/ jueves 21 de enero de 2021

Los radicales

Del radicalismo político al oportunismo político no hay más que un paso.

Lenin


Una aparente débil e imprecisa investigación de la DEA, en torno al general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, ha provocado una reacción virulenta por parte del presidente López Obrador en contra de la agencia estadunidense, acusando a quienes “armaron esto” de actuar “sin profesionalismo y carentes de ética”.

No dejan de sorprender las reacciones presidenciales, si recordamos la declaración que emitió horas después de la detención del general, señalando que lo sucedido, “era una muestra inequívoca de la descomposición del régimen neoliberal”. ¿Y, ahora? ¿qué dice de su desplante? Nada. No hay memoria ni autocrítica.

El nuevo tono usado por el tabasqueño contrasta con el trato que mantuvo con el presidente saliente. En efecto, sacó del baúl de los recuerdos un lenguaje de campaña que desde su toma de protesta no había usado contra el ex habitante de la Casa Blanca y amigo, Donald Trump. Ahora, AMLO, sin matices, declara que “México es un país independiente y libre”. Otra vez recurre a lugares comunes, cuyo contenido es vacío, sino se acompaña de acciones prácticas y concretas.

Un poco de memoria resultaría útil y pedagógica. Recordemos la actitud que asumió cuando Trump amenazó con la puesta en marcha de un impuesto aduanal progresivo a los productos mexicanos si el gobierno no contenía a los migrantes. La respuesta del hoy envalentonado Lopez Obrador fue sumisa y obediente. Desplazó a miles de militares y civiles a la frontera para satisfacer la exigencia del personaje. Y qué decir del discurso abyecto que el presidente de México dio en su visita a la capital norteamericana.

¿Dónde quedó el país soberano e independiente que hoy pregona AMLO? La incoherencia a todo color. Pero, llegando el demócrata Joe Biden y Kamala Harris a Washington, el “radicalismo” y el rancio nacionalismo pergeñado desde Palacio Nacional se convirtió en línea política para los miembros del grupo dominante, por eso, hasta el Fiscal General, Alejandro Gertz, asume un activismo inusual. Y afirmó, enardecido, a todos los medios influyentes, que “llevará a instancias internacionales” el caso de Cienfuegos. Y no se diga de Marcelo Ebrard, que se erige como el dique nacional.

Todos los datos disponibles indican que AMLO quiere una relación deliberadamente ríspida con Biden. Quizá unas gotas “antiimperialistas” le ayudarían para tratar de distraer a la audiencia social del desastre de su gobierno y alentaría con su discurso a la fanaticada para las próximas elecciones. Aquí, el “radicalismo” les queda como anillo al dedo. Al menos eso creen. Subestiman al imperio.


pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

Del radicalismo político al oportunismo político no hay más que un paso.

Lenin


Una aparente débil e imprecisa investigación de la DEA, en torno al general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, ha provocado una reacción virulenta por parte del presidente López Obrador en contra de la agencia estadunidense, acusando a quienes “armaron esto” de actuar “sin profesionalismo y carentes de ética”.

No dejan de sorprender las reacciones presidenciales, si recordamos la declaración que emitió horas después de la detención del general, señalando que lo sucedido, “era una muestra inequívoca de la descomposición del régimen neoliberal”. ¿Y, ahora? ¿qué dice de su desplante? Nada. No hay memoria ni autocrítica.

El nuevo tono usado por el tabasqueño contrasta con el trato que mantuvo con el presidente saliente. En efecto, sacó del baúl de los recuerdos un lenguaje de campaña que desde su toma de protesta no había usado contra el ex habitante de la Casa Blanca y amigo, Donald Trump. Ahora, AMLO, sin matices, declara que “México es un país independiente y libre”. Otra vez recurre a lugares comunes, cuyo contenido es vacío, sino se acompaña de acciones prácticas y concretas.

Un poco de memoria resultaría útil y pedagógica. Recordemos la actitud que asumió cuando Trump amenazó con la puesta en marcha de un impuesto aduanal progresivo a los productos mexicanos si el gobierno no contenía a los migrantes. La respuesta del hoy envalentonado Lopez Obrador fue sumisa y obediente. Desplazó a miles de militares y civiles a la frontera para satisfacer la exigencia del personaje. Y qué decir del discurso abyecto que el presidente de México dio en su visita a la capital norteamericana.

¿Dónde quedó el país soberano e independiente que hoy pregona AMLO? La incoherencia a todo color. Pero, llegando el demócrata Joe Biden y Kamala Harris a Washington, el “radicalismo” y el rancio nacionalismo pergeñado desde Palacio Nacional se convirtió en línea política para los miembros del grupo dominante, por eso, hasta el Fiscal General, Alejandro Gertz, asume un activismo inusual. Y afirmó, enardecido, a todos los medios influyentes, que “llevará a instancias internacionales” el caso de Cienfuegos. Y no se diga de Marcelo Ebrard, que se erige como el dique nacional.

Todos los datos disponibles indican que AMLO quiere una relación deliberadamente ríspida con Biden. Quizá unas gotas “antiimperialistas” le ayudarían para tratar de distraer a la audiencia social del desastre de su gobierno y alentaría con su discurso a la fanaticada para las próximas elecciones. Aquí, el “radicalismo” les queda como anillo al dedo. Al menos eso creen. Subestiman al imperio.


pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz

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