/ jueves 14 de octubre de 2021

México y Estados Unidos: entendimiento simétrico y soberano

El 7 de octubre de 2021 se llevó a cabo en nuestro país el diálogo de alto nivel en materia de seguridad entre los gobiernos de México y Estados Unidos.

Los trabajos dieron como resultado la suscripción del Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras. Se trata de un acuerdo que relanza, sobre nuevas bases, la cooperación entre ambos países en materia de seguridad.

Desafíos como la protección ciudadana y la salud, la prevención de delitos transfronterizos, la persecución de redes criminales, el intercambio de información y la lucha contra el consumo de drogas, entre otros, fueron abordados por las dos delegaciones.

Para enfrentar estos retos, lo que buscan ambos gobiernos es apoyarse en todas las herramientas, más allá de las de seguridad, que sólo implican un enfoque represivo, como la ahora extinta Iniciativa Mérida. Ésta, por cierto, nunca fue enviada al Senado de la República por parte del Ejecutivo en 2007, para su análisis y discusión, aunque al entrar en vigor en 2008 sí comprometió al país frente a EUA.

En concreto, el Entendimiento Bicentenario busca atender las causas estructurales de la violencia, a través la promoción del desarrollo; la oferta de oportunidades de trabajo para personas jóvenes; el apoyo a comunidades rurales y fronterizas de México, así como a quienes luchan contra adicciones y drogas; reducir el contrabando de armas de Estados Unidos a México; fortalecer la salud pública; combatir la trata y el tráfico ilícito de personas, y reducir los homicidios y delitos de alto impacto.

Por ejemplo, ambos gobiernos se comprometieron a establecer la Red para la Prevención de los Homicidios, a fin de proporcionar una plataforma para el intercambio de las mejores prácticas en materia de prevención de la delincuencia, la violencia, la reducción de homicidios, el trabajo con jóvenes en riesgo, y conseguir comunidades seguras y en paz. Para ello, la Red contará con grupos multidisciplinarios de trabajo sobre homicidios en los delitos de gran impacto relacionados con las organizaciones criminales transnacionales.

Toda esta cooperación se realizará respetando, protegiendo y promoviendo los derechos humanos, la equidad, los derechos civiles, la justicia racial y la igualdad de oportunidades en ambos países.

Sin duda, el establecimiento de nuevas bases para el entendimiento y la cooperación entre México y Estados Unidos es un esfuerzo promisorio para sus pueblos. El referido acuerdo se debe guiar, sin duda, por el respeto y el pleno ejercicio de la soberanía de ambos Estados, así como el reconocimiento de que las prioridades de nuestro país tienen el nivel de las estadounidenses.

Esta reconfiguración de relaciones tiene que ver con la actual política exterior llevada a cabo por el presidente López Obrador, la cual se basa en los principios constitucionales establecidos en el artículo 89, fracción X, de la Carta Magna, los cuales son reflejo de nuestra historia y de la manera como nos vinculamos con el mundo.

En tal sentido, no se puede soslayar que las relaciones con Estados Unidos han sido complejas y también aleccionadoras. Han ido desde guerras, en una de las cuales le fue arrebatada a nuestra nación más de la mitad de su territorio; la firma de un tratado comercial como el T-MEC o la donación de vacunas a México, hasta la detención, sin previo aviso a nuestras autoridades, de un ex secretario de la Defensa mexicano, o bien, la presencia de agentes estadounidenses de la DEA en territorio nacional, con poca o nula regulación jurídica y rendición de cuentas.

Afortunadamente, hoy el jefe del Estado mexicano vuelve a darle a nuestro país la verdadera dimensión de su historia y de su vinculación con Estados Unidos, para transitar de una actitud de subordinación y abdicación soberana en distintas materias, a una relación de respeto, igualdad, colaboración simétrica, firmeza y responsabilidad compartida con la Unión Americana.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


El 7 de octubre de 2021 se llevó a cabo en nuestro país el diálogo de alto nivel en materia de seguridad entre los gobiernos de México y Estados Unidos.

Los trabajos dieron como resultado la suscripción del Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras. Se trata de un acuerdo que relanza, sobre nuevas bases, la cooperación entre ambos países en materia de seguridad.

Desafíos como la protección ciudadana y la salud, la prevención de delitos transfronterizos, la persecución de redes criminales, el intercambio de información y la lucha contra el consumo de drogas, entre otros, fueron abordados por las dos delegaciones.

Para enfrentar estos retos, lo que buscan ambos gobiernos es apoyarse en todas las herramientas, más allá de las de seguridad, que sólo implican un enfoque represivo, como la ahora extinta Iniciativa Mérida. Ésta, por cierto, nunca fue enviada al Senado de la República por parte del Ejecutivo en 2007, para su análisis y discusión, aunque al entrar en vigor en 2008 sí comprometió al país frente a EUA.

En concreto, el Entendimiento Bicentenario busca atender las causas estructurales de la violencia, a través la promoción del desarrollo; la oferta de oportunidades de trabajo para personas jóvenes; el apoyo a comunidades rurales y fronterizas de México, así como a quienes luchan contra adicciones y drogas; reducir el contrabando de armas de Estados Unidos a México; fortalecer la salud pública; combatir la trata y el tráfico ilícito de personas, y reducir los homicidios y delitos de alto impacto.

Por ejemplo, ambos gobiernos se comprometieron a establecer la Red para la Prevención de los Homicidios, a fin de proporcionar una plataforma para el intercambio de las mejores prácticas en materia de prevención de la delincuencia, la violencia, la reducción de homicidios, el trabajo con jóvenes en riesgo, y conseguir comunidades seguras y en paz. Para ello, la Red contará con grupos multidisciplinarios de trabajo sobre homicidios en los delitos de gran impacto relacionados con las organizaciones criminales transnacionales.

Toda esta cooperación se realizará respetando, protegiendo y promoviendo los derechos humanos, la equidad, los derechos civiles, la justicia racial y la igualdad de oportunidades en ambos países.

Sin duda, el establecimiento de nuevas bases para el entendimiento y la cooperación entre México y Estados Unidos es un esfuerzo promisorio para sus pueblos. El referido acuerdo se debe guiar, sin duda, por el respeto y el pleno ejercicio de la soberanía de ambos Estados, así como el reconocimiento de que las prioridades de nuestro país tienen el nivel de las estadounidenses.

Esta reconfiguración de relaciones tiene que ver con la actual política exterior llevada a cabo por el presidente López Obrador, la cual se basa en los principios constitucionales establecidos en el artículo 89, fracción X, de la Carta Magna, los cuales son reflejo de nuestra historia y de la manera como nos vinculamos con el mundo.

En tal sentido, no se puede soslayar que las relaciones con Estados Unidos han sido complejas y también aleccionadoras. Han ido desde guerras, en una de las cuales le fue arrebatada a nuestra nación más de la mitad de su territorio; la firma de un tratado comercial como el T-MEC o la donación de vacunas a México, hasta la detención, sin previo aviso a nuestras autoridades, de un ex secretario de la Defensa mexicano, o bien, la presencia de agentes estadounidenses de la DEA en territorio nacional, con poca o nula regulación jurídica y rendición de cuentas.

Afortunadamente, hoy el jefe del Estado mexicano vuelve a darle a nuestro país la verdadera dimensión de su historia y de su vinculación con Estados Unidos, para transitar de una actitud de subordinación y abdicación soberana en distintas materias, a una relación de respeto, igualdad, colaboración simétrica, firmeza y responsabilidad compartida con la Unión Americana.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA