/ sábado 3 de julio de 2021

Marihuana, sólo el primer paso 

Por Juan Manuel Sánchez Macías

En efecto, estimado lector, en mi concepto, no hay bases sólidas todavía para determinar si la despenalización del uso recreativo de la marihuana será un fracaso o un acierto en la salud pública y la posible comisión en delitos contra la salud (mismos que están tipificados en los artículos 193 a 199 del Código Penal Federal).

El primer paso ya se dio, con la resolución de mérito.

El segundo paso implica que, con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se abre la posibilidad para que las personas que obtengan la autorización o el permiso ante la Secretaría de Salud (habrá qué ver, qué tantos requisitos se piden para obtener el respectivo permiso) la consuman libremente y ya no busquen el “mercado negro” o narcomenudeo (bastante lucrativo!) para poder obtenerla, sólo por personas mayores de edad.

Sobre todo, porque ahora podrán, también, los consumidores de tal sustancia, no solamente adquirirla, sino también sembrarla, cultivarla, cosecharla, prepararla, poseerla y hasta transportarla, claro, sólo en las cantidades para uso personal; hipótesis o conductas, todas las anteriores, sancionadas actualmente como delito por el Código Penal Federal.

Esto lleva a un tercer paso y muy importante. Mientras el Congreso de la Unión no legisle sobre la materia, incluso, reestructurando el Código Penal Federal al respecto, no se podrá avanzar mucho, pues como ya lo dije, la Secretaría de Salud deberá emitir las autorizaciones respectivas sólo a personas adultas para el consumo correcto y “sano” de tal sustancia, lo cual no se vislumbra, insisto, como un trámite fácil y rápido. Por ello, es necesario que el Congreso de la Unión, a la brevedad posible, tome cartas sobre el asunto, sobre la regulación y reformas correspondientes. Recordemos que esto último ya lo había determinado la Suprema Corte en 2019 y, hasta la fecha, los legisladores no se han logrado poner de acuerdo y… mucho me temo que no va a ser ni fácil ni rápido, por los antecedentes que han manifestado sobre el tema, las distintas fracciones parlamentarias.

Un cuarto paso que se deberá seguir es que, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) deberá, en mi concepto, establecer los lineamientos y modalidades para la adquisición de la semilla y tomar todas las medidas necesarias para dar cauce al consumo recreativo; situación ésta que también se ve muy compleja, por todas las implicaciones técnicas que conlleva: calidad de la semilla, origen, etc

Los anteriores son, entre otros, los pasos a seguir, todavía, en cuanto a la despenalización del uso recreativo o lúdico de la marihuana, por parte de la Suprema Corte. Repito, el primer paso ya se dio, con la sentencia referida, pero todavía falta mucho para implementarla, como una real y sólida Política Pública, en beneficio de la sociedad.

Por último, en cuanto a las implicaciones y percepciones religiosas, económicas, culturales, de farmacodependencia, etc. del consumo de marihuana, eso es materia de otro análisis que abordaremos posteriormente, por hoy baste decir que, el primer paso ya se dio, con la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación… pero falta mucho camino por recorrer…

Profesor de Carrera de la Facultad de Derecho de la UNAM.


Por Juan Manuel Sánchez Macías

En efecto, estimado lector, en mi concepto, no hay bases sólidas todavía para determinar si la despenalización del uso recreativo de la marihuana será un fracaso o un acierto en la salud pública y la posible comisión en delitos contra la salud (mismos que están tipificados en los artículos 193 a 199 del Código Penal Federal).

El primer paso ya se dio, con la resolución de mérito.

El segundo paso implica que, con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se abre la posibilidad para que las personas que obtengan la autorización o el permiso ante la Secretaría de Salud (habrá qué ver, qué tantos requisitos se piden para obtener el respectivo permiso) la consuman libremente y ya no busquen el “mercado negro” o narcomenudeo (bastante lucrativo!) para poder obtenerla, sólo por personas mayores de edad.

Sobre todo, porque ahora podrán, también, los consumidores de tal sustancia, no solamente adquirirla, sino también sembrarla, cultivarla, cosecharla, prepararla, poseerla y hasta transportarla, claro, sólo en las cantidades para uso personal; hipótesis o conductas, todas las anteriores, sancionadas actualmente como delito por el Código Penal Federal.

Esto lleva a un tercer paso y muy importante. Mientras el Congreso de la Unión no legisle sobre la materia, incluso, reestructurando el Código Penal Federal al respecto, no se podrá avanzar mucho, pues como ya lo dije, la Secretaría de Salud deberá emitir las autorizaciones respectivas sólo a personas adultas para el consumo correcto y “sano” de tal sustancia, lo cual no se vislumbra, insisto, como un trámite fácil y rápido. Por ello, es necesario que el Congreso de la Unión, a la brevedad posible, tome cartas sobre el asunto, sobre la regulación y reformas correspondientes. Recordemos que esto último ya lo había determinado la Suprema Corte en 2019 y, hasta la fecha, los legisladores no se han logrado poner de acuerdo y… mucho me temo que no va a ser ni fácil ni rápido, por los antecedentes que han manifestado sobre el tema, las distintas fracciones parlamentarias.

Un cuarto paso que se deberá seguir es que, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) deberá, en mi concepto, establecer los lineamientos y modalidades para la adquisición de la semilla y tomar todas las medidas necesarias para dar cauce al consumo recreativo; situación ésta que también se ve muy compleja, por todas las implicaciones técnicas que conlleva: calidad de la semilla, origen, etc

Los anteriores son, entre otros, los pasos a seguir, todavía, en cuanto a la despenalización del uso recreativo o lúdico de la marihuana, por parte de la Suprema Corte. Repito, el primer paso ya se dio, con la sentencia referida, pero todavía falta mucho para implementarla, como una real y sólida Política Pública, en beneficio de la sociedad.

Por último, en cuanto a las implicaciones y percepciones religiosas, económicas, culturales, de farmacodependencia, etc. del consumo de marihuana, eso es materia de otro análisis que abordaremos posteriormente, por hoy baste decir que, el primer paso ya se dio, con la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación… pero falta mucho camino por recorrer…

Profesor de Carrera de la Facultad de Derecho de la UNAM.