La liberación del precio de la gasolina tuvo un efecto muy importante en el crecimiento del mercado negro de combustibles: el crimen organizado decidió aprovechar la oportunidad de hacer negocio con los precios altos y aumentaron su oferta y hasta sus precios.
La gasolina robada pasó de 11 a 14 pesos y luego a 16 pesos por litro de Pemex Magna, frente a un mercado que, con impuestos, la tiene hasta en 18.50 pesos.
En 2017 el reporte que se tiene señala que se tuvieron 10 mil 363 tomas clandestinas, 51% más que en 2016 cuando se reportaron, con todas las medidas de seguridad dispuestas, seis mil 873.
Es decir, el incremento en los precios dispara la cantidad de tomas clandestinas y el cálculo que se tiene es que a finales de este año se pueden tener cerca de 13 mil ataques a los ductos de Pemex, detectados por la Gerencia de Seguridad Física y reportados de manera anónima, una cifra récord, nunca antes vista.
Solo en enero Pemex reporta que tuvo mil 046 tomas clandestinas, un número importante si se toma en cuenta que en el mismo mes del año pasado este número fue de 828, es decir, hubo un incremento del 26.3% en 12 meses.
En diciembre, los reportes oficiales de Pemex indican 854 tomas clandestinas, justo un mes después este número se eleva 22.4%. Los indicadores que se tienen para los meses de febrero y marzo ubican sobre las mil tomas clandestinas.
Los expertos calculan que el valor en el mercado de todo este producto es cercano a los 40 mil millones de pesos y los estados donde esta actividad se mantiene con mayor fuerza son: Guanajuato, Puebla, Hidalgo, Tamaulipas y Veracruz. El destino del producto es el mercado formal de agricultura, ganadería, transporte, industria y en menor medida los consumidores domésticos. Ojo, Pemex Transformación Industrial solo ha cerrado 70 de sus estaciones de servicio por vender producto robado, sin embargo, tiene reportes de la menos 250 que hace años no le compran un litro y siguen abiertas.
Por ducto, los más atacados son el Minatitlán-México; Salamanca-Tula: Madero-Cadereyta, Tuxpan-Poza Rica-Azcapotzalco; Salamanca-Guadalajara, Gómez Palacio-Chihuahua así como los que van de la refinería de Salina Cruz a su terminal de almacenamiento y el de Salamanca-León
Buzos
1.-Al parecer al presidente de la CRE, Guillermo García Alcocer, no le importa que dentro de los almacenamientos de Gas LP –un combustible líquido altamente flamable- haya helipuertos privados. Parece que es muy flexible en cuanto a las normas de las terminales.
2.-Lo que en debería de estar vigilando la ASF es el convenio que celebró PMI con Pemex Transformación Industrial en el cual le cedió y facultó para que, sin la necesidad de rendir cuentas, disponga de recursos públicos, haga contrataciones, compre bienes y servicios y opere activos con el argumento de que PMI debe tener la flexibilidad necesaria para garantizar el suministro de la demanda de petrolíferos de importación que hoy tenemos.
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