/ sábado 4 de diciembre de 2021

Los tres años

Este 1 de diciembre se cumplieron 3 años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; más allá de los balances no podemos obviar lo más importante, hay un gran cambio en el poder ya que por primera vez se está dando prioridad a las personas más necesitadas en un país que estaba dominado por estructuras construidas para servir a una élite rapaz. La evidencia de este cambio es clara: se ha incrementado al salario mínimo al 65% en términos reales, algo que no ocurría en más de tres décadas por mencionar un dato.

El tema de fondo de este gobierno es desarticular estas estructuras depredadoras que con base en la corrupción y la complicidad, acumularon por décadas recursos y privilegios como la condonación de impuestos; fueron un gobierno de proveedores, que se basaron en la explotación y la deuda pública como mecanismos para la concentración de sus riquezas. Esto no es un proceso fácil, ni rápido. Durante décadas se normalizó la injusticia y el abuso, situación ante la cual quienes venimos de la lucha de izquierda no podíamos resignarnos. Por lo que este cambio, además de necesario, es deseado por la mayoría de la población.

Cuando se habla de la necesidad de la construcción de una alternativa social al capitalismo de casino, para dar una idea de acuerdo con los datos de Oxfam, solo 8 hombres tienen la misma riqueza que 3,600 millones de personas, la mitad más pobre del mundo. No podemos permitir que el crecimiento económico solo sea para quien ya tiene mucho, dejando al borde del camino a la mayoría de la población. No se trata de comunismo, es sentido común, es construir una alternativa social. El modelo económico actual es injusto e insostenible y México es la alternativa más concreta que se observa en el mundo hoy.

El gran reto para los próximos tres años será cómo desarticular las siniestras redes económicas y de poder que depredan a la mayoría de la población; y cómo construir un andamiaje institucional que permita evitar la corrupción y la capacidad de devolver a la política y al gobierno el sentido ético y de valores como se está haciendo de manera pacífica y democrática.XXXTwitter: @LuisH_Fernandez

Este 1 de diciembre se cumplieron 3 años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; más allá de los balances no podemos obviar lo más importante, hay un gran cambio en el poder ya que por primera vez se está dando prioridad a las personas más necesitadas en un país que estaba dominado por estructuras construidas para servir a una élite rapaz. La evidencia de este cambio es clara: se ha incrementado al salario mínimo al 65% en términos reales, algo que no ocurría en más de tres décadas por mencionar un dato.

El tema de fondo de este gobierno es desarticular estas estructuras depredadoras que con base en la corrupción y la complicidad, acumularon por décadas recursos y privilegios como la condonación de impuestos; fueron un gobierno de proveedores, que se basaron en la explotación y la deuda pública como mecanismos para la concentración de sus riquezas. Esto no es un proceso fácil, ni rápido. Durante décadas se normalizó la injusticia y el abuso, situación ante la cual quienes venimos de la lucha de izquierda no podíamos resignarnos. Por lo que este cambio, además de necesario, es deseado por la mayoría de la población.

Cuando se habla de la necesidad de la construcción de una alternativa social al capitalismo de casino, para dar una idea de acuerdo con los datos de Oxfam, solo 8 hombres tienen la misma riqueza que 3,600 millones de personas, la mitad más pobre del mundo. No podemos permitir que el crecimiento económico solo sea para quien ya tiene mucho, dejando al borde del camino a la mayoría de la población. No se trata de comunismo, es sentido común, es construir una alternativa social. El modelo económico actual es injusto e insostenible y México es la alternativa más concreta que se observa en el mundo hoy.

El gran reto para los próximos tres años será cómo desarticular las siniestras redes económicas y de poder que depredan a la mayoría de la población; y cómo construir un andamiaje institucional que permita evitar la corrupción y la capacidad de devolver a la política y al gobierno el sentido ético y de valores como se está haciendo de manera pacífica y democrática.XXXTwitter: @LuisH_Fernandez