/ domingo 14 de marzo de 2021

México en la perspectiva geopolítica de EU

El Presidente Joseph Biden ha empezado, como es natural, a dar muestra de que de política exterior, sí sabe. Conoce como pocos en Washington, los entresijos de lo que representan las declaraciones, los eventos y desde luego, los discursos. La primera muestra fue la regularización “temporal” de casi trescientos mil venezolanos, que huyendo de la tiranía de Nicolás Maduro, radican ahora en los Estados Unidos.

Durante su gestión como Vicepresidente, el hoy Presidente Joseph Biden, mantuvo una intensa actividad diplomática, atendiendo sobre todo, una agenda multilateral y con prioridades enfocadas a la Seguridad Internacional (terrorismo, sobre todo), cambio climático y Derechos Humanos. Como se sabe, visitó un par de ocasiones México y en una de ellas, incluso fue al templo mariano de la Virgen de Guadalupe. Desde John F. Kennedy, no había habido un Presidente católico, en un país eminentemente de credos protestantes.

Los contrastes con algunos gobiernos del Continente comienzan a aflorar. Sobre todo en lo que concierne a la postura de la presencia de la República Popular de China en varios de los países latinoamericanos. Debe tomarse en cuenta, que en su primer discurso a propósito de la política exterior de su país, el Presidente Joseph Biden, aludió de forma directa y específica la potencia asiática, como el sustancial reto para los intereses y proyección de los Estados Unidos.

México, por sus peculiaridades geopolíticas, cuenta con las capacidades para asumir un rol preponderante. Con sólo revisar la historia, a la cual es muy aficionado el Presidente Andrés Manuel López Obrador, desde la Nao de China hasta el Telegrama Zimermman, son una evidencia que a través de los siglos, la geopolítica bien entendida, juega a nuestro favor. En esos términos corresponde al estamento civil de nuestro país, considerar la preponderancia de los recursos con los que contamos para proyectar nuestros intereses nacionales.

México es la sexta potencia cultural y natural del mundo, de acuerdo con los sitios reconocidos por la UNESCO. Y nuestro país, es la primera potencia en ese renglón en el Continente Americano. Este dato por sí mismo debiera articular una política exterior en donde las capacidades/rivalidades, impliquen una base sólida de articulación para generar identidades con los países latinoamericanos. Es lo que Joseph Nye denomina con acierto el poder suave. Que lo mismo implica el lenguaje, las costumbres, la gastronomía, la religión, entre otras muchas evidencia de cómo se pueden proyectar los intereses y el Poder Nacionales.

La gestión de la Casa Blanca, es evidente, asumirá un nuevo trato con Latinoamérica. Las razones son muchas, sobre todo a partir de la vuelta al multilateralismo y a una articulada política exterior, enfocada al cambio climático y a los ámbitos de la Defensa, la Seguridad Nacional y la Inteligencia.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

El Presidente Joseph Biden ha empezado, como es natural, a dar muestra de que de política exterior, sí sabe. Conoce como pocos en Washington, los entresijos de lo que representan las declaraciones, los eventos y desde luego, los discursos. La primera muestra fue la regularización “temporal” de casi trescientos mil venezolanos, que huyendo de la tiranía de Nicolás Maduro, radican ahora en los Estados Unidos.

Durante su gestión como Vicepresidente, el hoy Presidente Joseph Biden, mantuvo una intensa actividad diplomática, atendiendo sobre todo, una agenda multilateral y con prioridades enfocadas a la Seguridad Internacional (terrorismo, sobre todo), cambio climático y Derechos Humanos. Como se sabe, visitó un par de ocasiones México y en una de ellas, incluso fue al templo mariano de la Virgen de Guadalupe. Desde John F. Kennedy, no había habido un Presidente católico, en un país eminentemente de credos protestantes.

Los contrastes con algunos gobiernos del Continente comienzan a aflorar. Sobre todo en lo que concierne a la postura de la presencia de la República Popular de China en varios de los países latinoamericanos. Debe tomarse en cuenta, que en su primer discurso a propósito de la política exterior de su país, el Presidente Joseph Biden, aludió de forma directa y específica la potencia asiática, como el sustancial reto para los intereses y proyección de los Estados Unidos.

México, por sus peculiaridades geopolíticas, cuenta con las capacidades para asumir un rol preponderante. Con sólo revisar la historia, a la cual es muy aficionado el Presidente Andrés Manuel López Obrador, desde la Nao de China hasta el Telegrama Zimermman, son una evidencia que a través de los siglos, la geopolítica bien entendida, juega a nuestro favor. En esos términos corresponde al estamento civil de nuestro país, considerar la preponderancia de los recursos con los que contamos para proyectar nuestros intereses nacionales.

México es la sexta potencia cultural y natural del mundo, de acuerdo con los sitios reconocidos por la UNESCO. Y nuestro país, es la primera potencia en ese renglón en el Continente Americano. Este dato por sí mismo debiera articular una política exterior en donde las capacidades/rivalidades, impliquen una base sólida de articulación para generar identidades con los países latinoamericanos. Es lo que Joseph Nye denomina con acierto el poder suave. Que lo mismo implica el lenguaje, las costumbres, la gastronomía, la religión, entre otras muchas evidencia de cómo se pueden proyectar los intereses y el Poder Nacionales.

La gestión de la Casa Blanca, es evidente, asumirá un nuevo trato con Latinoamérica. Las razones son muchas, sobre todo a partir de la vuelta al multilateralismo y a una articulada política exterior, enfocada al cambio climático y a los ámbitos de la Defensa, la Seguridad Nacional y la Inteligencia.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso