/ miércoles 8 de abril de 2020

Mi vida sin el deporte | Xavi, el último eslabón del futbol total

La cuenta oficial de twitter de la Liga española publicó un video con las mejores jugadas de Xavi, como si supiera de antemano que en los pies del mediocampista la gente encontrará consuelo ante el encierro. Siempre es una buena noticia volver a ver a Xavi, aunque sea en videos, que el recuerdo sea lo único que nos quede. No me sorprendió ni tantito ver la cantidad de reacciones que acumuló la publicación. Desde Andrés Iniesta, que es sin duda quien más lo disfrutó dentro del campo. A su futbol y a su mente, que son algo parecido a dos mundos indescifrables, hasta Casillas, quien también se sumó a la conversación, aunque él desde el punto de vista de la víctima que tantas veces sufrió ese juego descarado. Pero es que el goce fue tanto que hasta se animó a pedir un Clásico a beneficio cuando todo esto pase, y los esfuerzos se concentren en salir adelante lo más pronto posible.

La idea de Casillas fue bien recibida por todos los nostálgicos, aquellos que pregonan que todo tiempo pasado fue mejor. No sé lo que piensen los madridistas sobre la propuesta de su arquero, pero sí sé del gozo que sienten los culés cuando alguien evoca al aire esas épocas inigualables.

No es casualidad, por tanto, que todo esto haya surgido de Xavi y su futbol. El mediocampista catalán está bien acostumbrado a que el mundo gire en torno a sus pies, bien consciente de su responsabilidad de gestar el juego a través de una idea. El video deja en evidencia el dominio absoluto de la pelota. La capacidad de darle la vuelta al defensa aún con la marca encima. El valor de inventar un tiempo incomprensible para el oponente.

Una vez, en una de esas discusiones interminables con los amigos, me preguntaron que si tuviera que elegir un mediocampista para mi equipo con quién me quedaba. Sin dudarlo respondí que Xavi. Sorprendidos, me cuestionaron el por qué no había elegido a Iniesta, que no podían creer que prefiriera a Xavi sobre Iniesta. Son esas cosas que tiene el futbol, les dije, porque es cierto que Iniesta es un futbolista maravilloso, que encima de hacerlo bien lo hace bonito, pero que simplemente sin Xavi no podía entenderse Iniesta. En esa fábrica de futbol que fue el Barcelona de Guardiola, el número seis fungió como la fuente de energía, el motor inagotable que marcaba el tiempo de producción, mientras que Iniesta lo que hacía era detallar con su genialidad el producto. En la ecuación entran otros más, como el experto en pérdidas llamado Busquets, y el encargado de la producción en masa, llamado Messi.

En estos tiempos en los que parece que al Barcelona se le acabaron las ideas, se guarda una última bala para rescatar su esencia. La cadena evolutiva del futbol total por ahora parece quedarse corta. Las ideas de Rinus Michels, interpretadas con maestría por Johan Cruyff, y renovadas y ajustadas por Guardiola, encuentran su último alumno en la mente de Xavi.

La comprensión del tiempo y el espacio germina en su cabeza con claridad inusitada. El eslabón final de una escuela que apela a su esencia para eternizarse.

La cuenta oficial de twitter de la Liga española publicó un video con las mejores jugadas de Xavi, como si supiera de antemano que en los pies del mediocampista la gente encontrará consuelo ante el encierro. Siempre es una buena noticia volver a ver a Xavi, aunque sea en videos, que el recuerdo sea lo único que nos quede. No me sorprendió ni tantito ver la cantidad de reacciones que acumuló la publicación. Desde Andrés Iniesta, que es sin duda quien más lo disfrutó dentro del campo. A su futbol y a su mente, que son algo parecido a dos mundos indescifrables, hasta Casillas, quien también se sumó a la conversación, aunque él desde el punto de vista de la víctima que tantas veces sufrió ese juego descarado. Pero es que el goce fue tanto que hasta se animó a pedir un Clásico a beneficio cuando todo esto pase, y los esfuerzos se concentren en salir adelante lo más pronto posible.

La idea de Casillas fue bien recibida por todos los nostálgicos, aquellos que pregonan que todo tiempo pasado fue mejor. No sé lo que piensen los madridistas sobre la propuesta de su arquero, pero sí sé del gozo que sienten los culés cuando alguien evoca al aire esas épocas inigualables.

No es casualidad, por tanto, que todo esto haya surgido de Xavi y su futbol. El mediocampista catalán está bien acostumbrado a que el mundo gire en torno a sus pies, bien consciente de su responsabilidad de gestar el juego a través de una idea. El video deja en evidencia el dominio absoluto de la pelota. La capacidad de darle la vuelta al defensa aún con la marca encima. El valor de inventar un tiempo incomprensible para el oponente.

Una vez, en una de esas discusiones interminables con los amigos, me preguntaron que si tuviera que elegir un mediocampista para mi equipo con quién me quedaba. Sin dudarlo respondí que Xavi. Sorprendidos, me cuestionaron el por qué no había elegido a Iniesta, que no podían creer que prefiriera a Xavi sobre Iniesta. Son esas cosas que tiene el futbol, les dije, porque es cierto que Iniesta es un futbolista maravilloso, que encima de hacerlo bien lo hace bonito, pero que simplemente sin Xavi no podía entenderse Iniesta. En esa fábrica de futbol que fue el Barcelona de Guardiola, el número seis fungió como la fuente de energía, el motor inagotable que marcaba el tiempo de producción, mientras que Iniesta lo que hacía era detallar con su genialidad el producto. En la ecuación entran otros más, como el experto en pérdidas llamado Busquets, y el encargado de la producción en masa, llamado Messi.

En estos tiempos en los que parece que al Barcelona se le acabaron las ideas, se guarda una última bala para rescatar su esencia. La cadena evolutiva del futbol total por ahora parece quedarse corta. Las ideas de Rinus Michels, interpretadas con maestría por Johan Cruyff, y renovadas y ajustadas por Guardiola, encuentran su último alumno en la mente de Xavi.

La comprensión del tiempo y el espacio germina en su cabeza con claridad inusitada. El eslabón final de una escuela que apela a su esencia para eternizarse.