/ lunes 28 de enero de 2019

México no es Venezuela

Es imposible no sentirse consternado ante lo que está sufriendo la gente en Venezuela. Miles de personas que salen a las calles a manifestar sus ideas de manera pacífica y son reprimidas por las fuerzas federales de manera violenta. Han sido años de una dictadura, hoy encabezada por el Presidente Maduro, que han sumido a ese país en una crisis económica, política y social.

La prensa internacional ha dado cuenta de personas tirando billetes porque han perdido su valor a causa de una inflación de 1 millón 698 mil por ciento, que generó escasez de alimentos, medicinas y artículos básicos, así como una pobreza recalcitrante a grado tal, que el sueldo mensual de un trabajador promedio no alcanza para comprar un pollo rostizado.

Hace unas semanas se llevaron a cabo elecciones en las que de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, Nicolás Maduro ganó por más de 98%, tras lo cual comenzaron múltiples manifestaciones y la oposición de la Asamblea Nacional Venezolana.

Por otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se juramentó como presidente interino de la nación, recibiendo el reconocimiento de diferentes países del mundo y el respaldo de los Estados Unidos para derrocar a Maduro.

La situación internacional es tensa y muestra la debilidad institucional en una nación rica y pluricultural, lo que me hace reflexionar acerca de la solidez que ha alcanzado la democracia mexicana, donde hay alternancia, pluralidad y estabilidad económica pese a la turbulencia política.

Debemos valorar esta circunstancia y no permitir que la diferencia de posturas o ideologías nos dividan como país, sin duda México no es Venezuela porque hemos alcanzado grandes logros en nuestras instituciones, mismos que debemos conservar trabajando todos para construir la patria que anhelamos.

Es imposible no sentirse consternado ante lo que está sufriendo la gente en Venezuela. Miles de personas que salen a las calles a manifestar sus ideas de manera pacífica y son reprimidas por las fuerzas federales de manera violenta. Han sido años de una dictadura, hoy encabezada por el Presidente Maduro, que han sumido a ese país en una crisis económica, política y social.

La prensa internacional ha dado cuenta de personas tirando billetes porque han perdido su valor a causa de una inflación de 1 millón 698 mil por ciento, que generó escasez de alimentos, medicinas y artículos básicos, así como una pobreza recalcitrante a grado tal, que el sueldo mensual de un trabajador promedio no alcanza para comprar un pollo rostizado.

Hace unas semanas se llevaron a cabo elecciones en las que de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, Nicolás Maduro ganó por más de 98%, tras lo cual comenzaron múltiples manifestaciones y la oposición de la Asamblea Nacional Venezolana.

Por otro lado, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se juramentó como presidente interino de la nación, recibiendo el reconocimiento de diferentes países del mundo y el respaldo de los Estados Unidos para derrocar a Maduro.

La situación internacional es tensa y muestra la debilidad institucional en una nación rica y pluricultural, lo que me hace reflexionar acerca de la solidez que ha alcanzado la democracia mexicana, donde hay alternancia, pluralidad y estabilidad económica pese a la turbulencia política.

Debemos valorar esta circunstancia y no permitir que la diferencia de posturas o ideologías nos dividan como país, sin duda México no es Venezuela porque hemos alcanzado grandes logros en nuestras instituciones, mismos que debemos conservar trabajando todos para construir la patria que anhelamos.