/ miércoles 1 de noviembre de 2017

Los recursos hídricos ante el cambio climático

Cuando decimos que el cambio climático es una de las principales amenazas para la paz y la seguridad en el siglo XXI, no se trata de una afirmación desmedida, los efectos que podría tener en el planeta son múltiples y de diferente naturaleza y alcance.

Actualmente sabemos, por ejemplo, que los arrecifes de coral y otras especies marinas están en peligro de extinción por el cambio de la temperatura de los mares y océanos; los osos polares, pingüinos y otras especies árticas también se encuentran amenazadas particularmente por el deshielo de los polos; asimismo, la población de miles de insectos, mamíferos, aves y plantas de diferentes partes del mundo se ha reducido por los drásticos cambios en sus ecosistemas.

Climatológicamente también estamos percibiendo las consecuencias del cambio climático. En años recientes las sequías han sido más fuertes y duraderas mientras que los fenómenos meteorológicos como los huracanes se han sido más frecuentes y de mayor magnitud. Basta mencionar que la temporada de huracanes de este año ha roto records por su intensidad, destructividad y simultaneidad (los huracanes Irma, José y Katia).

Recursos de primera necesidad como el agua también se ven amenazados. La escasez del agua es un problema que ya se había presentado desde años atrás, no obstante, se ha venido agravando como consecuencia del cambio climático.

En 2011 el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que el cambio climático tiene consecuencias en el ámbito de la seguridad, siendo el agua el elemento a través del cual se manifiestan en mayor grado los efectos del calentamiento global.

De acuerdo con la ONU, la escasez del agua afecta a más del 40% de la población mundial y estudios científicos prevén que este recurso sea más escaso en los próximos años.

En los lugares más vulnerables a fenómenos meteorológicos como huracanes y lluvias torrenciales, los suministros de agua potable pueden ser arrasados o contaminados, creando escasez y poniendo en peligro la vida de comunidades enteras. Por su parte, las fuertes sequías y la consecuente pérdida de cosechas pueden poner en riesgo la seguridad alimentaria e hídrica.

Existen regiones en el mundo en las que el agua total disponible ha disminuido de 40% a 60% debido a la falta de lluvias y el consecuente desabastecimiento de las principales cuencas hidrológicas.

En México hemos podido advertir que el cambio en los patrones de precipitación sobre el territorio nacional ha reducido las aportaciones hídricas a ciertas cuencas de nuestro país, generando desabastecimiento para el consumo humano y actividades productivas como la agricultura.

Para hacer frente a este reto es necesario evaluar el impacto del cambio climático en nuestros recursos hídricos, construir mapas de riesgo y mejorar la infraestructura hidráulica de nuestro país que garantice el acceso al agua potable a toda la población, poniendo especial énfasis en las zonas más marginadas y en las comunidades donde dicho recurso sea menos abundante.

Asimismo, es fundamental que tomemos conciencia sobre la importancia del combate al cambio climático y el cuidado del agua. Una cultura de uso responsable y sostenible de este recurso es esencial para evitar su desperdicio y contaminación.

El impacto del cambio climático en nuestros recursos hídricos dependerá en gran medida de nuestra capacidad para administrarlos, protegerlos y usarlos de forma sostenible.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez

Cuando decimos que el cambio climático es una de las principales amenazas para la paz y la seguridad en el siglo XXI, no se trata de una afirmación desmedida, los efectos que podría tener en el planeta son múltiples y de diferente naturaleza y alcance.

Actualmente sabemos, por ejemplo, que los arrecifes de coral y otras especies marinas están en peligro de extinción por el cambio de la temperatura de los mares y océanos; los osos polares, pingüinos y otras especies árticas también se encuentran amenazadas particularmente por el deshielo de los polos; asimismo, la población de miles de insectos, mamíferos, aves y plantas de diferentes partes del mundo se ha reducido por los drásticos cambios en sus ecosistemas.

Climatológicamente también estamos percibiendo las consecuencias del cambio climático. En años recientes las sequías han sido más fuertes y duraderas mientras que los fenómenos meteorológicos como los huracanes se han sido más frecuentes y de mayor magnitud. Basta mencionar que la temporada de huracanes de este año ha roto records por su intensidad, destructividad y simultaneidad (los huracanes Irma, José y Katia).

Recursos de primera necesidad como el agua también se ven amenazados. La escasez del agua es un problema que ya se había presentado desde años atrás, no obstante, se ha venido agravando como consecuencia del cambio climático.

En 2011 el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que el cambio climático tiene consecuencias en el ámbito de la seguridad, siendo el agua el elemento a través del cual se manifiestan en mayor grado los efectos del calentamiento global.

De acuerdo con la ONU, la escasez del agua afecta a más del 40% de la población mundial y estudios científicos prevén que este recurso sea más escaso en los próximos años.

En los lugares más vulnerables a fenómenos meteorológicos como huracanes y lluvias torrenciales, los suministros de agua potable pueden ser arrasados o contaminados, creando escasez y poniendo en peligro la vida de comunidades enteras. Por su parte, las fuertes sequías y la consecuente pérdida de cosechas pueden poner en riesgo la seguridad alimentaria e hídrica.

Existen regiones en el mundo en las que el agua total disponible ha disminuido de 40% a 60% debido a la falta de lluvias y el consecuente desabastecimiento de las principales cuencas hidrológicas.

En México hemos podido advertir que el cambio en los patrones de precipitación sobre el territorio nacional ha reducido las aportaciones hídricas a ciertas cuencas de nuestro país, generando desabastecimiento para el consumo humano y actividades productivas como la agricultura.

Para hacer frente a este reto es necesario evaluar el impacto del cambio climático en nuestros recursos hídricos, construir mapas de riesgo y mejorar la infraestructura hidráulica de nuestro país que garantice el acceso al agua potable a toda la población, poniendo especial énfasis en las zonas más marginadas y en las comunidades donde dicho recurso sea menos abundante.

Asimismo, es fundamental que tomemos conciencia sobre la importancia del combate al cambio climático y el cuidado del agua. Una cultura de uso responsable y sostenible de este recurso es esencial para evitar su desperdicio y contaminación.

El impacto del cambio climático en nuestros recursos hídricos dependerá en gran medida de nuestra capacidad para administrarlos, protegerlos y usarlos de forma sostenible.

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez