/ jueves 30 de noviembre de 2017

Meade, marcando diferencias para el futuro

Si bien puede sonar un poco a lugar común, cuando se viven tiempos inéditos, se requiere hacerles frente con opciones igualmente inéditas. Es eso lo que representa que la más clara o viable opción para que encabece la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República en el 2018, sea José Antonio Meade Kuribreña, un servidor público como ha habido pocos en muchas décadas, con capacidad, experiencia, compromiso, pulcritud y honradez.

Hablar sobre la experiencia de José Antonio Meade, desde su misma formación, implica la combinación de lo mejor de la educación pública en México, con las más calificadas instituciones privadas, al tiempo que en ello se incluye opciones de alto nivel en el extranjero, que consolidan su formación. Meade Kuribreña estudió Derecho en la UNAM, posteriormente se graduó como economista en el ITAM, para después estudiar una maestría en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, consolidando su conocimiento en materia de Economía.

Pepe Meade (como prefiere que le digan), ha hecho carrera en el servicio público mexicano, más en función de servir a nuestro país, que, de formar parte integral de un partido político, es por ello que durante el sexenio de Felipe Calderón, fungió tanto como secretario de Energía, como al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde enfrentó con éxito los tiempos difíciles heredados de la crisis global de 2009, permitiendo que la afectación de ésta en México fuera apenas marginal, cuando en muchos otros países (incluso muchos desarrollados), provocó graves descalabros.

La capacidad y compromiso con México de José Antonio Meade Kuribreña, lo llevó a ir más allá del pasado sexenio, por lo que fue convocado desde el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, como secretario de Relaciones Exteriores, cargo en el que fortaleció lazos con varios países que hoy son franca opción para expandir nuestros lazos comerciales y consolidarlos, lo que resulta de gran utilidad en estos tiempos en que se hace un replanteamiento del TLCAN, lo que implica la necesidad de que el intercambio económico de nuestro país vaya más allá de nuestro principal socio comercial que es Estados Unidos.

Meade posteriormente estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social, donde logró una importante disminución de la pobreza extrema, en sectores clave. Posteriormente, volvió a una cartera que le es familiar, la Secretaría de Hacienda, posición en la que enfrentó con éxito fuertes vaivenes económicos, como los generados hacia todo el mundo con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, lo que en un principio provocó que el Peso se devaluara frente al dólar, hasta llegar a 22 por unidad, situación que se pudo revertir gracias a la fortaleza demostrada por la economía mexicana, por lo que pudo estabilizarse entre los 18 y 19 pesos por dólar, cabiendo hacer notar que la citada diferencia implica varios miles de millones que dan solidez a las finanzas nacionales.

Buscando la candidatura del PRI a la Presidencia de la República, con lo que sería el primer candidato de este partido sin militancia tricolor, José Antonio Meade hace ver ante todo su simpatía por estas siglas, viéndose cómodo entre los representantes de los sectores al momento de registrarse con la dirigencia nacional.

Ahora queda por delante ver la evolución que toman en nuestro país los cambios suscitados tras su renuncia a Hacienda, cartera a la que llega José Antonio Sánchez Anaya, tras ser titular del IMSS y Pemex, reportando en ambas, importantes avances en el saneamiento de sus finanzas, lo que ahora contribuye a una mejoría constante en las condiciones para el cierre de la actual administración. Por lo que insisto, tiempos inéditos, requieren de tomar medidas inéditas, algo que se hace en todo sentido.

Senadora por el PRI

yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre

Si bien puede sonar un poco a lugar común, cuando se viven tiempos inéditos, se requiere hacerles frente con opciones igualmente inéditas. Es eso lo que representa que la más clara o viable opción para que encabece la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República en el 2018, sea José Antonio Meade Kuribreña, un servidor público como ha habido pocos en muchas décadas, con capacidad, experiencia, compromiso, pulcritud y honradez.

Hablar sobre la experiencia de José Antonio Meade, desde su misma formación, implica la combinación de lo mejor de la educación pública en México, con las más calificadas instituciones privadas, al tiempo que en ello se incluye opciones de alto nivel en el extranjero, que consolidan su formación. Meade Kuribreña estudió Derecho en la UNAM, posteriormente se graduó como economista en el ITAM, para después estudiar una maestría en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, consolidando su conocimiento en materia de Economía.

Pepe Meade (como prefiere que le digan), ha hecho carrera en el servicio público mexicano, más en función de servir a nuestro país, que, de formar parte integral de un partido político, es por ello que durante el sexenio de Felipe Calderón, fungió tanto como secretario de Energía, como al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde enfrentó con éxito los tiempos difíciles heredados de la crisis global de 2009, permitiendo que la afectación de ésta en México fuera apenas marginal, cuando en muchos otros países (incluso muchos desarrollados), provocó graves descalabros.

La capacidad y compromiso con México de José Antonio Meade Kuribreña, lo llevó a ir más allá del pasado sexenio, por lo que fue convocado desde el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, como secretario de Relaciones Exteriores, cargo en el que fortaleció lazos con varios países que hoy son franca opción para expandir nuestros lazos comerciales y consolidarlos, lo que resulta de gran utilidad en estos tiempos en que se hace un replanteamiento del TLCAN, lo que implica la necesidad de que el intercambio económico de nuestro país vaya más allá de nuestro principal socio comercial que es Estados Unidos.

Meade posteriormente estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social, donde logró una importante disminución de la pobreza extrema, en sectores clave. Posteriormente, volvió a una cartera que le es familiar, la Secretaría de Hacienda, posición en la que enfrentó con éxito fuertes vaivenes económicos, como los generados hacia todo el mundo con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, lo que en un principio provocó que el Peso se devaluara frente al dólar, hasta llegar a 22 por unidad, situación que se pudo revertir gracias a la fortaleza demostrada por la economía mexicana, por lo que pudo estabilizarse entre los 18 y 19 pesos por dólar, cabiendo hacer notar que la citada diferencia implica varios miles de millones que dan solidez a las finanzas nacionales.

Buscando la candidatura del PRI a la Presidencia de la República, con lo que sería el primer candidato de este partido sin militancia tricolor, José Antonio Meade hace ver ante todo su simpatía por estas siglas, viéndose cómodo entre los representantes de los sectores al momento de registrarse con la dirigencia nacional.

Ahora queda por delante ver la evolución que toman en nuestro país los cambios suscitados tras su renuncia a Hacienda, cartera a la que llega José Antonio Sánchez Anaya, tras ser titular del IMSS y Pemex, reportando en ambas, importantes avances en el saneamiento de sus finanzas, lo que ahora contribuye a una mejoría constante en las condiciones para el cierre de la actual administración. Por lo que insisto, tiempos inéditos, requieren de tomar medidas inéditas, algo que se hace en todo sentido.

Senadora por el PRI

yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

@Yoladelatorre