/ domingo 2 de diciembre de 2018

Las Fuerzas Armadas en el nuevo sexenio

Como le sucede a cada administración en nuestro país, habrá de enfrentar situaciones complejas en lo social, críticas en lo político y de incertidumbre en lo económico. Es la lógica de la historia. Los sismos, los huracanes, ciclones, inundaciones, los accidentes atropogénicos, también se harán presentes. A esto, la crisis heredada de inseguridad pública, propiciará, que de nueva cuenta y como sabemos, que el Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Armada de México, estarán al frente y de manera decisiva en la principal línea de apoyo a la población.

Si ya en las últimas semanas del larguísimo período de transición de transición, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, había modificado su trato, concepto y referencias a las Fuerzas Armadas, más lo hará, cuando en situaciones de verdad graves, sepa que las primeras Instituciones que tendrá al lado en todo momento para atender los reclamos de auxilio de la población serán, precisamente las dependencias que encabezan el General Secretario de la Defensa Nacional Luis Cresencio Sandoval González y el Almirante Secretario de Marina Armada de México, José Rafael Ojeda Duran.

Además de esos cíclicos y dramáticos acontecimientos, ahora deben sumarse, la serie de responsabilidades que han sido transferidas a las Fuerzas Armadas, en particular a la Defensa Nacional, en tanto la creación y dirección de la Guardia Nacional. Sobre todo, porque si algo debe quedar muy claro, es que esa nueva Fuerza Armada, en forma alguna podrá resolver o contener la pendiente de la inseguridad, sino no cuenta con el apoyo y compromiso de las instituciones e instancias encargadas de administrar la justicia, aplicar medidas y programas para la prevención, e incluso de las directas encargadas de propiciar una mejora en la calidad de vida de los mexicanos.

La respuesta a la ola delictiva, sea organizada o común, desde el nuevo gobierno, atiende sin duda que es una de los principales reclamos de la población en amplias zonas del país. Pero la puesta en marcha de la Guardia Nacional, es sobre todo, una extensión más de la confianza de la autoridad civil en las capacidades de las Fuerzas Armadas, así como un explícito reconocimiento al respaldo y aprecio a estas.

javierolivaposada@gmail.com@JOPso

Como le sucede a cada administración en nuestro país, habrá de enfrentar situaciones complejas en lo social, críticas en lo político y de incertidumbre en lo económico. Es la lógica de la historia. Los sismos, los huracanes, ciclones, inundaciones, los accidentes atropogénicos, también se harán presentes. A esto, la crisis heredada de inseguridad pública, propiciará, que de nueva cuenta y como sabemos, que el Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Armada de México, estarán al frente y de manera decisiva en la principal línea de apoyo a la población.

Si ya en las últimas semanas del larguísimo período de transición de transición, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, había modificado su trato, concepto y referencias a las Fuerzas Armadas, más lo hará, cuando en situaciones de verdad graves, sepa que las primeras Instituciones que tendrá al lado en todo momento para atender los reclamos de auxilio de la población serán, precisamente las dependencias que encabezan el General Secretario de la Defensa Nacional Luis Cresencio Sandoval González y el Almirante Secretario de Marina Armada de México, José Rafael Ojeda Duran.

Además de esos cíclicos y dramáticos acontecimientos, ahora deben sumarse, la serie de responsabilidades que han sido transferidas a las Fuerzas Armadas, en particular a la Defensa Nacional, en tanto la creación y dirección de la Guardia Nacional. Sobre todo, porque si algo debe quedar muy claro, es que esa nueva Fuerza Armada, en forma alguna podrá resolver o contener la pendiente de la inseguridad, sino no cuenta con el apoyo y compromiso de las instituciones e instancias encargadas de administrar la justicia, aplicar medidas y programas para la prevención, e incluso de las directas encargadas de propiciar una mejora en la calidad de vida de los mexicanos.

La respuesta a la ola delictiva, sea organizada o común, desde el nuevo gobierno, atiende sin duda que es una de los principales reclamos de la población en amplias zonas del país. Pero la puesta en marcha de la Guardia Nacional, es sobre todo, una extensión más de la confianza de la autoridad civil en las capacidades de las Fuerzas Armadas, así como un explícito reconocimiento al respaldo y aprecio a estas.

javierolivaposada@gmail.com@JOPso