/ jueves 21 de mayo de 2020

MI vida si el deporte | Las muchas búsquedas de Raúl Jiménez

Si uno busca en Google el nombre de Raúl Jiménez aparecen muchas cosas. Poco más de 24 millones de resultados en apenas un segundo. Entre otras cosas, la gente y su curiosidad se cuestionan su edad.

Son cosas que tiene el futbol, que los aficionados se preguntan constantemente cuánto les queda de juego a los grandes futbolistas, como una carrera a contrarreloj. La buena noticia es que Raúl tiene apenas 29 años. Es decir, el delantero está en la plenitud de su carrera, la cual, dicen los que saben, llega alrededor de los 28, cuando se ha dejado atrás la juventud, y el declive natural de las facultades físicas se compensa con la madurez en los movimientos dentro de la cancha, y ahí Raúl es un alumno destacado, porque ha entendido como pocos la función de los delanteros de la actualidad, de esos que saben buscarse la vida fuera del área, y hacen del gol más bien una consecuencia.

Después de la edad, las búsquedas son variadas, aunque casi todas apuntan a un futuro que ya lo espera. En días de inactividad Raúl sigue siendo el mejor futbolista mexicano de la actualidad. Entre otras cosas porque no hay día que no se le relacione con los gigantes de Europa. Los rumores son como los goles de la cuarentena. Entre más se escuchen, mejor. Hace unos días se habló de que el Real Madrid estaba siguiendo sus pasos, lo ven como un delantero capaz de adaptarse al esquema de Zidane, tan acostumbrado a un jugador como Benzema, más como una extensión del juego que como un goleador nato, aunque es cierto que quizá a Jiménez se le exijan más goles.

Al nombre del Real Madrid se le ha sumado el de la Juventus, como el acompañante perfecto de Cristiano Ronaldo, más consolidado en su faceta de nueve puro. O el del Manchester United, equipo que, además de sus goles, busca en Raúl un promotor de sueños que devuelva la ilusión a las pobladas gradas de Old Trafford. El nombre de Jiménez está probado en Inglaterra. Hay niños que sueñan con ser como él.

A los equipos que lo pretenden le siguen las búsquedas de sus jugadas milagrosas. Su metro con noventa no está peleado en lo absoluto con una técnica depurada. Es probable que su jugada más vista sea la chilena ante Panamá.

Cuando México estaba perdido y la amenaza de quedarse sin Mundial nublaba más que nunca las ideas, la imagen del delantero suspendido en el aire inventó su propio tiempo, como un gol que se mete una y otra vez en cada reproducción. Hay otras jugadas memorables, como la asistencia de rabona con la camiseta del Benfica. Acorralado contra la línea de fondo, amagó el centro de zurda y sacó la pierna derecha de un sombrero de mago. El balón salió picado, como suplicando el cabezazo que le diera sentido al lujo. Más abajo en la lista está el nombre del América, ese lugar al que el delantero siempre vuelve en recuerdos, para no olvidar su origen, como el último ídolo que abandonó el nido en busca de otros sueños. O el del Atlético de Madrid, un sueño de adolescente, tan duro como real, pero enriquecedor.

Si uno busca en Google el nombre de Raúl Jiménez aparecen muchas cosas. Poco más de 24 millones de resultados en apenas un segundo. Entre otras cosas, la gente y su curiosidad se cuestionan su edad.

Son cosas que tiene el futbol, que los aficionados se preguntan constantemente cuánto les queda de juego a los grandes futbolistas, como una carrera a contrarreloj. La buena noticia es que Raúl tiene apenas 29 años. Es decir, el delantero está en la plenitud de su carrera, la cual, dicen los que saben, llega alrededor de los 28, cuando se ha dejado atrás la juventud, y el declive natural de las facultades físicas se compensa con la madurez en los movimientos dentro de la cancha, y ahí Raúl es un alumno destacado, porque ha entendido como pocos la función de los delanteros de la actualidad, de esos que saben buscarse la vida fuera del área, y hacen del gol más bien una consecuencia.

Después de la edad, las búsquedas son variadas, aunque casi todas apuntan a un futuro que ya lo espera. En días de inactividad Raúl sigue siendo el mejor futbolista mexicano de la actualidad. Entre otras cosas porque no hay día que no se le relacione con los gigantes de Europa. Los rumores son como los goles de la cuarentena. Entre más se escuchen, mejor. Hace unos días se habló de que el Real Madrid estaba siguiendo sus pasos, lo ven como un delantero capaz de adaptarse al esquema de Zidane, tan acostumbrado a un jugador como Benzema, más como una extensión del juego que como un goleador nato, aunque es cierto que quizá a Jiménez se le exijan más goles.

Al nombre del Real Madrid se le ha sumado el de la Juventus, como el acompañante perfecto de Cristiano Ronaldo, más consolidado en su faceta de nueve puro. O el del Manchester United, equipo que, además de sus goles, busca en Raúl un promotor de sueños que devuelva la ilusión a las pobladas gradas de Old Trafford. El nombre de Jiménez está probado en Inglaterra. Hay niños que sueñan con ser como él.

A los equipos que lo pretenden le siguen las búsquedas de sus jugadas milagrosas. Su metro con noventa no está peleado en lo absoluto con una técnica depurada. Es probable que su jugada más vista sea la chilena ante Panamá.

Cuando México estaba perdido y la amenaza de quedarse sin Mundial nublaba más que nunca las ideas, la imagen del delantero suspendido en el aire inventó su propio tiempo, como un gol que se mete una y otra vez en cada reproducción. Hay otras jugadas memorables, como la asistencia de rabona con la camiseta del Benfica. Acorralado contra la línea de fondo, amagó el centro de zurda y sacó la pierna derecha de un sombrero de mago. El balón salió picado, como suplicando el cabezazo que le diera sentido al lujo. Más abajo en la lista está el nombre del América, ese lugar al que el delantero siempre vuelve en recuerdos, para no olvidar su origen, como el último ídolo que abandonó el nido en busca de otros sueños. O el del Atlético de Madrid, un sueño de adolescente, tan duro como real, pero enriquecedor.