/ lunes 11 de julio de 2022

Los migrantes invisibles

Mtro. Fernando Octavio Hernández Sánchez* y Carlos Eduardo Hernández Vives**

A fines de junio, mientras la cumbre de la OTAN atraía los titulares de la prensa mundial, ocurrieron dos nuevas tragedias con migrantes involucrados: el 24 de junio, 23 sudaneses murieron al intentar ingresar al enclave español de Melilla, en condiciones aún por esclarecer.

Tres días después, 53 personas - 26 mexicanos entre ellas- fallecieron dentro de un tráiler ubicado en San Antonio, Texas, como resultado del hacinamiento y las altas temperaturas. Hechos trágicos que se suman al calvario de miles de personas que se desplazan a diario por naciones como México tras haber abandonado sus hogares, desesperados por la falta de oportunidades, la pobreza y/o la violencia que prevalecen en sus países de origen.

Desde Siria, países centroamericanos o del África subsahariana, miles de personas realizan recorridos agotadores en condiciones precarias para intentar llegar al anhelado primer mundo, mientras enfrentan el riesgo de ser secuestrados, extorsionados, esclavizados o asesinados durante su periplo, sin que ello atraiga ya la atención de la comunidad internacional.

En tal condición de vulnerabilidad, los migrantes suelen caer en manos de grupos dedicados a la trata de personas que les cobran un dineral por llevarlos a su destino, mientras los exponen a condiciones inhumanas durante su viaje, poniéndoles en riesgo de perder la vida, ya sea dentro de un contenedor o de morir ahogados en el mar Mediterráneo.

En este sentido, cabe señalar que la ONU considera ya a la trata de personas como la tercera actividad ilícita más rentable en el mundo, tan sólo por detrás del narcotráfico y el trasiego ilegal de armas: en un mundo donde todo puede ser reducido a la condición de mercancía, no es sorpresa que haya tanta gente codiciosa y sin escrúpulos dedicada a lucrar con la esperanza de los migrantes de llegar a Estados Unidos o a algún país de Europa, movilizando “su carga” en condiciones de alto riesgo.

Mientras tanto, los gobiernos de los países destino prefieren reforzar sus fronteras, endurecer sus políticas migratorias o, de plano, pagar a otros países para que ellos retengan en su territorio a los migrantes (como ocurre en el caso de la Unión Europea al valerse de países como Marruecos o Turquía o con políticas como “Quédate en México” aplicadas por el gobierno estadounidense) con tal de evitar su arribo al Primer Mundo. Eso sí, en esos mismos días los países integrantes de la OTAN decidieron incrementar su gasto en armamento para reforzar la seguridad en el flanco oriental de Europa ante “la amenaza rusa”, aun cuando persistan graves crisis humanitarias en Yemen, Siria, Haití u Honduras.

¿Hasta cuándo dejará de verse al migrante como un objeto en lugar de una persona con dignidad y derechos? Seamos empáticos con los migrantes que cruzan por México mientras los líderes de las potencias siguen prestando atención a temas más importantes.

* Coordinador de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac México.

** Estudiante de licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac, con interés especial en temas de migración internacional.

Mtro. Fernando Octavio Hernández Sánchez* y Carlos Eduardo Hernández Vives**

A fines de junio, mientras la cumbre de la OTAN atraía los titulares de la prensa mundial, ocurrieron dos nuevas tragedias con migrantes involucrados: el 24 de junio, 23 sudaneses murieron al intentar ingresar al enclave español de Melilla, en condiciones aún por esclarecer.

Tres días después, 53 personas - 26 mexicanos entre ellas- fallecieron dentro de un tráiler ubicado en San Antonio, Texas, como resultado del hacinamiento y las altas temperaturas. Hechos trágicos que se suman al calvario de miles de personas que se desplazan a diario por naciones como México tras haber abandonado sus hogares, desesperados por la falta de oportunidades, la pobreza y/o la violencia que prevalecen en sus países de origen.

Desde Siria, países centroamericanos o del África subsahariana, miles de personas realizan recorridos agotadores en condiciones precarias para intentar llegar al anhelado primer mundo, mientras enfrentan el riesgo de ser secuestrados, extorsionados, esclavizados o asesinados durante su periplo, sin que ello atraiga ya la atención de la comunidad internacional.

En tal condición de vulnerabilidad, los migrantes suelen caer en manos de grupos dedicados a la trata de personas que les cobran un dineral por llevarlos a su destino, mientras los exponen a condiciones inhumanas durante su viaje, poniéndoles en riesgo de perder la vida, ya sea dentro de un contenedor o de morir ahogados en el mar Mediterráneo.

En este sentido, cabe señalar que la ONU considera ya a la trata de personas como la tercera actividad ilícita más rentable en el mundo, tan sólo por detrás del narcotráfico y el trasiego ilegal de armas: en un mundo donde todo puede ser reducido a la condición de mercancía, no es sorpresa que haya tanta gente codiciosa y sin escrúpulos dedicada a lucrar con la esperanza de los migrantes de llegar a Estados Unidos o a algún país de Europa, movilizando “su carga” en condiciones de alto riesgo.

Mientras tanto, los gobiernos de los países destino prefieren reforzar sus fronteras, endurecer sus políticas migratorias o, de plano, pagar a otros países para que ellos retengan en su territorio a los migrantes (como ocurre en el caso de la Unión Europea al valerse de países como Marruecos o Turquía o con políticas como “Quédate en México” aplicadas por el gobierno estadounidense) con tal de evitar su arribo al Primer Mundo. Eso sí, en esos mismos días los países integrantes de la OTAN decidieron incrementar su gasto en armamento para reforzar la seguridad en el flanco oriental de Europa ante “la amenaza rusa”, aun cuando persistan graves crisis humanitarias en Yemen, Siria, Haití u Honduras.

¿Hasta cuándo dejará de verse al migrante como un objeto en lugar de una persona con dignidad y derechos? Seamos empáticos con los migrantes que cruzan por México mientras los líderes de las potencias siguen prestando atención a temas más importantes.

* Coordinador de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac México.

** Estudiante de licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac, con interés especial en temas de migración internacional.