/ miércoles 1 de agosto de 2018

Mercados de México

Cuando se trata de adquirir todo cuanto necesitamos para nuestra diaria alimentación, combinando tan cotidiana labor con el arte de la convivencia, el fomento a la producción de los mejores insumos nacionales y la cuidadosa selección de aquellos que se consiguen de importación, simplemente no hay lugares tan indicados como los mercados de nuestro México.

A lo largo y ancho de nuestro privilegiado país, prácticamente no hay municipio, colonia o delegación en las diferentes poblaciones mexicanas, que bien pueden ir desde pequeños pueblos, hasta grandes urbes como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, donde uno no encuentre algún mercado en el que se puedan conseguir desde frutas variadas y de la mejor calidad, hasta cárnicos de todo perfil, entre cerdo, res, pollo y diferentes tipos de pescados o mariscos.

Ni qué decir de puestos donde se encuentran abarrotes, salsas, moles, yerbas tanto aromáticas, como medicinales y en no pocas ocasiones, hasta juguetes, artículos de ferretería y sin falta alguna, todo tipo de puestos de comida, entre los que están las incondicionales garnachas, mariscos y cada vez con más frecuencia opciones internacionales como cortes de carne, paellas o sushi, no falta de dónde elegir para el exigente paladar mexicano.

Pero más allá de cuánto podamos conseguir o engullir en los mercados de México, éstos son auténticos puntos de encuentro, donde con frecuencia nos encontramos a vecinos, con los que tenemos oportunidad de tener una mayor convivencia; por otra parte, están los marchantes, algunos de los cuales llegan a ser personas a las que conocemos de toda la vida, si es que hemos vivido muchos años en una colonia o bien, aun residiendo en otro lugar, le encontramos el encanto a volver a nuestros orígenes.

Ahora bien, eso es pensando en los mercados cotidianos, aquellos que quedan por nuestro rumbo o bien aquellos a los que les hemos tomado cierta afición, por algunos puestos en especial, donde encontramos cosas que no ubicamos en otro lugar o bien, en los que preparan ciertos alimentos de una forma que nos gusta mucho más que en cualquier otro lugar.

En la Ciudad de México, por ejemplo, hay varios mercados a los que acude mucha más gente que aquella que vive en sus alrededores, tanto por la variedad y calidad de sus puestos de comida preparada, como por lo singular de ciertos insumos que se pueden conseguir en ellos.

Un claro ejemplo de tal tipo de mercados, es el de Medellín, en la colonia Roma de la Ciudad de México, donde además de encontrarse puestos donde se expenden auténticos manjares que van desde barbacoa y carnitas, hasta fabulosos moles, hay otros expendios en los que se pueden conseguir ingredientes y alimentos preparados, tanto de estados de la República, como Yucatán y Oaxaca, como de otras naciones latinoamericanas, como Colombia y Venezuela.

Pero quizá el mercado que mayor atracción despierta entre los amantes del buen comer capitalinos e incluso entre turistas que llegan a esta ciudad, es el de San Juan, donde además de conseguirse los insumos de mayor calidad que se producen en México, es posible encontrar los productos más destacados de la gastronomía internacional, como quesos parmesanos añejados, gran variedad de carnes de múltiples especies y ni qué decir de todo tipo de puestos de comida preparada de perfil tanto local, como global, donde uno aprecia lo mejor de manjares de México y el mundo.

Acudan a los mercados de México, fomenten así la labor de los campesinos que los surten, incrementen una convivencia sana, que finalmente acaba de ser uno de los mejores antídotos contra la violencia. Encontremos en estos puntos de venta lo mejor de nosotros mismos y de los demás.


Senadora de la República

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre



Cuando se trata de adquirir todo cuanto necesitamos para nuestra diaria alimentación, combinando tan cotidiana labor con el arte de la convivencia, el fomento a la producción de los mejores insumos nacionales y la cuidadosa selección de aquellos que se consiguen de importación, simplemente no hay lugares tan indicados como los mercados de nuestro México.

A lo largo y ancho de nuestro privilegiado país, prácticamente no hay municipio, colonia o delegación en las diferentes poblaciones mexicanas, que bien pueden ir desde pequeños pueblos, hasta grandes urbes como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, donde uno no encuentre algún mercado en el que se puedan conseguir desde frutas variadas y de la mejor calidad, hasta cárnicos de todo perfil, entre cerdo, res, pollo y diferentes tipos de pescados o mariscos.

Ni qué decir de puestos donde se encuentran abarrotes, salsas, moles, yerbas tanto aromáticas, como medicinales y en no pocas ocasiones, hasta juguetes, artículos de ferretería y sin falta alguna, todo tipo de puestos de comida, entre los que están las incondicionales garnachas, mariscos y cada vez con más frecuencia opciones internacionales como cortes de carne, paellas o sushi, no falta de dónde elegir para el exigente paladar mexicano.

Pero más allá de cuánto podamos conseguir o engullir en los mercados de México, éstos son auténticos puntos de encuentro, donde con frecuencia nos encontramos a vecinos, con los que tenemos oportunidad de tener una mayor convivencia; por otra parte, están los marchantes, algunos de los cuales llegan a ser personas a las que conocemos de toda la vida, si es que hemos vivido muchos años en una colonia o bien, aun residiendo en otro lugar, le encontramos el encanto a volver a nuestros orígenes.

Ahora bien, eso es pensando en los mercados cotidianos, aquellos que quedan por nuestro rumbo o bien aquellos a los que les hemos tomado cierta afición, por algunos puestos en especial, donde encontramos cosas que no ubicamos en otro lugar o bien, en los que preparan ciertos alimentos de una forma que nos gusta mucho más que en cualquier otro lugar.

En la Ciudad de México, por ejemplo, hay varios mercados a los que acude mucha más gente que aquella que vive en sus alrededores, tanto por la variedad y calidad de sus puestos de comida preparada, como por lo singular de ciertos insumos que se pueden conseguir en ellos.

Un claro ejemplo de tal tipo de mercados, es el de Medellín, en la colonia Roma de la Ciudad de México, donde además de encontrarse puestos donde se expenden auténticos manjares que van desde barbacoa y carnitas, hasta fabulosos moles, hay otros expendios en los que se pueden conseguir ingredientes y alimentos preparados, tanto de estados de la República, como Yucatán y Oaxaca, como de otras naciones latinoamericanas, como Colombia y Venezuela.

Pero quizá el mercado que mayor atracción despierta entre los amantes del buen comer capitalinos e incluso entre turistas que llegan a esta ciudad, es el de San Juan, donde además de conseguirse los insumos de mayor calidad que se producen en México, es posible encontrar los productos más destacados de la gastronomía internacional, como quesos parmesanos añejados, gran variedad de carnes de múltiples especies y ni qué decir de todo tipo de puestos de comida preparada de perfil tanto local, como global, donde uno aprecia lo mejor de manjares de México y el mundo.

Acudan a los mercados de México, fomenten así la labor de los campesinos que los surten, incrementen una convivencia sana, que finalmente acaba de ser uno de los mejores antídotos contra la violencia. Encontremos en estos puntos de venta lo mejor de nosotros mismos y de los demás.


Senadora de la República

correo: yolandadelatorre@senado.gob.mx

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Tw: @Yoladelatorre