/ miércoles 27 de septiembre de 2017

México solidario

En estos momentos de tragedia y dolor, donde muchas familias perdieron a seres queridos, su patrimonio familiar y sus fuentes de ingresos, destaca la fortaleza de la sociedad mexicana que mostrando lo mejor de sí, ha unido su voluntad y su capacidad para rescatar víctimas de los sismos y organizar la ayuda tanto al vecino como al desconocido.

Así, miles de mexicanas y mexicanos, de todas las edades y grupos sociales están en las zonas de desastre trabajando en las labores más apremiantes o bien brindando resguardo, consuelo y atención médica a personas, familias y comunidades afectadas. La sociedad organizada ha tenido un empuje y capacidad de respuesta tan grande que tiene el reconocimiento no solo de los mexicanos, sino de muchas personas en el mundo.

Los miles de héroes anónimos siguen removiendo escombros, buscando gente con vida, o lamentablemente rescatando cuerpos para darles a los deudos por lo menos la oportunidad de despedirse del ser querido, ellos son gran ejemplo de solidaridad.

Una solidaridad que nos lleva a fortalecer la participación social en todos los ámbitos del quehacer público diario, en este caso, en los mecanismos de protección y atención a la población afectada por los sismos recientes. Participación de la sociedad, que está en estrecha coordinación con las autoridades federales, estatales y municipales, que ha permitido una respuesta más oportuna a las personas damnificadas.

En los meses por venir el reto será la reconstrucción física y social, la recuperación de vivienda, de infraestructura urbana, de caminos, de clínicas, hospitales, etcétera, y también del tejido familiar y social. Por ahora la prioridad es continuar salvando vidas y proteger a la población que ha perdido todo y a la que se encuentra en una situación vulnerable.

En el orden federal, bajo la conducción del presidente de la República, Enrique Peña, diariamente todas las dependencias trabajan coordinadamente en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil para atender las necesidades de la población afectada. La instrucción del presidente Peña Nieto, es trabajar sin descanso para apoyar a los damnificados en sus necesidades básicas, alimentación, salud, educación, donde dormir, su seguridad, la reconstrucción de sus viviendas, el restablecimiento de las vías de comunicación y la recuperación de infraestructura de las comunidades y colonias.

En las tares antes señaladas las instituciones gubernamentales vienen trabajando intensamente, con organización y coordinación, con pleno respeto a las personas, las familias y las comunidades afectadas, teniendo como premisa fundamental la cercanía de la acción institucional con la sociedad, con sus organizaciones y con los liderazgos sociales que están trabajando a favor de sus comunidades y colonias. De esta forma la acción pública se fortalece para dar respuesta en la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Guerrero, Estado de México y Veracruz. La solidaridad de la sociedad y la capacidad institucional suman capacidades para atender en forma más eficaz a los habitantes de esas entidades.

Nuevamente la solidaridad mostrada por las mexicanas y los mexicanos, ha sido esencial para afrontar los momentos que hoy vivimos y para llevar los apoyos necesarios. Esta solidaridad, que se traduce en participación social, es clave para la reconstitución del entorno social y para la recuperación de la vida de cada familia y comunidad afectada.

Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

En estos momentos de tragedia y dolor, donde muchas familias perdieron a seres queridos, su patrimonio familiar y sus fuentes de ingresos, destaca la fortaleza de la sociedad mexicana que mostrando lo mejor de sí, ha unido su voluntad y su capacidad para rescatar víctimas de los sismos y organizar la ayuda tanto al vecino como al desconocido.

Así, miles de mexicanas y mexicanos, de todas las edades y grupos sociales están en las zonas de desastre trabajando en las labores más apremiantes o bien brindando resguardo, consuelo y atención médica a personas, familias y comunidades afectadas. La sociedad organizada ha tenido un empuje y capacidad de respuesta tan grande que tiene el reconocimiento no solo de los mexicanos, sino de muchas personas en el mundo.

Los miles de héroes anónimos siguen removiendo escombros, buscando gente con vida, o lamentablemente rescatando cuerpos para darles a los deudos por lo menos la oportunidad de despedirse del ser querido, ellos son gran ejemplo de solidaridad.

Una solidaridad que nos lleva a fortalecer la participación social en todos los ámbitos del quehacer público diario, en este caso, en los mecanismos de protección y atención a la población afectada por los sismos recientes. Participación de la sociedad, que está en estrecha coordinación con las autoridades federales, estatales y municipales, que ha permitido una respuesta más oportuna a las personas damnificadas.

En los meses por venir el reto será la reconstrucción física y social, la recuperación de vivienda, de infraestructura urbana, de caminos, de clínicas, hospitales, etcétera, y también del tejido familiar y social. Por ahora la prioridad es continuar salvando vidas y proteger a la población que ha perdido todo y a la que se encuentra en una situación vulnerable.

En el orden federal, bajo la conducción del presidente de la República, Enrique Peña, diariamente todas las dependencias trabajan coordinadamente en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil para atender las necesidades de la población afectada. La instrucción del presidente Peña Nieto, es trabajar sin descanso para apoyar a los damnificados en sus necesidades básicas, alimentación, salud, educación, donde dormir, su seguridad, la reconstrucción de sus viviendas, el restablecimiento de las vías de comunicación y la recuperación de infraestructura de las comunidades y colonias.

En las tares antes señaladas las instituciones gubernamentales vienen trabajando intensamente, con organización y coordinación, con pleno respeto a las personas, las familias y las comunidades afectadas, teniendo como premisa fundamental la cercanía de la acción institucional con la sociedad, con sus organizaciones y con los liderazgos sociales que están trabajando a favor de sus comunidades y colonias. De esta forma la acción pública se fortalece para dar respuesta en la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Guerrero, Estado de México y Veracruz. La solidaridad de la sociedad y la capacidad institucional suman capacidades para atender en forma más eficaz a los habitantes de esas entidades.

Nuevamente la solidaridad mostrada por las mexicanas y los mexicanos, ha sido esencial para afrontar los momentos que hoy vivimos y para llevar los apoyos necesarios. Esta solidaridad, que se traduce en participación social, es clave para la reconstitución del entorno social y para la recuperación de la vida de cada familia y comunidad afectada.

Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas