/ lunes 11 de octubre de 2021

Morena, un mal perdedor

Nuestro sistema democrático se basa en el principio de la participación ciudadana, son las y los ciudadanos quienes eligen libremente a sus representantes y gobernantes, como dice el presidente el pueblo quita, el pueblo pone y esa voluntad, debe respetarse.

Para Adam Przeworski, la democracia se basa en el principio de la alternancia en el poder, refiere que es la incertidumbre institucionalizada y tal vez por eso es que en muchos países se tiene normada la transición de gobierno, para evitar contratiempos, errores y malas experiencias en detrimento del ejercicio público, como lamentablemente, lo vimos en las alcaldías en las que MORENA perdió.

Lo que vimos desde que se conocieron los resultados electorales hasta el día en que las y los alcaldes de oposición rindieron protesta, se resume a una simulación: una supuesta transición con mesas de trabajo poco fructíferas, presupuestos comprometidos e información parcial entregada a cuenta gotas, con toda la intención y el dolo de obstruir la toma de decisiones de las y los alcaldes entrantes.

Dejar el presupuesto comprometido es una irresponsabilidad al no dar margen de maniobra sin poder reaccionar a casos de excepción en las administraciones entrantes, entregar información incompleta no hace más que reflejar la inexistente vocación de servicio que debe buscar siempre, generar mejores acciones y condiciones para la ciudadanía.

La molestia por la pérdida y su incapacidad de reconocer la derrota electoral para el partido del presidente en la capital, les impide entender que ya no mantienen una mayoría en las alcaldías y es tal el enojo, que el Congreso de la Ciudad ha sido escenario para que diputados y diputadas afines al gobierno central, hayan dado inicio a lo que parece será un acoso sistemático disfrazado de solicitudes de transparencia a las alcaldías de oposición a pocos días de asumir el encargo.

Y es que nadie está en contra de que el ejercicio público sea con total apego a la ley y con la mayor transparencia posible, lo que llama la atención es que comience un asedio a las y los alcaldes de la UNA CDMX, sin dejarles gobernar primero.

A MORENA y sus aliados en la capital les ha faltado madurez para ver hacia adelante, en favor y beneficio de las y los capitalinos, no lograron entender que la transición como gesto democrático al no estar normado, depende del talante democrático de quienes están o estaban en el poder.

No acaban de entender que fue precisamente por la falta de capacidad para generar buenos gobiernos lo que les llevó a perder el pasado 6 de junio y no entienden que de seguir tratando de obstaculizar los trabajos en las alcaldías será en detrimento de los buenos gobiernos que quieren y merecemos en la capital y que la ciudadanía nuevamente les cobrará factura en 2024.

Hoy, el déficit que encuentran las y los alcaldes de la UNA CDMX no es sólo de dinero, es de voluntad política, a Morena y sus aliados les quedó grande la transición, recibieron un trato (en 2021) que no han sabido corresponder, no han sabido respetar los votos emitidos que se traducen en los gobiernos electos y tampoco han sabido leer que, si se tradujeran los votos del último proceso electoral, en una evaluación del gobierno de la Ciudad de México, morena no seguiría la jefatura de gobierno, el mensaje es claro, dejen de obstruir, superen la elección.

Nuestro sistema democrático se basa en el principio de la participación ciudadana, son las y los ciudadanos quienes eligen libremente a sus representantes y gobernantes, como dice el presidente el pueblo quita, el pueblo pone y esa voluntad, debe respetarse.

Para Adam Przeworski, la democracia se basa en el principio de la alternancia en el poder, refiere que es la incertidumbre institucionalizada y tal vez por eso es que en muchos países se tiene normada la transición de gobierno, para evitar contratiempos, errores y malas experiencias en detrimento del ejercicio público, como lamentablemente, lo vimos en las alcaldías en las que MORENA perdió.

Lo que vimos desde que se conocieron los resultados electorales hasta el día en que las y los alcaldes de oposición rindieron protesta, se resume a una simulación: una supuesta transición con mesas de trabajo poco fructíferas, presupuestos comprometidos e información parcial entregada a cuenta gotas, con toda la intención y el dolo de obstruir la toma de decisiones de las y los alcaldes entrantes.

Dejar el presupuesto comprometido es una irresponsabilidad al no dar margen de maniobra sin poder reaccionar a casos de excepción en las administraciones entrantes, entregar información incompleta no hace más que reflejar la inexistente vocación de servicio que debe buscar siempre, generar mejores acciones y condiciones para la ciudadanía.

La molestia por la pérdida y su incapacidad de reconocer la derrota electoral para el partido del presidente en la capital, les impide entender que ya no mantienen una mayoría en las alcaldías y es tal el enojo, que el Congreso de la Ciudad ha sido escenario para que diputados y diputadas afines al gobierno central, hayan dado inicio a lo que parece será un acoso sistemático disfrazado de solicitudes de transparencia a las alcaldías de oposición a pocos días de asumir el encargo.

Y es que nadie está en contra de que el ejercicio público sea con total apego a la ley y con la mayor transparencia posible, lo que llama la atención es que comience un asedio a las y los alcaldes de la UNA CDMX, sin dejarles gobernar primero.

A MORENA y sus aliados en la capital les ha faltado madurez para ver hacia adelante, en favor y beneficio de las y los capitalinos, no lograron entender que la transición como gesto democrático al no estar normado, depende del talante democrático de quienes están o estaban en el poder.

No acaban de entender que fue precisamente por la falta de capacidad para generar buenos gobiernos lo que les llevó a perder el pasado 6 de junio y no entienden que de seguir tratando de obstaculizar los trabajos en las alcaldías será en detrimento de los buenos gobiernos que quieren y merecemos en la capital y que la ciudadanía nuevamente les cobrará factura en 2024.

Hoy, el déficit que encuentran las y los alcaldes de la UNA CDMX no es sólo de dinero, es de voluntad política, a Morena y sus aliados les quedó grande la transición, recibieron un trato (en 2021) que no han sabido corresponder, no han sabido respetar los votos emitidos que se traducen en los gobiernos electos y tampoco han sabido leer que, si se tradujeran los votos del último proceso electoral, en una evaluación del gobierno de la Ciudad de México, morena no seguiría la jefatura de gobierno, el mensaje es claro, dejen de obstruir, superen la elección.