/ lunes 22 de febrero de 2021

Media luz y medias verdades

¿A usted se le ha ido la luz? Seguramente sí, como a millones de mexicanos, toda vez que, desde finales del año pasado los apagones han sido cada vez más comunes, afectando a millones de usuarios en todo el país, sin que la CFE tenga la capacidad de dar una solución a este problema que cada día es más grave.

La explicación que dio el gobierno fue insuficiente al decir que fueron ocasionados por las bajas temperaturas registradas en Texas, que provocó que Estados Unidos suspendiera el suministro de gas natural a México, dejando en penumbras a buena parte del país. Se trató de cortes intermitentes o rotativos planeados por el Centro Nacional de Energía para lograr un balance entre la oferta y la demanda de energía.

Sin embargo, el problema no es solo la escasez de gas natural, como tampoco es que México no cuente con la capacidad de almacenarlo, la realidad es que se trata de un asunto de orden ideológico del partido oficial.


La respuesta del gobierno es promover una contrarreforma energética pensada en devolver el monopolio de la industria al gobierno que ha demostrado su ineficacia, dejando de lado la posibilidad de que la inversión privada nos ofrezca costos más competitivos y mayor calidad en el servicio. Uno de los argumentos es que hay excesos en algunos de los contratos, lo que puede ser cierto, sin embargo, vigilar que eso no suceda es parte de la tarea de su gobierno.

Lamentablemente esta reforma constituye un retroceso a la tendencia mundial y tendrá graves impactos en la economía nacional, pues es inevitable que esto afecte el bolsillo de las familias mexicanas ya que seguir utilizando las plantas contaminantes de la CFE en lugar de energías amigables con el medio ambiente provocará que se eleve el costo de la electricidad y los recibos llegarán cada vez más altos.

Por si esto fuera poco, la nueva política energética también provocará un grave daño a nuestra salud, ya que el uso de combustóleo y carbón en las termoeléctricas de CFE tendrá graves consecuencias en el medio ambiente, todo para que Morena concentre el poder político sobre el sector energético, a costa del bolsillo y la salud de las y los mexicanos.

¿A usted se le ha ido la luz? Seguramente sí, como a millones de mexicanos, toda vez que, desde finales del año pasado los apagones han sido cada vez más comunes, afectando a millones de usuarios en todo el país, sin que la CFE tenga la capacidad de dar una solución a este problema que cada día es más grave.

La explicación que dio el gobierno fue insuficiente al decir que fueron ocasionados por las bajas temperaturas registradas en Texas, que provocó que Estados Unidos suspendiera el suministro de gas natural a México, dejando en penumbras a buena parte del país. Se trató de cortes intermitentes o rotativos planeados por el Centro Nacional de Energía para lograr un balance entre la oferta y la demanda de energía.

Sin embargo, el problema no es solo la escasez de gas natural, como tampoco es que México no cuente con la capacidad de almacenarlo, la realidad es que se trata de un asunto de orden ideológico del partido oficial.


La respuesta del gobierno es promover una contrarreforma energética pensada en devolver el monopolio de la industria al gobierno que ha demostrado su ineficacia, dejando de lado la posibilidad de que la inversión privada nos ofrezca costos más competitivos y mayor calidad en el servicio. Uno de los argumentos es que hay excesos en algunos de los contratos, lo que puede ser cierto, sin embargo, vigilar que eso no suceda es parte de la tarea de su gobierno.

Lamentablemente esta reforma constituye un retroceso a la tendencia mundial y tendrá graves impactos en la economía nacional, pues es inevitable que esto afecte el bolsillo de las familias mexicanas ya que seguir utilizando las plantas contaminantes de la CFE en lugar de energías amigables con el medio ambiente provocará que se eleve el costo de la electricidad y los recibos llegarán cada vez más altos.

Por si esto fuera poco, la nueva política energética también provocará un grave daño a nuestra salud, ya que el uso de combustóleo y carbón en las termoeléctricas de CFE tendrá graves consecuencias en el medio ambiente, todo para que Morena concentre el poder político sobre el sector energético, a costa del bolsillo y la salud de las y los mexicanos.