“Ser un empleado de un medio
para contar la verdad del dueño
en lugar de la tuya, es algo terrible”.
Luis del Olmo,
Con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa, celebrada en Punta del Este, Uruguay, el pasado 3 de mayo, diversas personalidades de la Unión Europea emitieron sendos comunicados cuyo tono común fue una llamada de alerta por el incremento de riesgos para el ejercicio de uno de los más sagrados derechos del hombre.
Las diversas expresiones tuvieron sustento en el reporte anual que Reporteros Sin Frontera hizo público como organización civil que es observadora puntual del estado que guarda esta libertad en 180 países del orbe.
Con tristeza y preocupación reconozco que el adverso resultado para nuestro país obliga a profundizar en las acciones preventivas y a coordinar a las diversas instancias federales, estatales y municipales hacia un mismo objetivo: construir la paz en cada rincón del país apostándole a mecanismos integrales que al tiempo que inhiben los índices delictivos, protejan a la población, incluyendo a todos los sectores con mayor riesgo.
No obstante ello, a diferencia de muchos otros de los 180 países observados, la República Mexicana es uno de los pocos estados que no registra periodistas encarcelados por su quehacer profesional.
Seguro que la oposición ocupará este dato para magnificar el número de vidas segadas por el crimen organizado, pero, como es obvio, omitirá este elemento sustantivo que tradicionalmente practica para acallar las voces de quienes desde el periodismo la investiga a fondo
Pasando al escenario europeo, constato que la libertad de prensa es una “victima colateral” de las estrategias de la Covid, pues no solo se obligó a periodistas a recluirse, en algunos estados bajo aplicación de leyes marciales o policiales, sino que elementos del orden agredieron a reporteros cubriendo notas relativas a manifestaciones populares en contra de tales restricciones, y varios de ellos acabaron en prisión por su cobertura.
Otros de los aspectos que ocupa y preocupa a Reporteros Sin Fronteras, son las acciones en contra de los periodistas libres cuyo trabajo es tratado por algunos líderes como “Fake News”, o como parte de la “Fox News-isación”, término acuñado por los periodistas libres para distinguir al canal estadunidense impulsor de la narrativa neoliberal como verdad absoluta en el mundo.
De entre todos los discursos, notas, editoriales y gacetillas oficiales que personalmente leí, recupero una del portal italiano SempioneNews.It, prensa digital milanesa dirigida por Enzo Mari y un grupo de experimentados y audaces periodistas, que en su columna principal exigen que en lugar de declaraciones vacías que hacen de la efeméride una “ocurrencia” hueca de contenido, se propongan llenar de otros contenidos la libertad de prensa cuando en el mundo “los principales diarios, la televisión y la radio están en manos de grupos de poder que moldean la información según sus propias exigencias, y cuando en las redes pululan falsas informaciones que a una velocidad inaudita convierte cualquier dicho en verdad sin contenido”.
El grupo se queja del “periodismo bajo asedio digital” cuyos máximos exponentes ubica en los frentes que Rusia y Ucrania han exhibido en los aciagos días de violencia bélica que viven.
El editorial concluye afirmando que “la libertad no cae del cielo, requiere de la lucha cotidiana para conquistarla, aunque se trate de la libertad de prensa”, lo que ratifica lo dicho por el periodista español Luis del Olmo respecto de la desgracia de someter dicha libertad a la voluntad y los intereses de los dueños de los medios.