiento a profundidad de las causas, por diversas que sean, para así estar en condiciones de atacarlas y en consecuencia, contar con mejores recursos para evitar sus nocivas expresiones. El enfoque sociológico y antropológico de las causas de la criminalidad, es una vía fundamental, aunque de largo plazo. Esta condición no debe ser un obstáculo para aplicar medidas que por su parte, generen resultados en el corto plazo.

Estas últimas medidas, serán las que a la nueva Presidencia de la República pueden aportar condiciones críticas o de pérdida de aceptación; o también, le reporten apoyos y reconocimientos incluso por parte de sus adversarios, todas vez que al mitigar las tendencias e índices de violencia, darán cuenta de que mucho se conoce sobre los retos y cómo deben ser procesados. Por eso, como he insistido, la problemática de las dimensiones de la seguridad, no debe ser materia prima para la propaganda electoral o para discursos inconsistentes, pero efectistas en medios de comunicación y en las percepciones de las capacidades de los candidatos que reflejan las encuestas del fin de semana siguiente.

Si las cosas no cambian, seguiremos denominando al trabajo del hogar remunerado como el trabajo invisible, como el que si bien lo realizan personas asalariadas no tienen por qué tener los mismos derechos y obligaciones que el resto Conforme nos acerquemos a la fecha de la elección, las tentaciones para recurrir a propuestas espectaculares, en cualquier ámbito de la larga lista de pendientes, la seguridad pública, de ser incluida en mal momento, generará innecesarios compromisos, que cuando una vez que se asuma la Presidencia, se convertirán una pesada y compleja carga para cumplir en cuestión de semanas.

javierolivaposada@gmail.com

A lo largo del muy prolongado proceso electoral en nuestro país, los temas y propuestas, suelen tener un papel secundario ante el despliegue de propaganda y publicidad en torno a las personalidades de los candidatos presidenciales, equipos y colaboradores cercanos. Con base en esta propensión, los planteamientos en temas como las dimensiones de la seguridad (humana, pública, interior, nacional, regional e internacional) pueden verse afectadas en cuanto al tratamiento y propuestas específicas, bajo la influencia e imperiosa necesidad de ganará votos.

No se trata solo de salir al paso con alguna declaración opostura improvisada para atender problemas como el consumo de drogas, tráfico de armas, lavado de dinero, migración forzada e incluso la participación de las Fuerzas Armadas en labores de apoyo o franca suplencia en tareas de seguridad pública. De allí, que en las semanas y meses por venir, debemos atender a lo que los candidatos a la Presidencia de la República hagan ante esos problemas. Las opciones, no son muchas, el tiempo parece agotado y la resistencia social indica, que está llegando a su límite.

Por esas razones, es que el tratamiento de las seguridades, exige al menos, un conocimiento a profundidad de las causas, por diversas que sean, para así estar en condiciones de atacarlas y en consecuencia, contar con mejores recursos para evitar sus nocivas expresiones. El enfoque sociológico y antropológico de las causas de la criminalidad, es una vía fundamental, aunque de largo plazo. Esta condición no debe ser un obstáculo para aplicar medidas que por su parte, generen resultados en el corto plazo.

Estas últimas medidas, serán las que a la nueva Presidencia de la República pueden aportar condiciones críticas o de pérdida de aceptación; o también, le reporten apoyos y reconocimientos incluso por parte de sus adversarios, todas vez que al mitigar las tendencias e índices de violencia, darán cuenta de que mucho se conoce sobre los retos y cómo deben ser procesados. Por eso, como he insistido, la problemática de las dimensiones de la seguridad, no debe ser materia prima para la propaganda electoral o para discursos inconsistentes, pero efectistas en medios de comunicación y en las percepciones de las capacidades de los candidatos que reflejan las encuestas del fin de semana siguiente.

Si las cosas no cambian, seguiremos denominando al trabajo del hogar remunerado como el trabajo invisible, como el que si bien lo realizan personas asalariadas no tienen por qué tener los mismos derechos y obligaciones que el resto Conforme nos acerquemos a la fecha de la elección, las tentaciones para recurrir a propuestas espectaculares, en cualquier ámbito de la larga lista de pendientes, la seguridad pública, de ser incluida en mal momento, generará innecesarios compromisos, que cuando una vez que se asuma la Presidencia, se convertirán una pesada y compleja carga para cumplir en cuestión de semanas.

javierolivaposada@gmail.com