Sexo cuatro veces a la semana. Fue la cláusula que llamó más la atención de los medios de comunicación sobre el acuerdo prenupcial de Jennifer Lopez y Ben Affleck, en 2022. Las críticas, pasadas de tono, hacían referencia al apetito sexual de la cantante y actriz.
Circularon titulares bastante absurdos que hacían referencia a que ese tipo de cláusulas implican “copular por contrato”. Son críticas que solo contribuyen a desinformar sobre las relaciones de pareja saludables, porque los matrimonios duraderos se sostienen precisamente sobre acuerdos claros.
Cuando nos casamos sí estamos firmando un contrato matrimonial. Sin entrar en detalles morales o legaloides, acordar de manera consciente las reglas del matrimonio permitirá identificar las pautas del divorcio.
“Irse a vivir juntos”, sin hacer este ejercicio, tiene sus riesgos, porque cuando nos comprometemos con una relación de pareja adquirimos derechos y obligaciones que tendremos más claros cuando los formalizamos con una ceremonia o con un acuerdo prenupcial.
Debería estar prohibido casarse cuando estamos perdidamente intoxicados de amor, porque las relaciones de pareja son sanas y duraderas cuando establecemos acuerdos sobre el dinero, los hijos y la sexualidad. De modo que cuando alguno de estos acuerdos no se cumple o se violenta, sin duda, vendrá y convendrá una separación.
Intimidad y acuerdos prenupciales
Entiendo que cuando JLo se casó con Marc Anthony en 2004, sucedió algo similar. Se especulaba que su acuerdo prenupcial incluía una cláusula sobre la importancia de mantener relaciones sexuales frecuentes. Escandalizarse por este tipo de acuerdos parece estar más relacionado con ignorar las necesidades sexuales de las mujeres.
Créame que si usted necesita intimidad todos los días con su pareja, es muy válido y hasta obligado expresarlo. Me parece inverosímil que se decida vivir con una persona y no se pueda hablar abiertamente de cuándo y cómo van a coger. Perdonen mi expresión que parecería vulgar, pero la sexualidad es un tema que debe ponerse sobre la mesa de los acuerdos, sin pena ni risa.
En esta cláusula también hay que platicar sobre infidelidades, relaciones abiertas o de la posibilidad de vivir experiencias swinger. Además hay que contemplar cuándo se van a revisar estos acuerdos y tratar de hacerlo, al menos, una vez al año. No dar nada por sentado.
JLo y las relaciones sanas
No sé cuántas veces JLo se ha casado y divorciado. Es algo que nos debería tener sin cuidado. Más bien, habría que celebrar que vivimos en una época en la que todas las mujeres deberíamos tener la posibilidad, como ella, de terminar una relación de pareja cuando ya no funciona.
Desde hace meses, ya se especulaba que se separaría de Affleck. Incluso, en abril, JLo dio ‘like’ a una publicación de la psicóloga Lenna Marsak que explica con qué tipo de personas es complicado establecer una relación saludable de pareja.
Marsak, en su cuenta @yourcourageouscomeback, se sorprendió de que JLo hubiera interactuado con su contenido, donde menciona que una persona sin seguridad emocional provoca miedo y ansiedad en la relación de pareja.
Las personas sin habilidades de comunicación también complican la conexión y la empatía que son clave en las relaciones bonitas. Aquellos que no saben quiénes son o qué quieren solo entorpecen la vida del que tienen al lado. En resumen, vivir en pareja no es vivir con una media naranja que nos va a completar.
Las relaciones que perduran son aquellas en las que cada persona brilla por sí misma y se siente plena, sin necesidad de estar buscando que otro/a le haga feliz. De modo que cuando venga un divorcio, sin duda habrá un duelo, pero esa separación no significa el fracaso de la pareja, sino que no pudieron refrendar los acuerdos que en algún momento compartieron.
Sin especular sobre JLo y Ben, solo anotemos que cuando dos personas deciden separarse en buenos términos, eso es —en sí mismo— un nuevo acuerdo.