/ sábado 30 de noviembre de 2024

Mi mamá y el sexo  / Educación sexual y arte

Octubre y noviembre fueron los meses destinados a la salud sexual femenina y masculina, animándonos a reflexionar que siempre que tengamos en mente que la educación sexual es para prevenir situaciones de abuso o evitar la transmisión de una enfermedad o incluso detectar oportunamente cáncer, será menos incómodo hablar de sexualidad.

Recientemente, Fundación MILC presentó la campaña “Toj óol iim”, que usa esas palabras del maya y que se traducirían como “pecho sano”, para presentar un video de autoexploración para explicar en lengua maya cómo se realiza la prevención de cáncer de mama.

En la animación, utilizan una artesanía denominada “jaina” o figurilla de barro hecha, donde se muestra cómo se realiza la revisión en senos, levantándo un brazo y tocando la zona con las yemas de los dedos. La escultura se llama Yaxché que significa protección en maya y fue elaborada por el artesano mexiquense Adrián González, especialista en piezas prehispánicas.

Sexualidad y arte

Desde hace tiempo entro a los museos buscando piezas que sirvan para dar educación sexual. Siempre encuentro alguna pintura o escultura que me permite reflexionar sobre el derecho al placer, la desnudez del cuerpo e incluso sobe la diversidad sexual.

Este 2024, el Museo Jumex trajo la exposición “Damien Hirst: Vivir para siempre (por un momento). Cuando vi de lejos la explanada con una mujer embarazada monumental, pensé, que arte es muy útil para hablar de aquello que para muchos puede resultar incómodo.

En esa ocasión, iba con tres preadolescentes que en sus cursos escolares revisaban el tema de embarazo adolescente. Con esa pieza gigante fue muy fácil explicarles por qué es importante que las mujeres sean adultas jóvenes para poder cargar el peso de un nuevo ser en sus entrañas, alimentarlo desde sus propias vísceras y luego hacer menos riesgoso el momento del alumbramiento.

“The Virgen Mother” es una escultura en bronce de 10 metros, basada en un modelo didáctico para estudios anatómicos —a manera de los que usan los alumnos de medicina— para representar a una mujer cerca del término de su embarazo. Una parte de su torso revela el interior de sus órganos.

En lo personal, esa obra hace muy fácil explicar hacia dónde se va el estómago, el hígado y las tripas, cuando hay un bebé ahí adentro. Es una manera bellísima de mostrar a niños y niñas cómo nacieron, sin recurrir a la cigüeña que, ya está más que comprobado, no enseña en sexualidad y solo confunde a los más pequeños.

Autocuidado

Después fuimos al Museo Soumaya, también en Plaza Carso, y el vestíbulo nos recibió con una réplica en mármol de “El David” de Miguel Ángel. A reserva de poder referirnos a los atributos artísticos de esta obra, para efectos prácticos, es un hombre desnudo de 5.17 metros de altura.

Ese tipo de imágenes, sin duda, desatan un montón de preguntas entre los más pequeños. Es una oportunidad única para explicarles que el cuerpo es privado e incluso podemos aprovechar para darles algunas herramientas de autocuidado.

Por ejemplo, nombrar de manera correcta las partes del cuerpo y alertarlos respecto a que nadie puede tocar sus genitales o pedirles jugar con ellos.

Tal vez la visita al museo no sea con la intención de dar educación sexual, pero siempre habría que estar preparado con respuestas que les transmitan a los más pequeños que podemos referirnos a la sexualidad sin tabú y sin miedo.

Octubre y noviembre fueron los meses destinados a la salud sexual femenina y masculina, animándonos a reflexionar que siempre que tengamos en mente que la educación sexual es para prevenir situaciones de abuso o evitar la transmisión de una enfermedad o incluso detectar oportunamente cáncer, será menos incómodo hablar de sexualidad.

Recientemente, Fundación MILC presentó la campaña “Toj óol iim”, que usa esas palabras del maya y que se traducirían como “pecho sano”, para presentar un video de autoexploración para explicar en lengua maya cómo se realiza la prevención de cáncer de mama.

En la animación, utilizan una artesanía denominada “jaina” o figurilla de barro hecha, donde se muestra cómo se realiza la revisión en senos, levantándo un brazo y tocando la zona con las yemas de los dedos. La escultura se llama Yaxché que significa protección en maya y fue elaborada por el artesano mexiquense Adrián González, especialista en piezas prehispánicas.

Sexualidad y arte

Desde hace tiempo entro a los museos buscando piezas que sirvan para dar educación sexual. Siempre encuentro alguna pintura o escultura que me permite reflexionar sobre el derecho al placer, la desnudez del cuerpo e incluso sobe la diversidad sexual.

Este 2024, el Museo Jumex trajo la exposición “Damien Hirst: Vivir para siempre (por un momento). Cuando vi de lejos la explanada con una mujer embarazada monumental, pensé, que arte es muy útil para hablar de aquello que para muchos puede resultar incómodo.

En esa ocasión, iba con tres preadolescentes que en sus cursos escolares revisaban el tema de embarazo adolescente. Con esa pieza gigante fue muy fácil explicarles por qué es importante que las mujeres sean adultas jóvenes para poder cargar el peso de un nuevo ser en sus entrañas, alimentarlo desde sus propias vísceras y luego hacer menos riesgoso el momento del alumbramiento.

“The Virgen Mother” es una escultura en bronce de 10 metros, basada en un modelo didáctico para estudios anatómicos —a manera de los que usan los alumnos de medicina— para representar a una mujer cerca del término de su embarazo. Una parte de su torso revela el interior de sus órganos.

En lo personal, esa obra hace muy fácil explicar hacia dónde se va el estómago, el hígado y las tripas, cuando hay un bebé ahí adentro. Es una manera bellísima de mostrar a niños y niñas cómo nacieron, sin recurrir a la cigüeña que, ya está más que comprobado, no enseña en sexualidad y solo confunde a los más pequeños.

Autocuidado

Después fuimos al Museo Soumaya, también en Plaza Carso, y el vestíbulo nos recibió con una réplica en mármol de “El David” de Miguel Ángel. A reserva de poder referirnos a los atributos artísticos de esta obra, para efectos prácticos, es un hombre desnudo de 5.17 metros de altura.

Ese tipo de imágenes, sin duda, desatan un montón de preguntas entre los más pequeños. Es una oportunidad única para explicarles que el cuerpo es privado e incluso podemos aprovechar para darles algunas herramientas de autocuidado.

Por ejemplo, nombrar de manera correcta las partes del cuerpo y alertarlos respecto a que nadie puede tocar sus genitales o pedirles jugar con ellos.

Tal vez la visita al museo no sea con la intención de dar educación sexual, pero siempre habría que estar preparado con respuestas que les transmitan a los más pequeños que podemos referirnos a la sexualidad sin tabú y sin miedo.