/ viernes 28 de agosto de 2020

Las opiniones y los vacíos

Inició el ciclo escolar en el marco de la pandemia; millones de niñas, niños, maestras y maestros, retomaron los aprendizajes. Las imágenes de niños en mercados públicos, casas y en todos los escenarios de su vida cotidiana, son el testimonio de una determinación de la comunidad educativa de continuar construyendo el futuro. Un esfuerzo extraordinario y patriótico.

El proyecto mexicano para mantener los aprendizajes está siendo seguido a detalle a nivel internacional, destacando la nota del Wall Street Journal, un periódico financiero que revisa el modelo y las expectativas, así como sus limitaciones. Sin embargo, en contratesis, en nuestro país hubo algunas críticas y abordajes que van de lo morboso a lo insensato. Un periódico de circulación nacional llegó a encabezar una nota “simulan regreso a clases”; al leer la nota era una simulación realizada por el medio, un intento de inducir al error.

Otros dicen “es mejor que nada”, aquellos que anuncian proyectos diferentes pero sin decir en que consisten, también están los impostores disfrazados de científicos, pero que no respetan, ni siguen la mínima metodología; los peores son quienes acusan de improvisación ignorando el gran trabajo de preparación para elaborar miles de guiones y producir programas. Todos son diferentes, pero parten de un fenómeno en común: la aspiración de aparentar que son muy inteligentes por encontrar un detalle negativo, pero confiesan su imposibilidad moral e intelectual de proponer o trabajar un proyecto educativo realista y viable en la pandemia. Su extraviada brújula moral, educativa o política no tiene un parámetro. Es la critica, por si y para si, un mecanismo de presencia, no de reflexión.

El modelo que ya está operando es la alternativa responsable, posible e incluyente. La televisión cubre la mayoría del territorio nacional y la evidencia es que los estudiantes en tiempos regulares pasan más tiempo viendo la televisión que en la escuela. Está fuera de duda que es una herramienta adecuada para la labor. Hay que destacar los grandes trabajos para hacer esto posible, como la entrega de libros de texto, entre otras actividades.

La pregunta a los diletantes, a los estridentes, a los vacíos, es ¿cuál es su propuesta? No un epigrama o una sentencia ligera. La verdad pura y dura es que muchos de quienes han criticado, no tienen una propuesta que sea incluyente, viable, que garantice la seguridad de la comunidad educativa y permita mantener los aprendizajes. Es la opinión sin propuesta. Es el vacío, el vacío de su falta de ideas, de honestidad, para reconocer un esfuerzo colectivo de millones de mexicanas y mexicanos, es la exploración en la nada.

El ruido, es únicamente la necesidad de hacerse presentes, de dar voz a la estridencia, a la mezquindad. Estas agendas no abonan, ni contribuyen, solo desmotivan a quienes si están trabajando. ¿Es tan difícil reconocer el gran esfuerzo de las familias, de las, los docentes y estudiantes, en un momento que la nación y la educación necesitan de la unidad y del trabajo?


@LuisH_Fernandez

Inició el ciclo escolar en el marco de la pandemia; millones de niñas, niños, maestras y maestros, retomaron los aprendizajes. Las imágenes de niños en mercados públicos, casas y en todos los escenarios de su vida cotidiana, son el testimonio de una determinación de la comunidad educativa de continuar construyendo el futuro. Un esfuerzo extraordinario y patriótico.

El proyecto mexicano para mantener los aprendizajes está siendo seguido a detalle a nivel internacional, destacando la nota del Wall Street Journal, un periódico financiero que revisa el modelo y las expectativas, así como sus limitaciones. Sin embargo, en contratesis, en nuestro país hubo algunas críticas y abordajes que van de lo morboso a lo insensato. Un periódico de circulación nacional llegó a encabezar una nota “simulan regreso a clases”; al leer la nota era una simulación realizada por el medio, un intento de inducir al error.

Otros dicen “es mejor que nada”, aquellos que anuncian proyectos diferentes pero sin decir en que consisten, también están los impostores disfrazados de científicos, pero que no respetan, ni siguen la mínima metodología; los peores son quienes acusan de improvisación ignorando el gran trabajo de preparación para elaborar miles de guiones y producir programas. Todos son diferentes, pero parten de un fenómeno en común: la aspiración de aparentar que son muy inteligentes por encontrar un detalle negativo, pero confiesan su imposibilidad moral e intelectual de proponer o trabajar un proyecto educativo realista y viable en la pandemia. Su extraviada brújula moral, educativa o política no tiene un parámetro. Es la critica, por si y para si, un mecanismo de presencia, no de reflexión.

El modelo que ya está operando es la alternativa responsable, posible e incluyente. La televisión cubre la mayoría del territorio nacional y la evidencia es que los estudiantes en tiempos regulares pasan más tiempo viendo la televisión que en la escuela. Está fuera de duda que es una herramienta adecuada para la labor. Hay que destacar los grandes trabajos para hacer esto posible, como la entrega de libros de texto, entre otras actividades.

La pregunta a los diletantes, a los estridentes, a los vacíos, es ¿cuál es su propuesta? No un epigrama o una sentencia ligera. La verdad pura y dura es que muchos de quienes han criticado, no tienen una propuesta que sea incluyente, viable, que garantice la seguridad de la comunidad educativa y permita mantener los aprendizajes. Es la opinión sin propuesta. Es el vacío, el vacío de su falta de ideas, de honestidad, para reconocer un esfuerzo colectivo de millones de mexicanas y mexicanos, es la exploración en la nada.

El ruido, es únicamente la necesidad de hacerse presentes, de dar voz a la estridencia, a la mezquindad. Estas agendas no abonan, ni contribuyen, solo desmotivan a quienes si están trabajando. ¿Es tan difícil reconocer el gran esfuerzo de las familias, de las, los docentes y estudiantes, en un momento que la nación y la educación necesitan de la unidad y del trabajo?


@LuisH_Fernandez