/ domingo 13 de mayo de 2018

Madres jefas de familia y el 10 de mayo

Se relaciona el papel de las madres con el cuidado del hogar, tareas domésticas, la crianza y educación de los hijos. Sin embargo, este estereotipo ya no aplica en todos los casos, cada vez hay más madres que son jefas de familia. Desde hace cuatro décadas, la participación de las mujeres en el mercado laboral y en la vida pública ha provocado redefiniciones en las estructuras familiares.

En México, existen cada vez más madres que asumen el rol de jefas de familia. De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los hogares encabezados por mujeres han tenido un aumento considerable. En 1990 se identificó que el 17.3% de los hogares eran liderados por mujeres, y en 2017 representaron el 27.3%; es decir, se ha registrado un aumento del 10% en 27 años.

A las madres jefas de familia de hoy les compete la responsabilidad del hogar, el cuidado de los niños, las actividades domésticas y la manutención de la economía familiar. De acuerdo al INEGI, una jefa de familia invierte 60.3 horas a la semana,en actividades laborales y 33.2 horas en promedio a tareas del hogar. Esto significa que una jefa de familia trabaja 93.5 horas a la semana. En estos rubros, la diferencia entre hombres y mujeres es de 25 horas semanales.

Muchas de estas jefas son mujeres preparadas que se enfrentan a la dificultad en cuanto acceso a espacios laborales bien remunerados, ya sea por misoginia o porque el actual sistema laboral prefiere mujeres sin compromisos. Mujeres a las cuales su única preocupación sea el trabajo, y no presenten limitantes al repartir su tiempo entre la oficina y el hogar. En caso que pasen esta primera discriminación, al encontrar un empleo se topan con la brecha salarial, lo que les dificulta otorgar y otorgarse una vida digna.

La gratificación que ellas tienen es mayor a las limitantes. El ser jefas las convierte en mujeres más fuertes y decididas, pues de ellas depende una familia. Buscan el tiempo para compartir con sus hijos y para enfocarse en su propio desarrollo. Toda acción es pensada para el beneficio, mínimo, de dos personas. Así, fortalecen el núcleo principal de toda sociedad, la familia; en todos los tipos de variantes que hoy existen.

Las madres jefas representan el empoderamiento de la mujer en todo aspecto. Son mujeres que se encargan del hogar, que en ocasiones se convierte en toda una empresa, de la crianza de los hijos a nivel pedagógico, psicológico y físico, sin dejar de lado su propia persona, enfocándose en su desarrollo personal y profesional. De estas mujeres dependen muchas personas, no pueden dejar de ser competitivas en el ámbito privado ni público. Celebrémoslas, gracias por su lucha diaria.

Se relaciona el papel de las madres con el cuidado del hogar, tareas domésticas, la crianza y educación de los hijos. Sin embargo, este estereotipo ya no aplica en todos los casos, cada vez hay más madres que son jefas de familia. Desde hace cuatro décadas, la participación de las mujeres en el mercado laboral y en la vida pública ha provocado redefiniciones en las estructuras familiares.

En México, existen cada vez más madres que asumen el rol de jefas de familia. De acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los hogares encabezados por mujeres han tenido un aumento considerable. En 1990 se identificó que el 17.3% de los hogares eran liderados por mujeres, y en 2017 representaron el 27.3%; es decir, se ha registrado un aumento del 10% en 27 años.

A las madres jefas de familia de hoy les compete la responsabilidad del hogar, el cuidado de los niños, las actividades domésticas y la manutención de la economía familiar. De acuerdo al INEGI, una jefa de familia invierte 60.3 horas a la semana,en actividades laborales y 33.2 horas en promedio a tareas del hogar. Esto significa que una jefa de familia trabaja 93.5 horas a la semana. En estos rubros, la diferencia entre hombres y mujeres es de 25 horas semanales.

Muchas de estas jefas son mujeres preparadas que se enfrentan a la dificultad en cuanto acceso a espacios laborales bien remunerados, ya sea por misoginia o porque el actual sistema laboral prefiere mujeres sin compromisos. Mujeres a las cuales su única preocupación sea el trabajo, y no presenten limitantes al repartir su tiempo entre la oficina y el hogar. En caso que pasen esta primera discriminación, al encontrar un empleo se topan con la brecha salarial, lo que les dificulta otorgar y otorgarse una vida digna.

La gratificación que ellas tienen es mayor a las limitantes. El ser jefas las convierte en mujeres más fuertes y decididas, pues de ellas depende una familia. Buscan el tiempo para compartir con sus hijos y para enfocarse en su propio desarrollo. Toda acción es pensada para el beneficio, mínimo, de dos personas. Así, fortalecen el núcleo principal de toda sociedad, la familia; en todos los tipos de variantes que hoy existen.

Las madres jefas representan el empoderamiento de la mujer en todo aspecto. Son mujeres que se encargan del hogar, que en ocasiones se convierte en toda una empresa, de la crianza de los hijos a nivel pedagógico, psicológico y físico, sin dejar de lado su propia persona, enfocándose en su desarrollo personal y profesional. De estas mujeres dependen muchas personas, no pueden dejar de ser competitivas en el ámbito privado ni público. Celebrémoslas, gracias por su lucha diaria.