/ martes 28 de diciembre de 2021

Libella

Por: Mtra. Mariana González Araujo

*Profesora de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.


Queridas libélulas: espero que se encuentren muy bien, seguramente se enteraron que en la primera evaluación que hizo sobre ustedes la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) se ha comunicado algo muy relevante, están en riesgo.

En este reporte, la IUCN ha señalado como una de las causas principales para la disminución de su especie – específicamente, un 16 por ciento de las 6,016 especies- la destrucción de los humedales, los cuales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.

Pero animen las alas, porque quiero compartirles que las personas, después de una pandemia - generada en gran parte por la degradación ambiental- han comprendido la importancia de su hábitat. Solo aquí en la Ciudad de México, uno de los espacios dedicados a ustedes, sigue vivo y a la espera para cuando quieran llegar. Muchas personas, vecinas al Jardín botánico de Chapultepec, ya las conocen y están cuidando este espacio para todos los polinizadores.

También, se están sumando muchas personas al cuidado de los humedales, pues hemos comprendido su función primordial en nuestros ecosistemas. Son tan importantes que cuentan con su propio marco, la Convención Ramsar. Esta convención nos ha ayudado a transmitir a personas que no conocen de los humedales, sobre las funciones que tienen estos espacios para ustedes y nosotros. Con esta, aprendemos que además de ser su hábitat, los humedales nos proporcionan servicios ecosistémicos tales como: ser fuente de agua dulce, ayudar al cambio climático y recargar las aguas subterráneas.

Asimismo, estamos haciendo lo propio con los bosques. Nuestros reguladores del ciclo del agua, que nos ayudan a evitar la erosión del suelo, a la calidad del aire y mitigar el cambio climático capturando el CO2 y por supuesto, siendo una fuente viva de alimentos y resguardo para la incontable fauna y flora que habita en ellos, como ustedes.

Finalmente, seguiremos difundiendo lo importante que son las libélulas y su familia para los ecosistemas. Compartiremos que, gracias a su trabajo en la cadena trófica, nos han ayudado a mantener el equilibrio de las poblaciones de moscos y mosquitos. Además, su presencia en cuerpos de agua nos sigue ayudando como un bioindicador pues ustedes procuran estar en ecosistemas acuáticos sanos y su ausencia puede indicarnos contaminación en dicha agua.

Estamos con ustedes y queremos seguir aprendiendo. Cada vez nos sumamos a comprender que todos los seres vivos estamos unidos. Por primera vez, nuestras Conferencias de Cambio Climático (COP26) y Biodiversidad (COP15) se unieron para trabajar con una visión integral, pues no podemos mitigar sin regenerar.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático y la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPCC e IPBES respectivamente) hicieron lo propio. Generaron su primer taller abordando transversalmente sus temas, para explorar las sinergias y compensaciones entre la protección de la biodiversidad y la adaptación y mitigación del cambio climático. Tenemos esperanza, pues se han visibilizado que los caminos basados en la naturaleza, son la respuesta a nuestra salud.

Por: Mtra. Mariana González Araujo

*Profesora de la Facultad de Estudios Globales, Universidad Anáhuac México.


Queridas libélulas: espero que se encuentren muy bien, seguramente se enteraron que en la primera evaluación que hizo sobre ustedes la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) se ha comunicado algo muy relevante, están en riesgo.

En este reporte, la IUCN ha señalado como una de las causas principales para la disminución de su especie – específicamente, un 16 por ciento de las 6,016 especies- la destrucción de los humedales, los cuales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.

Pero animen las alas, porque quiero compartirles que las personas, después de una pandemia - generada en gran parte por la degradación ambiental- han comprendido la importancia de su hábitat. Solo aquí en la Ciudad de México, uno de los espacios dedicados a ustedes, sigue vivo y a la espera para cuando quieran llegar. Muchas personas, vecinas al Jardín botánico de Chapultepec, ya las conocen y están cuidando este espacio para todos los polinizadores.

También, se están sumando muchas personas al cuidado de los humedales, pues hemos comprendido su función primordial en nuestros ecosistemas. Son tan importantes que cuentan con su propio marco, la Convención Ramsar. Esta convención nos ha ayudado a transmitir a personas que no conocen de los humedales, sobre las funciones que tienen estos espacios para ustedes y nosotros. Con esta, aprendemos que además de ser su hábitat, los humedales nos proporcionan servicios ecosistémicos tales como: ser fuente de agua dulce, ayudar al cambio climático y recargar las aguas subterráneas.

Asimismo, estamos haciendo lo propio con los bosques. Nuestros reguladores del ciclo del agua, que nos ayudan a evitar la erosión del suelo, a la calidad del aire y mitigar el cambio climático capturando el CO2 y por supuesto, siendo una fuente viva de alimentos y resguardo para la incontable fauna y flora que habita en ellos, como ustedes.

Finalmente, seguiremos difundiendo lo importante que son las libélulas y su familia para los ecosistemas. Compartiremos que, gracias a su trabajo en la cadena trófica, nos han ayudado a mantener el equilibrio de las poblaciones de moscos y mosquitos. Además, su presencia en cuerpos de agua nos sigue ayudando como un bioindicador pues ustedes procuran estar en ecosistemas acuáticos sanos y su ausencia puede indicarnos contaminación en dicha agua.

Estamos con ustedes y queremos seguir aprendiendo. Cada vez nos sumamos a comprender que todos los seres vivos estamos unidos. Por primera vez, nuestras Conferencias de Cambio Climático (COP26) y Biodiversidad (COP15) se unieron para trabajar con una visión integral, pues no podemos mitigar sin regenerar.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático y la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPCC e IPBES respectivamente) hicieron lo propio. Generaron su primer taller abordando transversalmente sus temas, para explorar las sinergias y compensaciones entre la protección de la biodiversidad y la adaptación y mitigación del cambio climático. Tenemos esperanza, pues se han visibilizado que los caminos basados en la naturaleza, son la respuesta a nuestra salud.