/ viernes 13 de octubre de 2017

Manejo de residuos en la reconstrucción

Los sismos ocurridos el mes pasado dejaron como saldo el fallecimiento de casi 450 personas y más de 160 mil familias sufrieron daños en sus casas y perdieron gran parte de su patrimonio. Al menos 15 mil escuelas sufrieron algún tipo de afectación y varias tendrán que ser reconstruidas, decenas de edificios en la Ciudad de México se colapsaron y otros más tendrán que ser derribados, además, se calcula que unos mil 500 edificios que forman parte del patrimonio cultural de México resultaron afectados.

Tras haber concluido las labores de rescate comienza la etapa de reconstrucción de los hogares de miles de mexicanos, pero antes es necesario concluir con la demolición de estructuras dañadas y la remoción de escombros.

Por su cantidad, los residuos de construcción y demolición generados por este tipo de desastres deben tener un manejo especial, ya que pueden contener algunos elementos tóxicos, peligrosos y perjudiciales, tanto para los seres humanos como para el medio ambiente.

La aparición de tiraderos de cascajo en predios, basureros, ríos, bosques y barrancas, tanto en zonas urbanas como rurales, han propiciado el deterioro de la calidad de los suelos, la contaminación del agua y la destrucción del hábitat de miles de especies.

Según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tan solo en la Ciudad de México se generan diariamente unas siete mil toneladas de desechos de construcción o también llamado “cascajo”, lo cual representa más de la mitad de los desechos sólidos de la urbe.

En la ciudad, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), ha contabilizado la existencia de 36 tiraderos clandestinos de cascajo en nueve delegaciones, los cuales han dañado más de 135 hectáreas de suelo, siendo las zonas de conservación y acuíferas las más afectadas.

Todos los días se generan este tipo de desechos en todo el país, sin embargo, ante una situación excepcional como la de los sismos del mes pasado, autoridades y ciudadanía deben prestar una mayor atención en la forma como se deben manejar y desechar dichos residuos.

En 2015, Año Internacional de los Suelos, un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) advirtió sobre el rápido deterioro de los suelos en todo el mundo por diversas razones, para detener esta tendencia es fundamental generar una cultura sobre la gestión adecuada para los residuos sólidos.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), presentó una estrategia para el manejo de los escombros generados por estos desafortunados eventos, a fin de evitar impactos ambientales y en la salud de la población.

Se firmaron convenios con los estados afectados por los sismos, se establece que los sitios de confinamiento deben estar en un rango no mayor a 20 kilómetros del centro de la zona de desastre, se prohíbe depositar escombros en zonas de áreas naturales protegidas, acuíferos, barrancas, humedales y otros ecosistemas, el sitio de depósito debe estar fuera de zonas de inundación y a una distancia mínima de 500 metros de ríos, arroyos, lagos y lagunas; además se contempla el reciclaje y reutilización de materiales pétreos en obas de infraestructura y en los trabajos de reconstrucción.

Es fundamental seguir las indicaciones de las autoridades para el manejo de los residuos de construcción, solo así podremos evitar impactos en el medio ambiente y nuestra salud. En las labores de reconstrucción, todos los mexicanos debemos continuar trabajado solidariamente y unidos, el adecuado desecho de estos materiales es también una forma de contribuir en ello.

 

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez

Los sismos ocurridos el mes pasado dejaron como saldo el fallecimiento de casi 450 personas y más de 160 mil familias sufrieron daños en sus casas y perdieron gran parte de su patrimonio. Al menos 15 mil escuelas sufrieron algún tipo de afectación y varias tendrán que ser reconstruidas, decenas de edificios en la Ciudad de México se colapsaron y otros más tendrán que ser derribados, además, se calcula que unos mil 500 edificios que forman parte del patrimonio cultural de México resultaron afectados.

Tras haber concluido las labores de rescate comienza la etapa de reconstrucción de los hogares de miles de mexicanos, pero antes es necesario concluir con la demolición de estructuras dañadas y la remoción de escombros.

Por su cantidad, los residuos de construcción y demolición generados por este tipo de desastres deben tener un manejo especial, ya que pueden contener algunos elementos tóxicos, peligrosos y perjudiciales, tanto para los seres humanos como para el medio ambiente.

La aparición de tiraderos de cascajo en predios, basureros, ríos, bosques y barrancas, tanto en zonas urbanas como rurales, han propiciado el deterioro de la calidad de los suelos, la contaminación del agua y la destrucción del hábitat de miles de especies.

Según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tan solo en la Ciudad de México se generan diariamente unas siete mil toneladas de desechos de construcción o también llamado “cascajo”, lo cual representa más de la mitad de los desechos sólidos de la urbe.

En la ciudad, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), ha contabilizado la existencia de 36 tiraderos clandestinos de cascajo en nueve delegaciones, los cuales han dañado más de 135 hectáreas de suelo, siendo las zonas de conservación y acuíferas las más afectadas.

Todos los días se generan este tipo de desechos en todo el país, sin embargo, ante una situación excepcional como la de los sismos del mes pasado, autoridades y ciudadanía deben prestar una mayor atención en la forma como se deben manejar y desechar dichos residuos.

En 2015, Año Internacional de los Suelos, un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) advirtió sobre el rápido deterioro de los suelos en todo el mundo por diversas razones, para detener esta tendencia es fundamental generar una cultura sobre la gestión adecuada para los residuos sólidos.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), presentó una estrategia para el manejo de los escombros generados por estos desafortunados eventos, a fin de evitar impactos ambientales y en la salud de la población.

Se firmaron convenios con los estados afectados por los sismos, se establece que los sitios de confinamiento deben estar en un rango no mayor a 20 kilómetros del centro de la zona de desastre, se prohíbe depositar escombros en zonas de áreas naturales protegidas, acuíferos, barrancas, humedales y otros ecosistemas, el sitio de depósito debe estar fuera de zonas de inundación y a una distancia mínima de 500 metros de ríos, arroyos, lagos y lagunas; además se contempla el reciclaje y reutilización de materiales pétreos en obas de infraestructura y en los trabajos de reconstrucción.

Es fundamental seguir las indicaciones de las autoridades para el manejo de los residuos de construcción, solo así podremos evitar impactos en el medio ambiente y nuestra salud. En las labores de reconstrucción, todos los mexicanos debemos continuar trabajado solidariamente y unidos, el adecuado desecho de estos materiales es también una forma de contribuir en ello.

 

Senador del PRI por Sinaloa

@AaronIrizar

Facebook.com/aaron.irizarlopez