/ miércoles 13 de julio de 2022

Lo suyo, lo suyo, es la logística

Me gustaría ver el operativo emergente por el cierre de la línea 1 del Metro desde el frente de batalla. No es un buen momento aún, en estos primeros días, porque lo que descubramos, bueno o malo, estará sesgado: usuarios acostumbrándose a las nuevas alternativas, autobuses corrigiendo detalles en la logística, atención personalizada de funcionarios y sobreatención de los medios. En un par de semanas, quizá, tendremos mejor idea del desempeño.

No obstante, siendo esta administración particularmente caótica, en lo que a la operación del Metro se refiere, parece que han desarrollado una capacidad logística encomiable. Han tenido una buena respuesta frente al choque de trenes de la Línea 1 en Tacubaya, el incendio del Puesto Central de Control, la suspensión de la Línea 12, amén de un sinnúmero de incidentes con impactos de horas, a los que se suma el cierre de Línea 1 de Pantitlán a Salto del Agua, por los próximos ocho meses.

El primer día de cierre estuve observando la llegada de Mexibuses por la calle de Balderas; y en algún momento crucé Fray Servando y vi un desfile interminable de autobuses verdes y rosas de la Red de Transporte de Pasajeros. Es innegable el esfuerzo de nuestras autoridades de movilidad por sacar adelante este servicio.

Al entrar más en detalle en la información descubro que se habilitó el transbordo en el sistema de lectores de pago de RTP, lo que también es benéfico para los pasajeros. En la preparación para este difícil evento de cierre temporal, se construyeron pasarelas techadas que hagan más cómoda la espera.

Para miles de usuarios el recorrido fue muy difícil. Su viaje, de por sí largo, añadió decenas de minutos. El metro promedia los 35 km/h, un autobús difícilmente supera los 20 km/h con semáforos y paradas. Aunque los abordajes sean perfectos, el bus es un medio más lento, aunque a favor tiene que es un medio más flexible. Según anticiparon, hubo reprogramación de semáforos, lo que contribuye a la capacidad y la velocidad, pero no alcanzarán la del metro.

Lo que sí me deja claro es que la ciudad está dando una respuesta adecuada a una restricción en la operación: con un operativo especial podemos elevar la capacidad al nivel de calle. Esta es la gran lección de todos los operativos que se han instrumentado en esta terrible administración. Significa que cuando la línea 1 del metro esté remodelada también podríamos quitar carriles y sincronizar semáforos para favorecer al transporte público y no al automóvil, en todas las trayectorias congestionadas.

Por ejemplo, si hoy está operando la llegada directa del Mexibús a Balderas, no tendríamos por qué forzar a los usuarios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán a transbordar en Pantitlán, el servicio se debe volver permanente y añadir paradas intermedias. Pero a la vez, esto convierte a todos los ejes viales y avenidas en vías potenciales para enlazar servicios: extender un ramal de la línea 2 del Metrobús para conectar con la 7 en Auditorio; ramificar la línea 1 en el Estadio Olímpico hacia Barranca del Muerto; hacer que una ruta de la línea 5 del Metrobús termine en la UAM Xochimilco y otras extensiones similares para dar flexibilidad a los usuarios.

Como decía mi abuelo, “Si con ‘tolito te estás aliviando, ‘tolito sigue tomando”. La logística de emergencia se les da y es un atributo que deberían aprovechar para hacer soluciones a lo cotidiano y no sólo a lo urgente.


Me gustaría ver el operativo emergente por el cierre de la línea 1 del Metro desde el frente de batalla. No es un buen momento aún, en estos primeros días, porque lo que descubramos, bueno o malo, estará sesgado: usuarios acostumbrándose a las nuevas alternativas, autobuses corrigiendo detalles en la logística, atención personalizada de funcionarios y sobreatención de los medios. En un par de semanas, quizá, tendremos mejor idea del desempeño.

No obstante, siendo esta administración particularmente caótica, en lo que a la operación del Metro se refiere, parece que han desarrollado una capacidad logística encomiable. Han tenido una buena respuesta frente al choque de trenes de la Línea 1 en Tacubaya, el incendio del Puesto Central de Control, la suspensión de la Línea 12, amén de un sinnúmero de incidentes con impactos de horas, a los que se suma el cierre de Línea 1 de Pantitlán a Salto del Agua, por los próximos ocho meses.

El primer día de cierre estuve observando la llegada de Mexibuses por la calle de Balderas; y en algún momento crucé Fray Servando y vi un desfile interminable de autobuses verdes y rosas de la Red de Transporte de Pasajeros. Es innegable el esfuerzo de nuestras autoridades de movilidad por sacar adelante este servicio.

Al entrar más en detalle en la información descubro que se habilitó el transbordo en el sistema de lectores de pago de RTP, lo que también es benéfico para los pasajeros. En la preparación para este difícil evento de cierre temporal, se construyeron pasarelas techadas que hagan más cómoda la espera.

Para miles de usuarios el recorrido fue muy difícil. Su viaje, de por sí largo, añadió decenas de minutos. El metro promedia los 35 km/h, un autobús difícilmente supera los 20 km/h con semáforos y paradas. Aunque los abordajes sean perfectos, el bus es un medio más lento, aunque a favor tiene que es un medio más flexible. Según anticiparon, hubo reprogramación de semáforos, lo que contribuye a la capacidad y la velocidad, pero no alcanzarán la del metro.

Lo que sí me deja claro es que la ciudad está dando una respuesta adecuada a una restricción en la operación: con un operativo especial podemos elevar la capacidad al nivel de calle. Esta es la gran lección de todos los operativos que se han instrumentado en esta terrible administración. Significa que cuando la línea 1 del metro esté remodelada también podríamos quitar carriles y sincronizar semáforos para favorecer al transporte público y no al automóvil, en todas las trayectorias congestionadas.

Por ejemplo, si hoy está operando la llegada directa del Mexibús a Balderas, no tendríamos por qué forzar a los usuarios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán a transbordar en Pantitlán, el servicio se debe volver permanente y añadir paradas intermedias. Pero a la vez, esto convierte a todos los ejes viales y avenidas en vías potenciales para enlazar servicios: extender un ramal de la línea 2 del Metrobús para conectar con la 7 en Auditorio; ramificar la línea 1 en el Estadio Olímpico hacia Barranca del Muerto; hacer que una ruta de la línea 5 del Metrobús termine en la UAM Xochimilco y otras extensiones similares para dar flexibilidad a los usuarios.

Como decía mi abuelo, “Si con ‘tolito te estás aliviando, ‘tolito sigue tomando”. La logística de emergencia se les da y es un atributo que deberían aprovechar para hacer soluciones a lo cotidiano y no sólo a lo urgente.


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