/ domingo 17 de junio de 2018

Los debates

El sentido común indica que los mexicanos ganamos el tercer debate entre los candidatos a la Presidencia de la República. Lo subrayo convencido, como ciudadano. Lo considero así porque los debates tienen una razón fundamental, única: exponer lo que pretenden hacer para lograr un mejor país, de más oportunidades, con mejor educación, con más satisfactores para la vida diaria.

Se trata, como bien lo ha reiterado el candidato Meade, de contrastar propuestas, ideas, proyectos; también, de exponerse ante los ciudadanos para que observen cuál de los que están ahí, frente a ellos, hablándoles, tiene las mayores calificaciones personales, de preparación académica, de experiencia en el servicio público, de resultados a la ciudadanía, para finalmente decidir en las urnas.

Los debates no son para insultarse, no son para bravuconerías, si bien es válida la discusión, la esgrima verbal, que no la ofensa ni la diatriba, muchos menos la mentira para difamar al otro y tratar de hacerlo quedar mal ante los electores. Una cosa es demostrar las habilidades oratorias, las capacidades de reacción y respuesta, y otra muy diferente confrontar con media verdades o mentiras completas.

Hoy, desde luego, los debates ya son historia. Los tres organizados por el Instituto Nacional Electoral sí fueron, y lo sabemos los mexicanos de mediana edad para arriba, mucho mejores que los que se pusieron en práctica en elecciones presidenciales anteriores, que en verdad fueron rígidos, acartonados y paralizantes, porque no alcanzaron la categoría de debates. Se quedaron en la exposición de cada candidato, de sus propuestas e ideas, de frente a la nación.

Pero esta historia de los tres debates quedó marcada, como nunca, con las propuestas de cada candidato. Y sin duda, ahí están hoy, para la reflexión de los mexicanos, para que decidan en los días que faltan y voten el próximo primero de julio.

Meade tiene una formación personal de excelencia y una enorme experiencia en la administración pública que le han permitido presentar propuestas claras, de enorme sentido social, de gran responsabilidad y posible de concretarlas para beneficio de los mexicanos.

Ha asumido un compromiso grande y claro con la educación, impulsar la reforma educativa y lograr la excelencia en todos los niveles, pero haciendo énfasis en la media superior, que ha sido una especie de talón de Aquiles para que los jóvenes lleguen a carreras profesionales y se preparen para servir al país.

La salud, otro de los grandes compromisos asumidos por Meade, garantizará a los mexicanos atención médica y medicinas las 24 horas los 7 días de la semana, además de fortalecer de manera global los servicios médicos que hoy se prestan a través de instituciones como el Seguro Social, el Issste y el Seguro Popular.

Dije que México ganó el debate, los tres, porque los mexicanos pudimos escuchar las propuestas de cuatro personajes y de ahí saldrá el próximo Presidente de la República. No hay más. Sus propuestas, claras o no, posibles o no, ahí están y en soledad cada uno tomará la decisión de depositar su voto.

Senador del PRI

El sentido común indica que los mexicanos ganamos el tercer debate entre los candidatos a la Presidencia de la República. Lo subrayo convencido, como ciudadano. Lo considero así porque los debates tienen una razón fundamental, única: exponer lo que pretenden hacer para lograr un mejor país, de más oportunidades, con mejor educación, con más satisfactores para la vida diaria.

Se trata, como bien lo ha reiterado el candidato Meade, de contrastar propuestas, ideas, proyectos; también, de exponerse ante los ciudadanos para que observen cuál de los que están ahí, frente a ellos, hablándoles, tiene las mayores calificaciones personales, de preparación académica, de experiencia en el servicio público, de resultados a la ciudadanía, para finalmente decidir en las urnas.

Los debates no son para insultarse, no son para bravuconerías, si bien es válida la discusión, la esgrima verbal, que no la ofensa ni la diatriba, muchos menos la mentira para difamar al otro y tratar de hacerlo quedar mal ante los electores. Una cosa es demostrar las habilidades oratorias, las capacidades de reacción y respuesta, y otra muy diferente confrontar con media verdades o mentiras completas.

Hoy, desde luego, los debates ya son historia. Los tres organizados por el Instituto Nacional Electoral sí fueron, y lo sabemos los mexicanos de mediana edad para arriba, mucho mejores que los que se pusieron en práctica en elecciones presidenciales anteriores, que en verdad fueron rígidos, acartonados y paralizantes, porque no alcanzaron la categoría de debates. Se quedaron en la exposición de cada candidato, de sus propuestas e ideas, de frente a la nación.

Pero esta historia de los tres debates quedó marcada, como nunca, con las propuestas de cada candidato. Y sin duda, ahí están hoy, para la reflexión de los mexicanos, para que decidan en los días que faltan y voten el próximo primero de julio.

Meade tiene una formación personal de excelencia y una enorme experiencia en la administración pública que le han permitido presentar propuestas claras, de enorme sentido social, de gran responsabilidad y posible de concretarlas para beneficio de los mexicanos.

Ha asumido un compromiso grande y claro con la educación, impulsar la reforma educativa y lograr la excelencia en todos los niveles, pero haciendo énfasis en la media superior, que ha sido una especie de talón de Aquiles para que los jóvenes lleguen a carreras profesionales y se preparen para servir al país.

La salud, otro de los grandes compromisos asumidos por Meade, garantizará a los mexicanos atención médica y medicinas las 24 horas los 7 días de la semana, además de fortalecer de manera global los servicios médicos que hoy se prestan a través de instituciones como el Seguro Social, el Issste y el Seguro Popular.

Dije que México ganó el debate, los tres, porque los mexicanos pudimos escuchar las propuestas de cuatro personajes y de ahí saldrá el próximo Presidente de la República. No hay más. Sus propuestas, claras o no, posibles o no, ahí están y en soledad cada uno tomará la decisión de depositar su voto.

Senador del PRI