/ sábado 16 de enero de 2021

Más control, más presidencialismo

Por Catalina Noriega


Inimaginable el que regresáramos a los peores años de la Presidencia absoluta. Está pasando y, las acciones de este tlatoani buscan rebasar incluso a PRinosaurios que habría que borrar de nuestra historia.

En 1978, Jorge Carpizo publicó un texto, “El Presidencialismo Mexicano”, en el que planteaba los problemas de este sistema y proponía soluciones. Insistía en la necesidad del equilibrio de los poderes y el peligro de la concentración del poder sin límites. Habría que releer este magnífico ensayo y exigirle al ocupante de Palacio, que modifique el rumbo.

Los oídos del protagonista de las mañaneras están cerrados. Insiste en destruir las conquistas democráticas y reitera que hay que eliminar a los organismos autónomos.

Como la mayoría de sus dichos, miente y trata de engañar a la población haciéndole creer que se ahorrarían “50 mil millones de pesos”. Tan miente que afirma que no se correría a ningún trabajador, con lo que, a sus ilusorios ahorros -como el resto que tanto publicitó- les saldrían alas.

Dice que primero acabará con los creados por el Ejecutivo y luego los que surgieron por ley (tan constitucionales como el INAI, lo que necesitaría de la aprobación de la mayoría legislativa, la que no le alcanzaría a su preciada Morena).

Está emperrado en liquidar al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). ¿Busca ocultar los tantos tejemanejes de su administración? La mayoría de los contratos son por adjudicación directa y en temas en los que debiera haber transparencia absoluta –como en la compra de vacunas-, reina la opacidad.

Algunos de sus secuaces, que en otros tiempos batallaron por la apertura y fueron parte incluso, del alumbramiento de este Instituto (durante el Foxiato), ahora se contradicen (Pablo Gómez) y toman la misma postura.

Gracias a la posibilidad de conocer los manejos del régimen, la sociedad se enteró de graves corruptelas y de violaciones inauditas a los derechos humanos. Fue la mano que abrió la puerta a los reportajes de investigación, como el de la Estafa Maestra, el de los contratos de Odebrecht-Pemex, o la Estela de Luz; el robadero de Javier Duarte y las barbaridades de las Fuerzas Armadas. Sin esta herramienta seguiríamos en la inopia, además de su papel en el combate a la corrupción.

A pesar de su palabrería, la corrupción sigue tan al alza, como en los lodazales peñanietistas. La diferencia está en los apellidos de los beneficiados. Pemex es el perfecto ejemplo: nepotismo, influyentismo, contratismo a modo del mejor postor. En cuanto a la concentración de adquisiciones de medicamentos, la misma cantaleta. Se meten bajo la alfombra los casos escabrosos que salen a la luz, como el de Chiapas y los fármacos para aplicar diálisis, que mataron a varias personas. Se acalló el asunto y se protegió a los culpables.

AMLO evita poner un alto a la corrupción y solo la usa como mensaje propagandístico, mientras cobija a un Bartlett, una Irma Eréndira Sandoval, un Pío López Obrador y otros aberrantes ejemplares de la “moral” de la 4T.

Los organismos internacionales advierten que no debe desaparecer el INAI, como tampoco el Ifetel –regulador de las telecomunicaciones- inscrito en el T-MEC, por lo que los socios gringos y canadienses, pondrían el grito en el cielo.

Destruye contrapesos para sustituirlos por serviles mamarrachos. A como sea, hay que pararlo.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Por Catalina Noriega


Inimaginable el que regresáramos a los peores años de la Presidencia absoluta. Está pasando y, las acciones de este tlatoani buscan rebasar incluso a PRinosaurios que habría que borrar de nuestra historia.

En 1978, Jorge Carpizo publicó un texto, “El Presidencialismo Mexicano”, en el que planteaba los problemas de este sistema y proponía soluciones. Insistía en la necesidad del equilibrio de los poderes y el peligro de la concentración del poder sin límites. Habría que releer este magnífico ensayo y exigirle al ocupante de Palacio, que modifique el rumbo.

Los oídos del protagonista de las mañaneras están cerrados. Insiste en destruir las conquistas democráticas y reitera que hay que eliminar a los organismos autónomos.

Como la mayoría de sus dichos, miente y trata de engañar a la población haciéndole creer que se ahorrarían “50 mil millones de pesos”. Tan miente que afirma que no se correría a ningún trabajador, con lo que, a sus ilusorios ahorros -como el resto que tanto publicitó- les saldrían alas.

Dice que primero acabará con los creados por el Ejecutivo y luego los que surgieron por ley (tan constitucionales como el INAI, lo que necesitaría de la aprobación de la mayoría legislativa, la que no le alcanzaría a su preciada Morena).

Está emperrado en liquidar al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). ¿Busca ocultar los tantos tejemanejes de su administración? La mayoría de los contratos son por adjudicación directa y en temas en los que debiera haber transparencia absoluta –como en la compra de vacunas-, reina la opacidad.

Algunos de sus secuaces, que en otros tiempos batallaron por la apertura y fueron parte incluso, del alumbramiento de este Instituto (durante el Foxiato), ahora se contradicen (Pablo Gómez) y toman la misma postura.

Gracias a la posibilidad de conocer los manejos del régimen, la sociedad se enteró de graves corruptelas y de violaciones inauditas a los derechos humanos. Fue la mano que abrió la puerta a los reportajes de investigación, como el de la Estafa Maestra, el de los contratos de Odebrecht-Pemex, o la Estela de Luz; el robadero de Javier Duarte y las barbaridades de las Fuerzas Armadas. Sin esta herramienta seguiríamos en la inopia, además de su papel en el combate a la corrupción.

A pesar de su palabrería, la corrupción sigue tan al alza, como en los lodazales peñanietistas. La diferencia está en los apellidos de los beneficiados. Pemex es el perfecto ejemplo: nepotismo, influyentismo, contratismo a modo del mejor postor. En cuanto a la concentración de adquisiciones de medicamentos, la misma cantaleta. Se meten bajo la alfombra los casos escabrosos que salen a la luz, como el de Chiapas y los fármacos para aplicar diálisis, que mataron a varias personas. Se acalló el asunto y se protegió a los culpables.

AMLO evita poner un alto a la corrupción y solo la usa como mensaje propagandístico, mientras cobija a un Bartlett, una Irma Eréndira Sandoval, un Pío López Obrador y otros aberrantes ejemplares de la “moral” de la 4T.

Los organismos internacionales advierten que no debe desaparecer el INAI, como tampoco el Ifetel –regulador de las telecomunicaciones- inscrito en el T-MEC, por lo que los socios gringos y canadienses, pondrían el grito en el cielo.

Destruye contrapesos para sustituirlos por serviles mamarrachos. A como sea, hay que pararlo.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq